Ney Rosauro con la OSX es un programa presentado por la Orquesta Sinfónica de Xalapa en el concierto del 25 de enero de 2019. Contiene las piezas sinfónicas hechas por Ney Rosauro y Carlos Chávez. El programa de música fue dirigida por Lanfranco Marcelletti.
En septiembre de 1937 el compositor y director de orquesta mexicano Carlos Chávez (1899-1978) estrenó su versión orquestal de la Chacona en mi menor del compositor y organista barroco Dietrich Buxtehude (1637-1707). La Chacona fue originalmente compuesta para el órgano, instrumento que Buxtehude dominaba, tanto que el mismo Johann Sebastian Bach llegó a emprender en 1705 viajes de 320 kilómetros para escuchar tocar a Buxtehude. La fama de la técnica organística -y de las composiciones contrapuntísticas de Buxtehude- se había extendido por el norte de Europa posicionándolo como uno de los compositores más importantes del barroco. El estreno de la versión orquestal de la Chacona tuvo lugar en el Teatro de Bellas Artes por la Orquesta Sinfónica de México, dirigida por el propio Chávez, el viernes 24 de septiembre de 1937. En el programa de mano, que anunciaba el estreno de la Chacona, el mismo Carlos Chávez firmaba las notas; en realidad el texto se trataba de un breve ensayo titulado “Dos maestros abuelos”, donde el compositor mexicano aludía a Bach y a Buxtehude. En él, Chávez sentencia: “La música tuvo un padre que fue Bach”, reconociendo la importancia central que tiene en la historia de la música; después escribe: “En Dietrich Buxtehude culminaban gloriosamente el arte y el saber desarrollados y acumulados durante siglos por la Iglesia”, poniendo los puntos sobre las íes en lo que respecta a la tradición renacentista precedente al barroco. Recordaba también el interés del joven Bach por escuchar y aprender de Buxtehude: “Se sabe la fruición con que Bach estudiaba, comentaba y asimilaba las obras de Vivaldi, se sabe igualmente de las peregrinaciones que hacía para escuchar, oír y tratar de viva voz al gran Buxtehude”. En el texto encontramos a un Carlos Chávez reflexivo y analítico de las tradiciones musicales de Buxtehude y de Bach. Treinta años después la obra se grabaría por primera vez bajo la batuta del orquestador, y Chávez volvía a escribir sobre la obra, esta vez en las liner notes del acetato, explicando el motivo de su versión orquestal: “No pretendo obtener el efecto de un órgano del siglo XVII. Tampoco imitar, con una orquesta sinfónica, lo que sucede cuando Buxtehude es tocado en un órgano del Siglo XX. Simplemente quise poner a la disposición de la Sala de Conciertos, en nuestra propia época, una pieza de música extremadamente bella que, de otro modo, estaría confinada casi al olvido”.
Ney Rosauro (Rio de Janeiro, 1952) es reconocido como un excelente percusionista y compositor, en cuyo catálogo figuran más de cincuenta obras para percusión. El Doble Concierto para marimba, timbales y orquesta fue encargado por la Fondazione Haydn di Trento e Bolzano y escrito en Miami, EUA, entre enero y marzo de 2017. La obra fue compuesta con la intención de explorar la rica combinación de los instrumentos solistas mediante la ejecución de melodías líricas y ritmos atractivos. Por su lado, la orquestación ayuda a darle más claridad y exposición a las partes de marimba y timbales. La parte de la marimba exige un instrumento de gran extension (cinco octavas) para explorar muchas de las técnicas modernas del instrumento; la parte de los timbales es particularmente desafiante debido a que muchas de las melodías del concierto requieren del timbalista el uso constante de los pedales.
Como en el mejor jazz, la música de concierto de calidad se encuentra en búsqueda e innovación constante. Una de estas innovaciones es la alineación musical, que en el caso de este concierto se encuentra en los solistas. La combinación de las sonoridades de la marimba y de los timbales evoca paisajes tropicales, calurosos y húmedos que impregnan los juegos melódicos y rítmicos de la obra. Se nota la maestría en la composición, las ideas musicales -más allá de simples o complejas- se escuchan en contínuo diálogo y reflexión; sonidos vibrantes e inesperados en los reductos de cada uno de sus cuatro movimientos. Detrás de este doble concierto resuena una tradición musical antigua; el dominio de los ritmos, las melodías y el buen gusto al orquestar son también herederos de una tradición clásica que ha asimilado muy bien elementos de la tradición popular. Dentro de la enorme gama de ejemplos que nos ofrece la historia de la música brasileña sobresale uno de los más ricos y necesarios compositores, Heitor Villa-Lobos, que así como Ney Rosauro, importaba elementos rítmicos y melódicos de la vasta tradición popular de su país. La interpretación que se escuchará esta noche cobra una importancia especial: el compositor -que además es un excelente percusionista- interpreta la parte de la marimba. Pocas veces se da la oportunidad de ver en las salas de concierto a compositores interpretando su propia obra, y cuando se trata de instrumentistas virtuosos, además de inyectar el carácter justo que necesita la partitura, fungen también, con su interpretación, como directores musicales.
Felix Mendelssohn (1809-1847), maestro del romanticismo, compuso su Sinfonía No. 5 en 1830, para la conmemoración del Tercer Centenario de la Confesión Augustana, obra que exponía oficialmente los principios del luteranismo o protestantismo. Por ello, la sinfonía recibió el sobrenombre de “La Reforma”. Cabe mencionar que el padre de Mendelssohn, de origen judío, se había convertido al protestantismo ocho años antes de la composición de la obra. La riqueza de la familia Mendelssohn le permitió a Felix tener a los mejores maestros particulares de la época -la educación pública le estaba prohibida a los judíos-, uno de ellos fue Friedrich Zelter, entonces director de una de las sociedades musicales más importantes de Berlín, la Singakademie, además de ser el consejero musical del célebre literato Johann W. Goethe, a quien en 1821 presentó al joven Mendelssohn. Zelter inculcó en Felix el amor por la tradición barroca. Bajo esta influencia, y empleando las técnicas contrapuntísticas de Haendel y Bach, compuso su Sinfonía No. 5.
Axel Juárez
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