Bach - 7,8/04/2022
LA PASIÓN SEGÚN SAN MATEO (BWV 244)
DE JOHANN SEBASTIAN BACH
Como género musical, la pasión se ha empleado para arropar con música los textos de la pasión y muerte de Jesús, siguiendo el relato de alguno de los cuatro evangelios canónicos. Esta representación musical del último sufrimiento de Cristo en la tierra tiene sus orígenes en la Iglesia medieval. Así, una primera liturgia de la pasión la tenemos ya consolidada en el siglo V; al parecer, al principio, un sacerdote era el encargado de recitar el texto seleccionado (mejor dicho, el texto era salmodiado, es decir, cantado primordialmente sobre una sola nota, con algunas fórmulas de entonación y sus correspondientes fórmulas cadenciales). A más tardar hacia el siglo XIII aparece la costumbre de repartir el texto de la historia entre varias personas, generalmente de la siguiente manera:
Repercutio (nota sobre la que se entonaba el cántico) Papel bíblico Persona encargada
Fa Vox Christi (bajo) Sacerdote
Do Vox evangelista (tenor) Diácono
Fa Soliloquia / Turbae (tenor) Subdiácono
Hacia mediados del siglo XV, en el sur de Alemania, aparece por primera vez, hasta donde sabemos, una pasión con un coro a tres voces para la turba (soldados, discípulos, judíos, etc.); y hacia fines del mismo siglo se encuentra, en un manuscrito italiano, un papel diferenciado para mujeres y hombres. La práctica medieval exigía, en muchas localidades, la ejecución de los cuatro relatos de la pasión durante la Semana Santa, siguiendo a cada uno de los evangelistas, costumbre que hereda la Alemania luterana. Sin embargo, el mismo Martin Luther (1483-1546) termina por reducir la ejecución de estas pasiones a una sola, debido a que en esa época no había vacaciones y la gente no siempre tenía oportunidad de acudir a la iglesia varias horas diarias durante toda la Semana Santa. Es decir, los días en que no se trabajaba, dependiendo de las regiones, eran solamente el viernes y el sábado santos, por lo que la ejecución de las pasiones se redujo a estos días o solamente al viernes.
Durante los siglos XVI y XVII, la pasión musical en los territorios alemanes luteranos conoció un impresionante desarrollo, por lo que surgieron varios tipos (pasión responsorial, pasión tipo motete, pasión concertante), que al final desembocaron en lo que se ha dado en llamar la pasión oratoria o pasión oratórica. En este nuevo tipo se hace ver la influencia de dos géneros típicos de la época barroca, provenientes ambos de la innovadora Italia: la ópera y el oratorio. En esta pasión oratoria encontramos “corales” para que los feligreses intervengan cantando, así como el acompañamiento de una orquesta más o menos nutrida y con bajo continuo. Otros elementos importantes son el “aria” y pasajes para el coro con textos extrabíblicos, es decir, productos de la inspiración de diferentes poetas, como Barthold Heinrich Brockes (1680-1747) o Christian Friedrich Henrici, llamado Picander (1700-1764). Un poeta que brilló en la Europa católica fue el famoso Pietro Trapassi, llamado Metastasio (1698-1782). También caracterizó a este tipo de pasión el empleo del “recitativo secco” (es decir, el texto es cantado / recitado por un solista y acompañado solamente de un instrumento de teclado y el violonchelo) y del “recitativo accompagnato” (es decir, un recitado menos libre y acompañado por el bajo continuo y otros instrumentos de la orquesta, generalmente las cuerdas). El primer tipo de recitativo se destinaba a los textos del evangelista y de algún otro personaje, mientras que el segundo era reservado generalmente para Cristo, quien era caracterizado por un bajo.
En general, podemos decir que, en una pasión del tipo oratórico en la Alemania luterana, el texto que se presenta en los recitativos es extraído del evangelio en cuestión, en su traducción hecha por Martin Luther, mientras que los diferentes afectos que este texto despierta o debe despertar en el oyente son presentados por las arias o coros con letra no proveniente de la Sagrada Escritura. Esto hay que subrayarlo: las arias y los ariosos (un género que está a medio camino entre el recitativo y el aria) expresan los afectos, tales como la alegría, la desesperación, la tristeza, la admiración, etc., como por ejemplo ocurre en la hermosísima aria “Erbarme dich”, de la Pasión según San Mateo, cuyo texto, hablando de las lágrimas, expresa el amargo arrepentimiento de Pedro (y del alma humana en general) después del pasaje en donde el apóstol niega cobardemente a Jesús tres veces.
Es así que en ambos géneros –arias y ariosos– se reflejan las emociones y la conciencia de los fieles, por lo que sirven como una especie de “guía religiosa” para entender el significado de las palabras de la Sagrada Escritura, tratando de crear una atmósfera de edificación cristiana. Esta relación entre hechos y afectos, entre la acción y la emoción explica la existencia de esta pareja de géneros, importantísima tanto en la ópera como en la pasión y en el oratorio: la conformada por el recitativo y el aria, ambos géneros de origen italiano.
La Pasión según San Mateo de J. S. Bach (1685-1750) es la pasión de tipo oratorio más extensa que conocemos: tiene 78 números, distribuidos en dos partes, con recitativos secos y acompañados, coros de la turba, corales, ariosos y arias. Esta Passio Domini nostri J. C. secundum Evangelistam Matthaeum, Poesia Dominum Henrici alias Picander dictus, como reza el título original, se ejecutó por primera vez, al parecer, el 11 de abril de 1727, un Viernes Santo. Esto quiere decir que la fecha de la primera ejecución es probablemente dos años anterior de lo que hasta hace poco se pensaba. Se cree, así mismo, que esta monumental obra se ejecutó bajo la dirección del compositor en fechas posteriores: 1729, 1736 y 1740, pero no se conserva la partitura original de 1727. Aunque es difícil hablar de una versión “definitiva”, todo parece indicar que este apelativo podemos otorgarlo a la versión de 1736.
Una pasión no solamente es música sacra, sino que además es música litúrgica, es decir, está destinada a ser interpretada para subrayar y solemnizar la estructura, la esencia y el orden de una ceremonia litúrgica, en profunda relación con el contenido de la prédica, elemento central en la iglesia luterana. En Leipzig, lugar en donde Bach escribió sus pasiones, era costumbre que los fieles generalmente asistiesen a la iglesia desde las 07:00 hrs., para el servicio divino matutino. Este terminaba a las 11:00 hrs., aproximadamente. Para el oficio de las vísperas, que comenzaba poco antes de las 14:00 hrs. y había que regresar a la iglesia. Durante este oficio es cuando se interpretaba la pasión, por lo que hay que contar con una presencia de los fieles que terminaba hacia las 19:00 o 19:30 hrs. La prédica del pastor tenía lugar entre la primera y la segunda parte de la pasión.
De acuerdo a la esencia de las pasiones de la tradición musical luterana, la Pasión según San Mateo de Johann Sebastian Bach crea una atmósfera de tensiones y distensiones, de crudeza y de arrepentimiento, de arrobo y de esperanza, de zozobra y de fortaleza; nos conduce a la reflexión y a la meditación; nos ayuda en la oración y en el fortalecimiento de la fe; nos permite, por medio de la música, sierva de la palabra, comprender y agradecer que, pese a todas nuestras debilidades y culpas que llevaron a Jesús a la muerte, estamos en manos de un Dios generoso, fuente inagotable de bondad. Esta idea la vemos reflejada, por ejemplo, en el hermoso texto que encontramos en el número 15 (Coral):
Erkenne mich, mein Hüter,
Mein Hirte, nimm mich an!
Von dir, Quell aller Güter,
Ist mir viel Gut’s getan.
¡Reconóceme, guardián mío,
pastor mío, recíbeme!
De ti, fuente de todos los bienes,
mucho bien me ha sido dado.
Dr. Herminio Sánchez de la Barquera y Arroyo
Decano de Ciencias Sociales,
Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla
(UPAEP)