Halffter / Vazquez / Prokofiev / Mozart 06/05/2022
Una de las vertientes de la cosmogonía hindú se fundamenta en la creencia de que el dios Shiva asume el aspecto de su avatar, Nataraya (o “Nataraja”) —el señor de la danza—, para realizar el baile divino “Tándava”, fuente de la creación y disolución del universo. En las delicadas estatuillas de bronce tradicionales de la India, Nataraya es representado con cuatro brazos, bailando al interior de un aro en llamas. El divino danzante se apoya sobre el pie derecho, con el que aplasta al enano Apasmara, que simboliza la ignorancia espiritual, mientras el izquierdo se eleva en un fluido y elegante movimiento dancístico que ofrece la liberación a sus seguidores. Esta noción de que el universo fue creado, transcurre y realizará su último giro al ritmo de la danza me resulta tan misteriosa, seductora y poética como la teoría del Big Bang de la cosmología occidental.
Ninguna de las obras que he compuesto basándome en narrativas particulares pretende erigirse en un itinerario sonoro detallado —a la manera de un poema sinfónico, digamos— y Tándava, para flauta y orquesta, no es la excepción. No obstante, quisiera compartir con el espectador un par de aspectos descriptivos de la pieza.
El inicio de Tándava busca expresar el vacío a partir del cual Shiva/Nataraya irá perfilando el devenir del universo en su incesante danza cósmica. Para ello he recurrido a los registros extremos de la orquesta: en el extremo grave se escuchan, inmóviles, los metales, fagotes, contrabajos y percusiones; en el agudo el piccolo solista, el arpa y el Glockenspiel (juego de campanas) entretejen sus primeros impulsos. Estas dos capas sonoras se hallan separadas por un profundo vacío instrumental, un silencio abisal.
Por otro lado, a lo largo de la pieza la parte solista transita progresivamente del piccolo a la flauta en Sol (flauta alto) y finalmente a la flauta soprano en Do, que es la flauta traversa común. Es con este último instrumento asumiendo el rol de solista que en la sección climática de Tándava se hace presente una especie de raga cuya hipnótica base rítmica emana de Tomorrow never knows, la canción más experimental y psicodélica del álbum Revolver de los Beatles, grabado en 1966. Por cierto, Tomorrow never knows incluye el sitar, instrumento de cuerda pulsada —semejante a la guitarra o el laúd, pero con el mástil más largo— proveniente de la tradición musical clásica del norte de la India, también conocida como indostaní.
Tándava fue compuesta en 2020 y está dedicada a la flautista Lenka Smolcakova, quien la estrenó el 1 de octubre de 2021 en el Teatro Juárez de Guanajuato, acompañada por la Orquesta Sinfónica de la Universidad de Guanajuato bajo la dirección de Juan Carlos Lomónaco.
Hebert Vázquez
Los Haffner y los Mozart
En el periodo del clasicismo en la música, una de las estructuras más sólidas fue la forma sonata, una estructura o forma que hasta la fecha se sigue utilizando. En esta estructura llamada sonata, existe un equilibrio de la forma y de tonalidad que mantienen una sólida unión de la obra. Contiene tres partes: exposición – desarrollo – reexposición. Esta nueva manera de componer, ya apartados de las formas barrocas, aunque no del todo, maneja elementos como series de motivos o temas diferentes en distintas regiones tonales; así, en la primera parte de esta forma se presentan dos o más motivos con características diversas, pueden ser cantables o rítmicos. El desarrollo es la parte en donde el compositor hace gala de su maestría en su profesión, reordenando, mutando los motivos y temas expuestos en las regiones tonales cercanas o más alejadas a la tonalidad principal, utilizando las distintas secciones instrumentales de la orquesta, en el caso sinfónico (uno de los casos más relevantes es el primer movimiento de la tercera sinfonía, Eroica, de Beethoven). La tercera parte de esta estructura se le llama reexposición, en donde el compositor retoma los temas expuestos, en la tonalidad original, a veces con otra instrumentación y en el caso del segundo tema importante, en la mayoría de los casos, en la tonalidad principal de la sinfonía.
Wolfgang Amadeus Mozart pasa una época entre los años 1775 a 1777, en Salzburgo, que además de atender los encargos del arzobispo Colloredo, (el personaje malo de la película Amadeus, 1984), trabaja también para las familias aristócratas de la ciudad, este es el caso de la familia Haffner. Sigmund Haffner, banquero e importador, además de haber sido alcalde de la ciudad, quien ayudara los Mozart con sus giras por Europa, le solicitó a Mozart una pieza para el casamiento de su hija Elizabeth Haffner con Franz Xavier Späth. Wolfie, compone una serenata con 8 movimientos, su intención era mostrarse como un compositor solvente ante esta sociedad burguesa, dado que la boda sería considerada como fastuosa y memorable. En estos 8 movimientos Mozart compone una especie de concierto para violín, que inicia en el segundo movimiento, recordemos que además de tocar el piano virtuosamente, también tocaba muy bien el violín, no por nada tenía en su padre a un excelente maestro de este instrumento. El rondo, ubicado como el cuarto movimiento de la serenata, se toca frecuentemente como pieza de concierto, ya sea con orquesta o con acompañamiento de piano.
Si bien es cierto que la relación entre los Haffner y los Mozart se inició desde la infancia de los niños prodigio, el encargo musical mantuvo su relación laboral.
La Sinfonía K. 385 en re mayor, fue otro encargo de los Haffner, en esta ocasión para que Sigmund Haffner, hijo, recibiera un título nobiliario que lo convertiría en “von Imbachhausen”. Esta obra fue compuesta en el año de 1782, año también del estreno de su ópera El rapto del Serallo, obra que obtuvo un buen recibimiento del público. En este mismo año también compone sus serenatas K. 388 en do menor, y la segunda versión de la K. 375 en mi bemol mayor, ambas para dos oboes, dos clarinetes, dos fagotes y dos cornos. Además de tener esta actividad en Viena –que ya le otorgaba los pagos necesarios para mantenerse como músico independiente de los lazos de Salsburg– estaba organizando su boda con Constanza Weber, realizando varios trámites para obtener su objetivo. En las primeras diligencias del asunto nupcial firma como Wolgang Amade Mozart, pero en los siguientes tuvo que firmar como Wolfgang Adam Mozart, debido a un error de Johann Thorwart, tutor de Constanza. Mozart lo tomó como un buen indicio, como comienzo de una nueva vida por su matrimonio. El compositor jugaba mucho con su nombre, en algunos casos para firmar sus composiciones, por ejemplo: De Mozartini, Mozartus o Mozarty, o con anagramas como Trazom o Romatz. La boda se llevó a cabo el 4 de agosto de 1782 en la Catedral de San Estevan de Viena.
La sinfonía fue considerada originalmente como una serenata, con una marcha para iniciar y terminar, según la costumbre de la época y dos minuetos, uno de ellos, cuando hace el estreno en Viena, meses después, los omite y agrega a la instrumentación dos clarinetes, muy de moda en la ciudad.
El primer movimiento es brillante, debido a su instrumentación, utilizando dos trompetas, dos cornos y los timbales, que ejecutan los motivos rítmicos de una fanfarria, características del autor, el desarrollo, parte intermedia de la estructura de la forma sonata es corto y retoma la reexposición después de 34 compases, un elemento que no escribe Mozart, es la barra de repetición para la Exposición, esto hace que este primer movimiento sea más corto de lo usual. El segundo movimiento tiene un carácter juguetón y a la vez gentil. Su segunda parte genera una inestabilidad rítmica lograda por una herramienta rítmica llamada síncopa, que es el sonido después de un pulso firme, la reexposición llega después de 14 compases, obteniendo un segundo movimiento de duración corta. El minueto tiene dos temperamentos distintos que cambian my rápidamente, el primero es muy rítmico y el segundo con carácter noble. El trío mantiene un carácter noble, pero ahora más cantable. La repetición al minueto es obligada, aunque no las dos repeticiones internas, hay versiones que suelen hacer las repeticiones de la estructura del minueto como se hiciera en el inicio. (Personalmente, cuando interpreto minuetos de esta época, hago todas las repeticiones). El cuarto movimiento está denominado como presto, los cuatro primeros compases presentan un tema cantable articulado, y a partir del quinto compás, Mozart escribe para la cuerda un motivo que muestra el virtuosismo de los ejecutantes, con notas rápidas y con cromatismos, es decir con notas extrañas a la escala de la tonalidad en re mayor. Mozart le escribe a su padre: Mon trés cher Pére!, el 7 de agosto de 1782, que ya se había casado sin recibir la carta en donde le daba su bendición, y al final de esta se refiere a este cuarto movimiento así:
“… el último – tan deprisa como sea posible.” … “ Mi querida mujer y yo le besamos 1000 veces las manos, y los dos abrazamos a nuestra querida hermana de corazón y soy Eternamente su Hijo obedientísimo W. A. Mozart.”
Prokofiev y su sinfonía Clásica
La primera sinfonía de Prokofiev, llamada clásica, la escribió entre 1916 y 1917, en la Unión Soviética, en la que utilizó notas “modernas” sobre la estructura de la sinfonía clásica, y es la única con esta estructura de las primeras cuatro, ya que la segunda está escrita con solo dos movimientos, compuesta en 1924; ni la tercera escrita en 1928, ni la cuarta sinfonía, realizada en 1930. Otra obra escrita en 1916 fue su suite Escita, en esta obra se siente el influjo de la Rusia pagana, como lo expresara Igor Stravinsky en 1913, con su ballet La consagración de la primavera, claro que este último hizo el estreno en París, mientras que Prokofiev lo hiciera en Rusia, a punto de entrar en plena revolución rusa.
La Primera Guerra Mundial (1914 – 1918) también dejó huella en el ámbito musical, algunos de los compositores creyeron que no existía necesidad de su trabajo, Dukás compuso algunas obras, Rachmaninov se retiró de componer en 1917 y se reincorporó hasta 1926. Una de las propuestas para la composición fue la de retomar la música antigua y fue Ravel uno de los pioneros de esta retrospectiva que con su obra para piano La tumba de Couperin, en forma de suite barroca, escrita entre 1914 y 1917, usa el modelo de claridad de forma y textura contrapuntística, transmitiendo recreación en este redescubrimiento de las viejas maneras. Stravinsky en su ballet Pulcinella (1919 - 1920) bajo encargo de Diághilev, es otro que se une a este uso de las formas antiguas; basándose en obras atribuidas a Pergolesi; ingresando al Neoclasicismo; usando acordes perfectos añadiendo un intervalo de segunda mayor; usando simultáneamente dos regiones tonales cercanas; aviva el color orquestal y revaloriza la escritura contrapuntística a la manera de Bach. En la producción de Pulcinella se tuvo la colaboración de Pablo Picasso para los diseños de escenografía y figurines. Así, tenemos que la Sinfonía clásica de Segei Prokofiev es parte de esta corriente que retoma los valores del barroco y el clasicismo musical.
La estructura del primer movimiento en cuanto a los elementos que lo conforman y las regiones tonales que suelen estar presentes en la forma, son casi como lo marca el canon, con dos características propias de esta obra: la primera, que tampoco tiene barra de repetición al terminar la Exposición y en su lugar Prokofiev agrega un compás de silencio que le llamamos Gran Pausa. Y lo más notable del uso de las regiones tonales, se da en la reexposición, que llega a la región tonal de do mayor, y no a re mayor como le establece el canon clásico, aunque ya en la Exposición marca en qué zona volverá al tono de re mayor más delante de la reexposición. Este primer movimiento es vivaz y virtuoso, con una gran claridad y nitidez en el uso de la instrumentación. El segundo movimiento está escrito en la tonalidad de la mayor, esta tonalidad es el quinto grado de re mayor, dando una coherencia armónica a la estructura general de la obra entre sus movimientos. El tema inicial me recuerda a las melodías mozartianas de sus arias. Más adelante, en la sección de los pizzicati, crea una atmósfera de los andantes o larghetos de algunas de las sinfonías de Beethoven. Hay una zona intermedia en la que cambia de tonalidad, otra vez a do mayor, este es otro elemento de unión de la macroforma. La reexposición la escribe en la tonalidad del inicio, la mayor. El tercer movimiento es una danza que fue utilizada en el periodo barroco de la música, llamada gavota, una de sus características es su inicio en anacrusa, es decir, inicia antes del tiempo fuerte del compás. Prokofiev compuso dos versiones de la gavota, la segunda es más larga. En esta noche escucharemos la versión corta de la misma. El cuarto movimiento es un movimiento virtuoso, que además de la velocidad de las notas, es también la combinación de las diversas articulaciones de cada instrumento y de cada sección orquestal. Este movimiento sí tiene su barra de repetición, que usualmente se hace y la estructura corresponde a la forma sonata como la de los primeros movimientos de las sinfonías. En este desarrollo utiliza varios cambios de armadura, que tiene que ver con cambios de regiones tonales, utilizados con mayor frecuencia que en los movimientos anteriores. Estamos ante una obra maestra de inicios del siglo XX, que atravesaba una de las peores épocas de Europa, la Primera Guerra Mundial.
Rodolfo Halffter
Los tambores de guerra se escucharon también en España, debido a su guerra civil que abarcó los años de 1936 a 1939, al término de esta, algunos españoles deciden salir de su país. El presidente Lázaro Cárdenas da asilo a los españoles que llegaron el 13 de junio de ese año en el buque Sinaia. Llegaron, entre muchos otros, científicos, intelectuales y artistas que dejaron huella en diversas instituciones académicas, como la Universidad Nacional Autónoma de México, el Politécnico Nacional, el Instituto Nacional de Antropología, el Fondo de Cultura Económica y a la Casa España, ahora Colegio de México, entre otras.
Rodolfo Halffter se incorporó rápidamente al ambiente cultural mexicano, ya que contaba con una trayectoria importante en España. Recibió orientación en composición de Manuel de Falla, ícono del nacionalismo español; una de sus primeras obras, en las que el maestro vertió recomendaciones, fue la Suite para orquesta, op 1, estrenada el 20 de marzo de 1928 con la Orquesta Filarmónica de Madrid. También lo motivó a que conociera la obra de los compositores Domenico Scarlatti (1685 - 1757) y el padre Antonio Soler (1729 - 1783), guiándolo así a la nueva tendencia del Neoclasicismo. Halffter ocupó distintos puestos en el Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes de la República Española, entre los años 1936 y 1937.
A su llegada a México, Halffter se encuentra con una importante actividad postrevolucionaria de las artes. Expongo a continuación una parte de las composiciones de cuatro autores icónicos de la música en México, el último nacido en Xalapa, Ver.:
Manuel M. Ponce: Quatuor, estrenado por el Cuarteto Clásico Nacional en julio de 1938; Ferial, dirigido por Carlos Chávez en agosto de 1940; y el Concierto del Sur, que Andrés Segovia estrenó en Montevideo en octubre de 1941.
Silvestre Revueltas: Cinco canciones de niños y dos canciones profanas, (1939) para voz y pequeña orquesta; Sensemayá para pequeña orquesta, versión de 1937; Sensemayá para gran orquesta, versión de 1938; de los cantos de lucha: Canto de guerra de los Frentes Leales, arreglo para metales, timbales y piano de 1938, y Canto ferrocarrilero para coro de 1938.
Carlos Chávez: Chacona en mi menor de Buxtehude para pequeña y gran orquesta de 1937; Concierto para 4 cornos y orquesta de 1937; Concierto para piano con orquesta de 1938; Tres poemas para voz y piano para soprano o tenor, textos de Carlos Pellicer, Salvador Novo y Xavier Villaurrutia de 1938; 4 nocturnos para soprano y contralto con orquesta, textos de Xavier Villaurrutia de 1939; Xochipilli, música azteca imaginaria, para flautín, flauta, clarinete en mi bemol, trombón y seis percucionista de 1940.
Eduardo Hernández Moncada: Suite romántica para orquesta de cámara de 1937; Suite de Danzas antes Suite de baile para orquesta de cámara de 1939; Bajío, obertura de la revista Upa y Apa = Mexicana de 1939; Suite romántica para orquesta de cámara de 1937; Primera Sinfonía de 1942, esta se estrenó el 31 de julio de 1942 en el Palacio de Bellas Artes, por la Sinfónica de México, dirigida por Dimitri Mitropoulus.
Halffter compone su ballet Don lindo de Almería en 1935, se estrenó solo una suite en el año de 1936 en París y Barcelona, teniendo su estreno completo en la ciudad de México en el teatro Virginia Fábregas el 9 de enero de 1940, debido al buen recibimiento de esta obra, meses después se funda la primera compañía de ballet contemporáneo en México, en colaboración con la bailarina y coreógrafa Anna Sokolov, la compañía se denominó La Paloma Azul. En 1946 se estableció la revista musical Nuestra Música, relacionada con Ediciones Mexicanas de Música, cuyo consejo editorial lo formaban Jesús Bal y Gay, Blas Galindo, José Pablo Moncayo, Adolfo Salazar, Luis Sandi y Carlos Chávez, a Rodolfo Halffter se le nombró como director. En México se le reconoce como uno de los pioneros en desarrollar y compartir conocimientos en la técnica de composición del serialismo y dodecafonismo, al igual que al compositor mexicano Carlos Jiménez Mabarak.
La Obertura Festiva op 21 está dedicada a Luis Herrera de la Fuente, para ser estrenada con la Orquesta de Cámara de Bellas Artes en 1952, la obra está editada por Ediciones Mexicanas de Música en 1980. La construcción de esta obra está basada en un estilo neoclásico, hace uso armónico desde la politonalidad, usando también acordes con notas agregadas como 4as o 2as, creando una atmósfera no tan tradicional, pero con las relaciones tonales como se hiciera en el periodo del Clasicismo. Su estructura nos recuerda al primer movimiento de la forma sonata, es decir, con la primera parte de Exposición de los temas, una parte que se puede tomar como Desarrollo de los temas expuestos en distintas regiones tonales, y que este desarrollo viene después de una barra de repetición, como ya lo hemos mencionado; y a la manera de los clásicos, una tercera parte como reexposición. Interesante que tanto en la exposición como en la reexposición, utiliza un cambio de compás, un cambio de pulso de binario a ternario, con el uso de un compás de 3/8 combinado con uno de 2/4, enriqueciendo la inestabilidad rítmica. Una de las características utilizada por los compositores en relación al uso de la forma, es un pasaje que suena homófono, es decir, las mismas notas en distintos registros sonoros por distintos instrumentos y que marca un cambio que también es utilizado como puente a otro elemento de la estructura, esto es utilizado en esta obertura en la región baja de la cuerda, es decir, violas, cellos y contrabajos como elemento final del Desarrollo y que desemboca directamente a la reexposición. Quiero resaltar que el tema del inicio es un tema realizado con intervalo de terceras, que es un elemento de las canciones populares, no exclusivo de México, pero que se asocia a las canciones rancheras. Halffter logra el carácter festivo con la combinación de los distintos colores instrumentales de su orquestación.
En este concierto hemos realizado un viaje por la tradición de los clásicos, usando la estructura de la forma sonata que hasta nuestros días se sigue utilizando. También hemos atravesado guerras, los conflictos armados continúan hasta hoy, con la invasión de Rusia a Ucrania el 24 de febrero de este año, las repercusiones están a la vista en diversos ámbitos sociales y culturales. Usemos el arte como elemento para un beneficio social, pongamos en las manos de los infantes un instrumento y en sus mentes, libros para la buena costumbre de la lectura.
Maestro Rey Alejandro Conde Valdivia
Violinista, musicólogo y director de orquesta
Director de Grupos Artísticos de la DGDC de la
Universidad Veracruzana.