Zelenka / Telemann / Facsh / C.P.E Bach 25/04/2014

Juan Arturo Brennan | Xalapa
Hipocondrie à 7 concertanti ZWV 187 - Jan Dismas Zelenka / La bourse TWV 55:B11 - Georg Philipp Telemann / Concierto para chalumeau soprano en Si bemol Mayor - Johann Fridedrich Fasch / Sinfonías orquestales con doce voces obligadas - Carl Philipp Emmanuel Bach

Jan Dismas Zelenka
Algo de interesante debe haber en la vida y la obra de un compositor cuyo catálogo incluye, entre sus obras importantes, una partitura titulada Hipocondría. Tal compositor es Jan Dismas Zelenka (1679-1745), bohemio de origen, nacido en Lounovice y muerto en la ciudad alemana de Dresde. Hijo del organista y maestro de escuela de su pueblo natal, Zelenka recibió parte de su educación en el colegio jesuita Clementinum de Praga. Después de haber trabajado durante una temporada en Praga para el barón Von Hartig, Zelenka obtuvo empleo en la corte del rey de Polonia y elector de Sajonia. Además de sus labores como compositor, Zelenka trabajó como instrumentista de la orquesta de la corte, tocando el contrabajo. Entre 1716 y 1719, Zelenka estuvo en Viena como alumno de Johann Joseph Fux (1660-1741), y de regreso en Dresde, obtuvo el nombramiento complementario de compositor de música sacra. Se sabe que la música de Zelenka fue conocida y apreciada por Johann Sebastian Bach (1685-1750), cuya casa en Leipzig fue visitada por el compositor bohemio. Es posible mencionar entre las amistades cercanas de Zelenka a ilustres compositores de su tiempo como Georg Philipp Telemann (1681-1767), Johann Georg Pisendel (1687-1755) y Sylvius Leopold Weiss (1687-1750). Se conocen poco más de dos centenas de obras de Zelenka, la mayor parte de las cuales son composiciones sacras y litúrgicas. Con una sola excepción, toda la música instrumental de Zelenka data de los años inmediatamente anteriores y posteriores a 1720. Una de sus composiciones instrumentales más conocidas lleva por título original Hipocondrie à 7 concertanti (número de catálogo ZWV 187), y fue escrita originalmente para dos oboes, dos violines, viola, fagot y bajo continuo. Zelenka escribió esta singular obra en Praga, el año 1723. Señalan los musicólogos que, como casi toda la música instrumental escrita por Zelenka en Praga, Hipocondrie no lleva cornos. Un análisis de esta obra permite descubrir una estructura tripartita que se parece mucho a la forma tradicional de una obertura barroca a la francesa.

Georg Philipp Telemann
Si algo tiene en común Georg Philipp Telemann (1681-1767) con su ilustre contemporáneo Antonio Vivaldi (1678-1741) es el hecho de que ambos dedicaron mucho tiempo y esfuerzo a la creación de conciertos para casi todos los instrumentos que se conocían en su tiempo. En el caso de Telemann, una somera revisión de su catálogo permite descubrir conciertos para numerosos instrumentos solistas y sus combinaciones; además de los conciertos en los que se propone un sólo instrumento solista, existen numerosos conciertos múltiples en los que se hace evidente el espíritu aventurero de Telemann. En el campo de la música orquestal, Telemann creó entre otras cosas un gran número de suites, concebidas alternativamente para la sala de concierto o para el teatro de ópera. El propio compositor afirmó que había escrito más de 600 de estas suites, pero en todo caso, sólo sobreviven alrededor de 130 de ellas. Algunas de estas suites son especialmente interesantes, ya que están basadas en ideas extra-musicales; entre ellas destacan Don Quijote, Las mareas de Hamburgo y Las naciones antiguas y modernas, conocida coloquialmente como Las naciones. Entre estas suites de Telemann hay una que destaca por lo improbable del tema elegido por el compositor: la bolsa de valores. En efecto, su suite orquestal La bourse (‘La bolsa’) ha sido interpretada como una descripción en términos musicales del turbulento clima económico que privaba en Europa en la primera mitad del siglo XVIII. Una audición atenta a la música propuesta por el compositor en esta suite permitirá descubrir elementos de tensión y efervescencia, con un final en el que está claramente manifestada cierta esperanza en el futuro (Cabría preguntarse qué clase de música podría inspirar hoy, en pleno siglo XXI, la compleja y no muy boyante situación económica de Europa. Y… ¿quién sería el compositor ideal para describirla en términos musicales?).
La Suite La bolsa de Telemann pertenece cabalmente al ámbito de la música descriptiva, como lo señalan claramente los títulos de cinco de sus seis movimientos: El descanso interrumpido, La guerra en la paz, Los vencedores vencidos, La soledad asociada y La esperanza de Mississippi. Muy a la usanza de las suites (orquestales o instrumentales) de la época, estos cinco movimientos descriptivos de La bolsa van precedidos de una obertura en estilo francés. La obra fue escrita por Telemann en Frankfurt, alrededor de 1720.



Johann Fridedrich Fasch
Si bien el nombre de Johann Friedrich Fasch (1688-1758) no es muy conocido, incluso entre los amantes de la música barroca, tiene al menos un cierto reconocimiento en un nicho muy especial de músicos y melómanos: los trompetistas y los aficionados a este maravilloso instrumento saben que una de las piezas fundamentales del repertorio es precisamente el atractivo Concierto para trompeta de Fasch. Este violinista y compositor fue alumno de Johann Kuhnau (1660-1722) y Johann Christoph Graupner (1683-1760), y su música fue apreciada incluso por Johann Sebastian Bach (1685-1750), quien realizó copias manuscritas de varias de sus obras.
El chalumeau es un instrumento que pertenece a la familia de los alientos-madera. Si bien hoy está en desuso, tiene una historia interesante y, lo que es más importante, un sonido muy atractivo. Si al escuchar un chalumeau en grabación o en concierto usted comienza a alucinar a un clarinete de sonido peculiar, no se preocupe, porque el chalumeau sí es pariente cercano del clarinete. Se trata de un instrumento de una sola caña (a diferencia del oboe y el fagot, por ejemplo, que son de doble caña), de construcción básicamente cilíndrica, y que aparece citado con ese nombre hacia el año 1690. Su historia temprana está asociada de manera importante con la familia Denner, constructores de instrumentos musicales, quienes construían principalmente flautas dulces. Resulta que un chalumeau puede ser considerado como una especie de flauta dulce con boquilla de una caña, y los Denner se dedicaron también a fabricar y perfeccionar el chalumeau; de ahí a la invención del clarinete hubo solo un corto paso. Como ocurrió con las flautas dulces, surgieron en la época barroca los consorts de chalumeaux, es decir, ensambles formados por varios instrumentos de esta familia, cada uno de distinta tesitura.
Johann Friedrich Fasch compuso su Concierto para chalumeau soprano en si bemol mayor en algún momento entre 1730 y 1740. Se trata de un concierto con una parte solista de alto grado de dificultad, en la que el compositor explota todo el rango del instrumento, incluyendo su difícil registro agudo. En algunos textos se menciona la posibilidad de que Fasch haya escrito su Concierto para chalumeau con dedicatoria a Johann Christian Klotsch, un intérprete virtuoso contemporáneo del compositor, quien además del chalumeau tocaba el fagot, y quien fue colaborador de Johann Christoph Graupner.

Carl Philipp Emmanuel Bach
Hacia 1738, recién terminado uno de sus ciclos de estudios, Carl Philipp Emanuel Bach (1714-1788) recibió una invitación para acompañar a un joven noble en un largo viaje por Europa. Sin embargo, el compositor recibió al mismo tiempo otra invitación, mucho más tentadora y productiva, para incorporarse al servicio musical de un joven príncipe de 26 años. Así, Bach canceló sus planes de viaje y acepto la oferta del príncipe, quien un par de años después se convertiría en el rey Federico II de Prusia, bien conocido por sus inclinaciones musicales. Al tomar esta decisión, C.P.E. Bach estaba dando el paso más importante de su vida y su carrera, ya que permaneció al servicio de Federico por casi treinta años. Fue durante ese largo período al servicio del ilustrado monarca que Bach compuso lo más importante de su producción. Como excelente tecladista que era, dedicó una atención especial a la creación de obras para el clavecín, un área de su catálogo en la que es posible encontrar algunos de los antecedentes más importantes de la forma sonata clásica. En el ámbito de la música orquestal, abordó solamente un género, la sinfonía, al que hizo notables contribuciones. En el catálogo de las obras de C.P.E. Bach se da cuenta de una veintena de sinfonías, así como de numerosas otras obras de este género que hoy son consideradas como espurias. Las sinfonías de Bach, como las demás obras que compuso, han sido objeto del trabajo de dos catalogadores distintos, Helm y Wotquenne, por lo que cada una de ellas lleva dos números distintos.
En el catálogo de Helm, hay un grupo de cuatro sinfonías numeradas desde el 663 al 666. Estas mismas sinfonías fueron agrupadas por Wotquenne con el número colectivo 183. Se trata de cuatro sinfonías en las tonalidades de re mayor, mi bemol mayor, fa mayor y sol mayor. El título original en alemán de este grupo de obras puede traducirse así al castellano: Sinfonías orquestales con doce voces obligadas. La orquestación de las Sinfonías Wq 183 contempla dos flautas, dos oboes, fagot, dos cornos y cuerdas, en contraste con la austera dotación de cuerdas que el compositor propone para las seis Sinfonías Wq 182, que datan de 1773. Las cuatro Sinfonías Wq 183 fueron compuestas por C.P.E. Bach entre 1775 y 1776, y publicadas en Leipzig en 1780.

Juan Arturo Brennan