Sinfonía Williams 03/02/15

Juan Arturo Brennan | Tlaqná
Sinfonía n°. 5 - Ralph Vaughan Williams

Sinfonía No. 5 en re mayor
Los musicólogos y analistas han discutido repetidamente y a fondo el contenido filosófico de la música del gran sinfonista inglés Ralph Vaughan Williams. Algunos especialistas le adjudican a su música una clara vertiente religiosa, específicamente cristiana, mientras que otros afirman que, habiendo sido ateo en su juventud, el compositor derivó más tarde hacia un agnosticismo flexible y, aunque en algunas de sus obras es evidente un cierto sentido religioso, se trata más de la expresión musical de un hombre visionario y humanista que la de un cristiano practicante. Como dato importante para esta discusión, es válido mencionar el amor profundo que Vaughan Williams sentía por la música de Juan Sebastián Bach (1685-1750), especialmente por sus misas y otras obras religiosas. Por su origen y su contenido estrictamente musical, la Quinta sinfonía es una obra ideal para un acercamiento a Vaughan Williams el visionario. La mayor parte de los datos citados a continuación sobre la Quinta sinfonía de Vaughan Williams están contenidos en un interesante ensayo de David Cox sobre la producción sinfónica del compositor inglés.
En 1931 y 1932, Vaughan Williams había dado los primeros pasos en la creación de su Cuarta sinfonía en fa menor, cuyo material temático y ambiente armónico y dinámico habría de resultar básicamente oscuro, violento y conflictivo. Como contraste a esta densa sinfonía, el músico inglés creó después su Quinta sinfonía, que no sólo está concebida en una luminosa tonalidad (re mayor) sino que es en general una obra pacífica y serena. Al abordar la creación de su Quinta sinfonía, Vaughan Williams tenía en el tintero algunos fragmentos de su obra escénica titulada The Pilgrim’s progress (El progreso del peregrino), basada en el texto más conocido del notable ministro y escritor puritano inglés John Bunyan (1628-1688). En esta singular y austera obra, Bunyan explora sobre todo algunos aspectos muy personales que tienen que ver con su conversión religiosa y con la persecución de la que fue objeto. El caso es que la obra de Vaughan Williams, basada en el libro de Bunyan, habría de tener una larga y complicada génesis, y no sería concluida sino hasta 1949. Así, cuando el compositor inició la composición de su Quinta sinfonía, echó mano de algunos de los materiales que había bosquejado para The Pilgrim’s progress; a través del empleo de esos materiales se establece una conexión directa y profunda entre ambas obras. En general, la Sinfonía No. 5 de Vaughan Williams se mueve en el mismo ámbito modal y polifónico que el compositor había planteado en su Tercera sinfonía (1921) conocida como Pastoral. De hecho, David Cox anota en su ensayo que la armonía de la obra es básicamente ambigua, y que no es sino hasta el último movimiento que se establece con claridad la tonalidad fundamental de re mayor. Esta ambigüedad tonal es detectable, sobre todo, en el primer movimiento de la sinfonía. El segundo movimiento es un Scherzo fugaz y fantasmal, uno de cuyos temas está basado en una escala pentáfona. Si bien el tercer movimiento de la sinfonía fue designado por el compositor como una Romanza, se trata más bien de un movimiento profundo y meditativo, en el que aparecen materiales temáticos de The Pilgrim’s progress. Más aún: originalmente, el compositor había anotado al inicio de este movimiento una cita de la obra de Bunyan, que dice así:
En este lugar se levantaba una cruz, y un poco más abajo un sepulcro. Entonces él dijo: ‘Me ha dado descanso con su sufrimiento, y me ha dado vida con su muerte’
Sin embargo, la cita no fue incluida en la versión impresa de la partitura. El movimiento conclusivo de la obra está construido sobre el esquema de una Passacaglia (es decir, una forma de variación continua sobre un bajo inmutable), esquema que Vaughan Williams trata con bastante flexibilidad. Aquí también es posible detectar parte del material temático de The Pilgrim’s progress. Algunos analistas, como Hugh Ottaway, han señalado que la Quinta sinfonía representa el punto climático del catálogo de Vaughan Williams en el período de la Segunda Guerra Mundial. De modo más específico, el ensayista inglés afirma que esta obra es el clímax de la inspiración de origen religioso en la música de Vaughan Williams.
El compositor trabajó en su Quinta sinfonía entre 1938 y 1943 y al finalizar la obra dedicó la partitura al gran compositor finlandés Jean Sibelius (1865-1957) con estas palabras:

Dedicada sin permiso y con la mayor adulación a Jean Sibelius, cuyo gran ejemplo es digno de imitación.
Esta dedicatoria no indica, a pesar de lo que pudiera pensarse, que hay en esta u otras obras de Vaughan Williams alguna reminiscencia del estilo de Sibelius; en este caso, la admiración del inglés por el finlandés se movía más en el plano de lo teórico que en el de la imitación.
El eminente director inglés Sir Adrian Boult, considerado como la “autoridad” en materia de música de Vaughan Williams y a quien correspondió estrenar un buen número de susu obras, obtuvo posteriormente una nota de Sibelius, agradeciendo la dedicatoria con estas palabras: “He escuchado en Estocolmo la nueva Sinfonía del Dr. Vaugham Williams… Me parece una obra maravillosa… su dedicatpria me hizo sentir orgulloso y agradecido… me pregunto si el Dr. Vaughan Williams tendrá idea del gran placer que me ha causado”
La Quinta sinfonía de Ralph Vaughan Williams fue estrenada el 24 de junio de 1943, en plena II Guerra Mundial, en el Royal Albert Hall de la capital inglesa, en uno de los famosos Conciertos Promenade, por la Orquesta Filarmónica de Londres bajo la batuta del compositor.