De Falla / Gershwin / Ravel 30/11/15
MANUEL DE FALLA (1876-1946)
Suite No. 1 de El sombrero de tres picos
En marzo de 1833 nació en Guadix, provincia de Granada, España, Pedro Antonio de Alarcón, personaje que con el paso del tiempo habría de convertirse en un famoso escritor. Hacia 1857 su reputación como poeta y periodista estaba bien establecida, pero en ese año su obra teatral El hijo pródigo fue silbada por el público y Alarcón decidió hacer una pausa en su agitada carrera de escritor. Para descansar del público y sus rechiflas, se alistó como voluntario para luchar en la campaña de Marruecos en 1859-60. De esta experiencia obtuvo material para su interesante Diario de un testigo de la guerra en África. A su regreso a España Alarcón retomó la carrera de periodista y se afilió a la causa liberal, pero al paso de los años los vaivenes ideológicos arruinaron su carrera política. Como novelista, Alarcón creó obras importantes como El final de Norma, El escándalo, El niño de la bola y La pródiga. El estilo vívido y pintoresco de la prosa de Alarcón suele hallar de vez en cuando el obstáculo de la retórica excesiva, característica del romanticismo literario español. Pedro Antonio de Alarcón murió en Valdemoro, cerca de Madrid, en 1891, y hasta la fecha se le recuerda principalmente por su novela El sombrero de tres picos, sobre la cual Manuel de Falla habría de crear una de sus mejores obras musicales.
La música de El sombrero de tres picos fue estrenada en el Teatro Eslava de Madrid el 7 de abril de 1917, y como ballet, la partitura de Falla fue bailada por primera vez en el Teatro Alhambra de Londres el 22 de julio de 1919, bajo la dirección de Ernest Ansermet. El estreno del ballet El sombrero de tres picos fue muy exitoso y la compañía de Diaghilev llevó el ballet a Madrid, a París y a Berlín, ciudades en las que fue bien recibido por el público y por la crítica. De la partitura del ballet, Falla extrajo dos suites de concierto que agrupan diversos números de la continuidad dancística original.
GEORGE GERSHWIN (1898-1937)
Rapsodia en azul
En los primeros días del año de 1924 George Gershwin se dedicaba a la composición de su famosa Rapsodia en azul para piano y orquesta, obra que iba a ser incluida en un concierto de la orquesta de Paul Whiteman. La creación de esta partitura va acompañada de una anécdota musical realmente interesante. Tiempo después del estreno de la obra, Gershwin afirmó que la estructura de la Rapsodia en azul le había venido a la mente durante un viaje en tren a Boston. Los ritmos y los sonidos del ferrocarril pusieron a trabajar la imaginación de Gershwin, quien, en sus propias palabras, al llegar a Boston tenía ya la partitura completa en la cabeza. La verdad es que tenía la parte del piano y la idea general del acompañamiento. La carga de trabajo que Gershwin tenía por aquellas fechas le impidió orquestar el acompañamiento de su Rapsodia en azul, y la orquestación fue realizada finalmente por Ferde Grofé (1892-1972), compositor y arreglista de sólida reputación en su tiempo.
A estas alturas de la historia musical ya no es noticia afirmar que la Rapsodia en azul es sin duda la obra más importante en lo que se refiere a la fusión del jazz con la música de concierto. Este hecho invita a considerar un pequeño problema semántico. Para aquellos que se preguntan por qué la Rapsodia de Gershwin es de color azul, bien vale la pena apuntar que el título se entiende mejor en su versión original en inglés, Rhapsody in blue, en donde el término blue (que puede ser azul o triste, según el contexto) se refiere a un tipo de canción lenta y melancólica de los negros de los Estados Unidos, que se popularizó al inicio del siglo XX y que es uno de los componentes fundamentales del jazz, el blues. Por otra parte, se conoce como blue note (nota azul, o nota triste para ser más exactos) a una nota de la escala musical (la tercera y la séptima, por lo general) a la que se aplica un bemol, o sea un descenso de un semitono, para producir el fundamento del lenguaje armónico propio del jazz. Es decir, no queda duda de que el jazz estuvo siempre en la mente de Gershwin al componer su Rapsodia en azul, o para decirlo con más propiedad, la Rapsodia en blue. La obra fue estrenada el 12 de febrero de 1924, con Gershwin al piano y Paul Whiteman al frente de su orquesta.
GEORGE GERSHWIN (1898-1939)
Un americano en París
En el año de 1928 George Gershwin se tomó una larga vacación en Europa, acompañado de su hermana Frances, su hermano Ira y la esposa de éste. Durante el viaje, la familia Gershwin visitó, entre otros sitios, Londres, Viena y París. Al parecer, la capital francesa fue el punto culminante de la gira, ya que en esta ciudad Gershwin conoció a Sergei Prokofiev (1891-1953), Darius Milhaud (1892-1974), Maurice Ravel (1875-1937) y Nadia Boulanger (1887-1979). Dos años antes, en una visita previa a París, Gershwin había concebido un breve tema musical que, con el paso del tiempo, habría de convertirse en el inicio de su famosa obra sinfónica Un americano en París, cuya creación fue la respuesta de Gershwin a un encargo de la Sociedad Sinfónico-Filarmónica de Nueva York que en ese entonces era presidida por Walter Damrosch. Así, Gershwin se dio tiempo entre visitas turísticas, fiestas y recepciones, para trabajar en su nueva partitura, de modo que a su regreso a Nueva York, en junio de 1928, la partitura estaba ya muy avanzada. Hacia el inicio de agosto, el compositor terminó la obra en partitura de piano y estuvo ocupado hasta noviembre con la orquestación de Un americano en París.
El estreno de la obra, se realizó el 13 de diciembre de 1928 con Walter Damrosch dirigiendo a la Sociedad Sinfónico-Filarmónica de Nueva York. Para el cajón de los datos inútiles: un catálogo discográfico del otoño de 1997 menciona que existen más de cincuenta grabaciones de Un americano en París, incluyendo un arreglo para piano, la versión de Gershwin para dos pianos, y la versión original de la partitura orquestal, que contiene algunos pasajes omitidos por Gershwin después del estreno. En algunas de las grabaciones más antiguas, se puede escuchar al propio Gershwin en el piano.
MAURICE RAVEL (1875-1937)
Concierto para piano y orquesta en re mayor, para la mano izquierda
Durante 1927 y 1928, Maurice Ravel había realizado una exitosa gira por los Estados Unidos. De regreso en Francia, parecía lógico planear una segunda gira por América (que nunca habría de realizarse) y Ravel pensó escribir un concierto para piano y llevarlo consigo a los Estados Unidos. Inició la composición en 1930 y mientras trabajaba en su Concierto para piano en sol mayor, el pianista austríaco Paul Wittgenstein le pidió una obra para la mano izquierda. Wittgenstein, pianista de cierto talento, había perdido el brazo derecho en una batalla durante la Primera Guerra Mundial. Lejos de abandonar su carrera, desarrolló una enorme técnica en su mano izquierda y logró que varios compositores escribieran obras especialmente dedicadas a él; entre ellos, Sergei Prokofiev (1891-1953), Richard Strauss (1864-1949), Erich Wolfgang Korngold (1897-1957), Franz Schmidt (1874-1939), Paul Hindemith (1895-1963) y Benjamin Britten (1913-1976). Por su parte, Ravel también aceptó, de inmediato, la proposición de Wittgenstein, y se dio a la tarea de componer simultáneamente ambos conciertos. El Concierto para la mano izquierda fue terminado por Ravel antes que el Concierto en sol mayor, en agosto de 1930. El estreno de la obra se realizó en Viena el 5 de enero de 1932 (en algunas fuentes se dice que fue el 27 de noviembre de 1931) con Wittgenstein como solista y la Orquesta Sinfónica de Viena dirigida por Robert Heger. Además de sus evidentes cualidades musicales y del interés que tiene por su conjunción de elementos de concierto con elementos de jazz, esta obra de Maurice Ravel queda para la posteridad como un tributo a la férrea voluntad de Paul Wittgenstein, pianista que al perder la mitad de sus herramientas de trabajo, lejos de abandonar su carrera, se dio a la tarea de perfeccionar, contra viento y marea, la otra mitad, con resultados admirables.
Juan Arturo Brennan