Sibelius / Mozart / Franck 26/01/16

Juan Arturo Brennan | Tlaqná
El Cisne de Tuonela - Jean Sibelius / Sinfonía concertante para violín, viola y orquesta, K. 364 / Sinfonía en Re menor - César Franck

JEAN SIBELIUS (1865-1957)

El cisne de Tuonela

Como en el caso de los otros tres poemas sinfónicos que forman el ciclo Cuatro leyendas del Kalevala, Jean Sibelius cuenta en El cisne de Tuonela una de las muchas historias contenidas en el libro fundamental de la épica nacional finlandesa, el Kalevala En este caso particular, la fuente textual del poema sinfónico se halla en el Runo 14 del Kalevala, y la historia que allí se narra tiene interesantes paralelos con las mitologías de otros tiempos, otras culturas y otras latitudes. En especial, resulta más o menos fácil hallar la analogía entre la anécdota del Runo 14 y la añeja leyenda de los doce trabajos de Hércules.

Como en los otros tres poemas sinfónicos (a veces llamados Las leyendas de Lemminkäinen), el héroe de El cisne de Tuonela es el aguerrido, temerario y seductor Lemminkäinen, uno de los personajes principales del Kalevala. En una de sus aventuras, Lemminkäinen se empeña en ganar la mano de la hija de Louhi, dama y señora de Pohjola, la oscura región del norte. Esto representa uno de los giros narrativos más interesantes del Kalevala, ya que esta gran épica del pueblo finlandés se plantea fundamentalmente como una lucha interminable entre Kalevala, la tierra de héroes, y Pohjola, que es la representación del enemigo a vencer. Así, no deja de ser fascinante el que Lemminkäinen enfoque sus deseos amorosos precisamente en la hija de la malvada señora de Pohjola, su principal enemiga. De nuevo, se antoja indispensable hacer memoria y recordar en cuántas historias y leyendas de diversas culturas se da el caso de la pasión amorosa entre enemigos; sin ir más lejos, la historia de la ópera está llena de casos así. Sucede, pues, que Lemminkäinen debe cumplir tres tareas para hacerse acreedor a la mano de la hija de Louhi. Estas tres tareas consisten en lazar un alce, domar un potro salvaje, y matar al cisne de Tuonela con una sola flecha. Tuonela, uno de los lugares más importantes en la simbología del Kalevala, es la tierra de los muertos, el infierno de la mitología finlandesa. Tuonela está rodeada de un río de rápidas corrientes y agua negra. Sobre el río, flota majestuoso el cisne de Tuonela, cantando misteriosas e hipnóticas melodías.
Para la composición de El cisne de Tuonela (Tuonelan joutsen, como dicen los finlandeses en su bello y misterioso idioma) Sibelius utilizó básicamente los materiales que años atrás había concebido como preludio para la ópera La construcción del barco, que nunca llevó a cabo. El poema sinfónico fue compuesto en 1893 y estrenado, con los otros tres del ciclo, el 13 de abril de 1896.


WOLFGANG AMADEUS MOZART (1756-1791)

Sinfonía concertante para violín, viola y orquesta en mi bemol mayor, K. 364

No hay seguridad absoluta respecto a los músicos a quienes Mozart dedicó las partes de violín y viola de su Sinfonía Concertante K. 364. Una teoría afirma que la parte de violín fue pensada para su padre, Leopold Mozart, y la de viola para el propio Wolfgang Amadeus. Otros afirman que la parte de violín fue pensada para el violinista Fränzl, miembro de la orquesta de Mannheim, y la de viola para algún anónimo colega suyo. Una tercera teoría indica que fue el violinista Kolb, de Salzburgo, el destinatario de la parte de violín de la Sinfonía Concertante.

Los analistas afirman que el primer movimiento de esta obra se inicia con un patrón rítmico idéntico al de una parte de una sinfonía de Carl Stamitz. He aquí, de nuevo, un elemento que asocia a la Sinfonía Concertante con la Escuela de Mannheim y su legendaria orquesta. Por otra parte, la primera entrada del violín y la viola solistas se da en forma de octavas paralelas, con lo que Mozart parece afirmar desde el principio la democrática igualdad entre ambos instrumentos. La orquesta que los acompaña está formada por dos oboes, dos cornos y cuerdas, y las cadenzas originales de la obra fueron escritas por el propio Mozart. Para añadir un último elemento sobre la relación Mozart-Mannheim, citaré un fragmento de un estudio cronológico que Henri de Curzon hizo sobre la música de Mozart. Escribe el analista francés:

Una fecha análoga (1779) debe ser atribuida a la Sinfonía Concertante en mi bemol mayor para violín y viola. Como en la Serenata en re, nótase aquí la influencia de la Escuela de Mannheim, y también el cansancio después del primer impulso. Los tutti orquestales con los que se inician los tres movimientos de la Sinfonía concertante son las partes más interesantes y sinceras de la obra.

Una vez más, la historia y la musicología apuntan hacia el terreno puramente sinfónico, y para cerrar este asunto con broche de oro, cito el hecho de que cuando Mozart escribió la Sinfonía concertante K. 364, ya había compuesto 33 de sus 41 sinfonías.



CÉSAR FRANCK (1822-1890)

Sinfonía en re menor

Hoy en día, la Sinfonía en re menor de César Franck es una pieza bien establecida en el repertorio orquestal, y casi universalmente aceptada como una obra de primera clase. De ahí que resulte particularmente interesante recordar que, al momento de su nacimiento, esta obra fue duramente criticada y corrió el riesgo de pasar al olvido musical que ha sido el destino de muchas otras obras valiosas. De hecho, hoy se conocen varias anécdotas relativas al estreno de la obra, que demuestran que César Franck no era muy apreciado por sus colegas. Algunas de esas anécdotas fueron recogidas por el compositor francés Vincent D’Indy (1851-1931), quien fue alumno de Franck, en una biografía de su maestro. La más famosa de esas anécdotas nos dice que el día del estreno de la obra, entre el público se hallaba Charles Gounod (1818-1893), compositor de la muy popular ópera Fausto. Al parecer, a Gounod no le gustó la Sinfonía en re menor de Franck, y al final de la ejecución dijo esto:

Esta obra es la afirmación de la incompetencia llevada a extremos de dogmatismo. Esto es la negación de la música.

Estas palabras de Gounod se han hecho casi tan famosas como la sinfonía misma, a pesar de que su autenticidad ha sido refutada en repetidas ocasiones, particularmente por el crítico francés León Vallas. Lo que sí parece indudable es el hecho de que en su momento la Sinfonía en re menor de Franck no fue recibida con mucho entusiasmo, ni por el público ni por la crítica. Ello pudo deberse a que la sinfonía no es del todo ortodoxa en su estructura y a que sus contemporáneos valoraban a Franck más como un excelente organista que como compositor de sinfonías.

De entrada, cabe recordar que esta obra fue concebida en tres movimientos, cuando la tradición sinfónica, desde tiempos de Franz Joseph Haydn (1732-1809), dictaba que lo normal era construir una sinfonía en cuatro movimientos. En el segundo movimiento de la sinfonía se encuentra otro elemento que fue duramente criticado en su tiempo: se trata de un solo de corno inglés que hoy en día no sólo parece inofensivo sino que incluso tiene algunos momentos de gran belleza. Entre quienes se quejaron de este solo de corno inglés estaba un pedante y muy conservador profesor del Conservatorio de París que se preguntaba, francamente ofendido: “¿A quién se le ocurre escribir para un corno inglés en una sinfonía? Esto podrá ser cualquier cosa menos una sinfonía.”
La Sinfonía en re menor de Franck fue estrenada el 17 de febrero de 1889 por la Orquesta del Conservatorio de París, dirigida por Vincent D’Indy.

Juan Arturo Brennan