Haydn / Zemlinsky 12/04/16
JOSEPH HAYDN (1732-1809)
Sinfonía No. 101 en re mayor, Hob.I:101, El reloj
En enero de 1794 Haydn dejó Viena para dirigirse a Londres para cumplir el compromiso que había hecho con el empresario Johann Peter Salomon; hizo escalas en Passau y Wiesbaden y llegó a la capital inglesa el 4 de febrero. Fue en este período, entre 1793 y 1794, que Haydn compuso la Sinfonía No. 101; esta conocida obra del catálogo orquestal del compositor de Rohrau forma parte del grupo de 12 sinfonías (conocidas colectivamente como las sinfonías de Londres, de la 93 a la104 de su catálogo) que escribió para Salomon, y que durante un largo tiempo fueron prácticamente las únicas de sus sinfonías en ser interpretadas de manera regular en conciertos sinfónicos. En el segundo movimiento de la Sinfonía No. 101, el tema principal es presentado desde el inicio con un acompañamiento como un vaivén, que es el tic-tac del reloj que da su sobrenombre a la sinfonía. Este acompañamiento es reiterado en diversas formas a lo largo del Andante, pero no de manera obsesiva. En el centro de este movimiento hay un episodio contrastante, más severo, casi tormentoso, en tonalidad menor. Vuelve el movimiento inicial del tic-tac, esta vez con una importante presencia de la flauta. Haydn propone entonces una inesperada pausa, que da lugar a la variación final sobre el tema principal del movimiento. Algunos comentaristas han sugerido que esa pausa es una broma intencional de Haydn: el compositor se toma un respiro para darle cuerda a su reloj. Después del Andante viene un Menuetto de orquestación rica y contrastada. En su indispensable trío central, la flauta vuelve a tener una presencia destacada, frente a la que el compositor propone breves episodios de una orquestación más densa. En la repetición del minueto en esta clásica forma ternaria, Haydn omite algunas de las repeticiones de la primera parte. La Sinfonía No. 101 concluye con un movimiento vivaz pero delicado, caracterizado en su inicio por una orquestación ligera y transparente. Más adelante, la orquestación se hace más rica en este que es el movimiento más breve y compacto de la obra. Por momentos, este Finale tiene sonoridades que remiten a la música orquestal de Wolfgang Amadeus Mozart (1756-1791). Antes de concluir el movimiento, Haydn construye un interesante episodio imitativo, un fugato sobre el tema inicial del Finale. En la coda del movimiento aparecen sombras fugaces de la orquestación delicada y transparente del principio. La Sinfonía No. 101 fue interpretada por primera vez en Londres el 3 de marzo de 1794 en uno de los conciertos organizados por Salomon.
ALEXANDER ZEMLINSKY (1871-1942)
Sinfonía en siete cantos sobre poemas de Rabindranath Tagore, ‘Lírica’
Originario de Calcuta, Rabindranath Tagore (1861-1941) es recordado hoy como el más grande poeta en la historia de la India. La calidad y trascendencia de su poesía le valieron, en el año de 1913, el Premio Nobel de Literatura. Entre sus principales méritos se encuentra el haber funcionado como un sólido puente entre la cultura de su patria y la cultura europea. Tanto en su poesía como en sus escritos en otros géneros, Tagore se mostró siempre cercano y solidario con las necesidades de las clases más desprotegidas de la India. Además, fue un elocuente vocero en pro de la independencia de su país. Su legado poético es suficiente para asegurarle a Tagore un lugar de privilegio en la historia de la cultura, pero fue además cuentista, compositor de canciones, dramaturgo, ensayista, pintor y educador. Siete de los poemas de la colección El jardinero (1913) de Rabindranath Tagore forman la base textual de las siete partes de la Sinfonía Lírica del compositor austriaco Alexander Zemlinsky. Escrita en 1923, la Sinfonía Lírica es probablemente la más difundida de sus obras.
Escuchar la Sinfonía Lírica de Zemlinsky es penetrar en un mundo sonoro y expresivo que parece estar en la frontera entre los últimos estertores del gran romanticismo alemán y los primeros atisbos de una modernidad en la que es posible percibir ciertos detalles expresionistas. Al respecto, el musicólogo Horst Weber afirma, citando a Theodor W. Adorno, que la música de Zemlinsky tiene “ese tono nuevo, extrañamente febril” que es como una síntesis de los preceptos de Johannes Brahms (1833-1897) y Richard Wagner (1813-1883). Esta observación de Weber es particularmente interesante a la luz de la feroz polémica que sostuvieron los partidarios de Brahms y los de Wagner, polémica altamente polarizada que fue promovida con enjundia por el crítico Eduard Hanslick. Un año después de componer la Sinfonía Lírica, Zemlinsky hizo este comentario sobre la obra:
La afinidad interna de las siete canciones, con sus preludios e interludios que tienen una y la misma base profundamente seria y apasionada, de seguro debe ser reconocida si la obra es correctamente entendida e interpretada. El preludio y la primera canción presentan el estado de ánimo fundamental de toda la sinfonía.
La Sinfonía Lírica fue estrenada el 4 de junio de 1924 en Praga, bajo la dirección del compositor. La relación de esta obra con el círculo de Arnold Schoenberg se hizo aún más profunda cuando Alban Berg (1885-1935) dedicó a Zemlinsky su Suite Lírica y citó en su cuarto movimiento la tercera canción de la Sinfonía Lírica.
Juan Arturo Brennan