Ginastera / Hindemith / Dvorák 05/09/16
ALBERTO GINASTERA (1916-1983)
Obertura para El Fausto criollo, Op. 9
En el año de 1866 el notable escritor y político argentino que fue Estanislao del Campo asistió en Buenos Aires a una representación de la ópera Fausto de Charles Gounod. Esta experiencia lo llevó a imaginar una situación análoga que dio por resultado una de las más importantes obras de la literatura gauchesca: El Fausto criollo, que fue publicada ese mismo año y que adquirió una popularidad tal que hacia 1910 llevaba ya 136 ediciones. En este poema de 1,200 versos Del Campo nos cuenta la historia de un gaucho (el mismísimo Anastasio del Pollo) que, de visita en Buenos Aires, se mete al Teatro Colón a ver el espectáculo, que resulta ser el Fausto de Gounod. El teatro, la ópera misma y todo lo que la rodea asombran y fascinan al gaucho, quien más tarde le narra la experiencia a su compadre Don Laguna, en términos netamente humorísticos. El atractivo principal de El Fausto criollo radica en que el narrador no atina a disociar la ficción de la realidad, y cuenta los asuntos de Fausto, Mefistófeles y Margarita como si fueran reales. Así, en El Fausto criollo el autor nos ofrece una de las muchas vertientes de la literatura gauchesca, en este caso la del gaucho como bufón. La aparición de El Fausto criollo de Estanislao del Campo fue recibida por entusiasmo por el público y por la crítica, y dio lugar además a interesantes debates de índole cultural y poética que pusieron a su autor en un pedestal destacado de la literatura argentina de su tiempo.
En el año de 1943, el compositor Alberto Ginastera se inspiró en la obra de Estanislao del Campo para componer una de sus piezas orquestales más atractivas, la Obertura para El Fausto criollo. Ginastera concibió su Obertura para El Fausto criollo como la síntesis de dos expresiones fundamentales: por una parte, los elementos rítmicos y melódicos del folklore argentino, depurados y estilizados a través de su gran oficio, y por la otra, las citas de algunos materiales temáticos de la ópera de Gounod, como ancla de la narración musical y como referencia anecdótica al origen de la narración literaria. Al combinar con sabiduría estos dos elementos y sazonarlos con una admirable ligereza de espíritu, Ginastera logró simultáneamente una de las obras más atractivas de su catálogo y una de las creaciones musicales más fieles al espíritu de la literatura gauchesca. La Obertura para El Fausto Criollo fue estrenada en Buenos Aires el 12 de mayo de 1944.
PAUL HINDEMITH (1895-1963)
Concierto para violoncello y orquesta
En 1938, Paul Hindemith salió de Alemania para establecerse brevemente en Suiza. Las condiciones políticas de la época no le hicieron fácil la vida en este país, por lo que Hindemith decidió finalmente aceptar alguna de las varias propuestas que le fueron hechas para establecerse en los Estados Unidos, llegando a Nueva York en Febrero de 1940. Una vez establecido, el compositor reinició su trabajo académico, y estuvo asociado principalmente con las universidades de Buffalo, Cornell y Yale. En 1946, Hindemith habría de convertirse en ciudadano estadunidense. Su Concierto para violoncello puede ser considerado como una obra emblemática de esa importante transición, ya que fue iniciado en Suiza y completado en los Estados Unidos.
En sus años como intérprete de la viola, Hindemith había establecido una cercana relación profesional y personal con el famoso violoncellista Emmanuel Feuermann, a quien originalmente propuso el estreno de su Concierto para violoncello, Sin embargo, el compositor cambió de opinión a última hora y ofreció la partitura a otro famoso intérprete. La consecuencia de este acto fue un claro deterioro en la relación entre Hindemith y Feuermann. El Concierto para violoncello de Paul Hindemith fue estrenado el 7 de febrero de 1941 en Boston, con la Orquesta Sinfónica de Boston dirigida por Serge Koussevitzki y con Gregor Piatigorsky como solista. Para conocedores y amantes del violoncello, existe un interesante disco compacto en el sello de la BBC que contiene grabaciones de los conciertos para violoncello de Robert Schumann (1810-1856) y Paul Hindemith, con Paul Tortelier como solista, complementadas con una breve pero muy ilustrativa clase magisterial de Tortelier sobre esta partitura de Hindemith.
Finalmente, cabe anotar que el Concierto para violoncello de 1940 tiene dos antecedentes importantes en el catálogo de Hindemith. El primero es el Concierto para violoncello Op. 3 en mi bemol mayor, en dos movimientos, compuesto en 1926; el segundo, es la Kammermusik (‘Música de cámara’) No. 3, Op. 36 No. 2, que en realidad es un pequeño concierto para violoncello y diez instrumentos, compuesto en 1925.
ANTONIN DVORÁK (1841-1904)
Sinfonía No. 5 en fa mayor, Op. 76
En 1875, dos años después de casarse con Anna Cermakova e iniciar una plácida vida familiar, Dvorák dio algunos pasos que habrían de resultar muy importantes en su carrera, a saber:
1. Solicitó y obtuvo de parte del gobierno austríaco una pensión que alivió sus penurias económicas, y que le fue renovada por cinco años consecutivos.
2. Como parte de su solicitud para esta especie de beca, envió algunas de sus obras al jurado calificador, del que formaban parte Johannes Brahms (1833-1897) y el crítico Eduard Hanslick.
3. Impresionó a Brahms lo suficiente como para que el gran músico alemán se convirtiera de inmediato en su aliado, consejero y promotor.
4. Por medio de Brahms conoció a Fritz Simrock, quien habría de convertirse en el editor exclusivo de sus partituras.
5. Gracias a las primeras obras suyas editadas por Simrock, su nombre y su música comenzaron a adquirir perfiles internacionales.
Fue en este significativo año de su vida que Dvorák emprendió la creación de su Quinta sinfonía, obra que completó en el corto lapso de cinco semanas. A pesar de la rapidez en la creación de la partitura, la sinfonía debió esperar cuatro largos años para ser estrenada, pero cuando finalmente se ejecutó por primera vez, hizo mucho por reafirmar la creciente reputación de Dvorák como un compositor de alcances notables. Si bien esta sinfonía no ha sido tocada, analizada y comentada con tanta frecuencia como la sinfonía Del nuevo mundo (la novena y última del catálogo de Dvorák), sí ha llamado la atención de diversos analistas y musicólogos. Por ejemplo, Donald Tovey afirmó que los primeros compases de esta sinfonía representan el inicio sinfónico más ligero desde la Pastoral de Ludwig van Beethoven (1770-1827). Por su parte, Ottakar Sourek, biógrafo de Dvorák, describió el primer movimiento de la Quinta sinfonía en estos términos:
Es el suave murmullo de los bosques, las voces de las aves, la fragancia del campo. El sólido aliento de la naturaleza y su regocijo, y un sentimiento de paz interna.
En el segundo movimiento de la sinfonía se hace presente una construcción formal que por momentos se asemeja a la dumka, expresión musical folklórica de origen ucraniano que Dvorák se apropió en varias de sus obras, incluyendo el famoso trío Dumky.
Juan Arturo Brennan