Dentro de la Ópera 27/01/17
Dentro de la ópera.
Es muy probable que usted haya seguido el siguiente procedimiento al asistir a este concierto: compró su boleto en la taquilla, ingresó a la sala por alguna de las entradas asignadas para su zona y ubicó su asiento. Luego, cuando comience el concierto, no escuchará otro sonido aparte de la orquesta, los cantantes y los aplausos entre cada obra. Nada podría ser más diferente del ambiente bullicioso de los teatros de ópera en la Europa del S. XVIII. Y es que la ópera era un espectáculo donde las clases acomodadas podían reunirse y socializar, y en que la música, si bien se disfrutaba, no era el principal atractivo para asistir a esos recintos. Desde antes de ingresar a los teatros la gente se amontonaba para ubicar la entrada (principalmente sí era una ópera especialmente popular).
Dentro, la cosa no era muy diferente. La gente en el patio de butacas platicaba y reía con las novedades que su vecino contaba, algunos otros estarían reunidos jugando cartas, y comiendo. La gente de la aristocracia se encontraba en los palcos mirando indiscretamente quien se encontraba entre el público. Los asistentes sólo prestaban autentica atención cuando se cantaba alguna de sus arias favoritas (cosa que pasaba muy seguido en las óperas de Mozart), lo que daba lugar a un frenesí de aplausos y ruido aun mayor, o cuando pasaba algo que consideraban excepcionalmente interesante en escena.
La idea del público asistiendo a la ópera por la ópera en sí misma no comenzaría a materializarse hasta el siglo XIX. Gracias a los grandes cambios en la sociedad europea, la burguesía ascendente ahora podía codearse con la aristocracia en lugares que solían ser casi exclusivos de esta. Así, la burguesía aportó una nueva perspectiva a los estándares de comportamiento dentro de los recintos. Además, los artistas comenzaban a gozar de un nuevo estatus del que nunca antes habían tenido. El arte dejaba de representar algo meramente utilitario o un entretenimiento fugaz, en el caso de la ópera, y asumía un nuevo lugar como algo que debía ser respetado como una suerte de religión. Las reglas de conducta en los teatros de ópera se hicieron cada vez más estrictas, la gente deseaba poner plena atención a la obra.
La forma de trabajo de los compositores también cambió. El antiguo mecenazgo que garantizaba una cierta paga a compositores como Mozart, fue remplazado por el nuevo modelo en el que los empresarios eran quienes controlaban los teatros, las presentaciones, los salarios y las obras que se representaban. Sería hasta Wagner y su “Obra de arte total” cuando se materializaría definitivamente la función cultural de la ópera, o más bien, su “no función” de ser placer estético, aquella que, seguramente, usted está a punto de experimentar.
Las obras que podrá usted disfrutar esta noche son el dueto Ai cappricci della sorte y Obertura Semiramis de Gioacchino Rossini, ópera basada en la obra literaria Sémiramis de Voltaire, seguidas de Una voce poco fa, Largo al factótum y Dunque lo Son -arias de la ópera “El barbero de Sevilla” del mismo Rossini- finalizando con el Pas de Six de ‘Guillermo Tell’, ópera que tiene como protagonista al legendario héroe de la independencia suiza Guillermo Tell.
También podrá disfrutar de la Sinfonía Veneziana del italiano Antonio Salieri, cuyas obras siempre estuvieron acompañadas de su lema “Primero la música y luego las palabras”; no dejando a un lado al desvergonzado y original Wolfgang. A. Mozart, con una de las más brillantes obras de todo su repertorio: Rivolgete a lui lo sguardo (Volved a él la mirada), quizá el aria bufa más notable de su producción musical.
Por último, usted podrá escuchar dos obras de Georges Bizet, quien a pesar de su corta producción (debida a su muerte prematura) gozó de gran éxito en el ámbito de la ópera: la Obertura de ‘Los Cazadores de Perlas’ y la célebre Habanera de ‘Carmen’. La complejidad de la ópera radica en el hecho de que se trata de una representación artística que combina varias disciplinas: la música, la literatura (la poesía y la lírica), la actuación, la danza, la escenografía y las artes plásticas. ¡Esperamos que esta noche la música lo conduzca a realizar un viaje por el tiempo y pueda disfrutar, como en aquella lejana época, de tan glorioso espectáculo!