Metales y percusiones 23/05/17
Una noche especial: únicamente Metales y Percusiones
Es historia conocida que los instrumentos de viento tienen su origen en las culturas antiguas, que los utilizaban para imitar los sonidos de la naturaleza, comunicar señales y con fines ceremoniales. Conforme fue evolucionando el mundo, dejaron de ser instrumentos de origen natural (como cuernos de animales, cerámica, madera y caracoles) para convertirse en instrumentos metálicos, de hierro y cobre. Su primera aparición fue en la música heráldica y militar; gradualmente se fueron incorporando a la música de concierto y aparecen plenamente integrados a la orquesta desde el S. XVIII. A partir de entonces, la importancia determinante que adquirieron los condujo a grandes cambios morfológicos y a una evolución acelerada que hasta la fecha continúa.
Por otro lado, el papel ejercido por los instrumentos de percusión en la orquesta, que en el discurso musical estuvo durante siglos limitado a una función eminentemente rítmica y al servicio de otras familias instrumentales (cuerdas y alientos), ha pasado también por grandes transformaciones. El interés de los compositores y el virtuosismo de los intérpretes permitieron a estas otras familias consolidar un amplio repertorio camerístico. Finalmente, la preocupación del compositor del siglo XX por incorporar nuevos sonidos ha convertido a la percusión en un elemento de primer orden, gracias a las enormes posibilidades expresivas que puede desarrollar tanto dentro de la orquesta como en agrupaciones de cámara. Actualmente el percusionista tiene ya la posibilidad de mostrar sus habilidades como solista, en diferentes géneros musicales (música sinfónica, jazz, rock, etc.).
Esta noche podremos disfrutar de un concierto único en la historia reciente de la Orquesta Sinfónica de Xalapa: un programa completo protagonizado exclusivamente por los metales y las percusiones. ¡Un evento memorable!
Cuadros de una exposición
En 1873, Modest Moussorgsky (1839-1881) se enfrentó a la enorme pena que significó perder a un amigo querido, el pintor Víctor Hartmann. No obstante, aquella pena se convirtió en el motor para la composición de una obra musical inspirada en los cuadros del propio Hartmann, que se presentaron en San Petersburgo (Rusia) en una gran exposición póstuma conformada por más de 400 cuadros.
Mussorgsky concibió Cuadros de una exposición como un paseo musical por la galería en la que se exhibieron los cuadros. En 1874, Moussorgsky finalizó la composición de este recorrido, que comienza con un paseo -o Promenade- que rerepresenta la entrada a la exhibición y cuyo tema reaparece recurrentemente a la largo del viaje, representando la transición entre un cuadro y otro. El compositor escogió once pinturas para representarlas musicalmente: El gnomo, El viejo castillo, Las Tullerías, Bydlo, Baile de los polluelos en su cascarón, Dos judíos: uno rico, el otro pobre, El mercado de Limoges, Las catacumbas, Con los muertos en lengua muerta, Baba Yaga y La gran puerta de Kiev. A pesar de que las obras, tanto en lo individual como en su conjunto, no responden a ninguna imposición de forma musical, Mussorgsky se las arregló para que el conjunto condujera gradualmente hacia el majestuoso cuadro final, La gran puerta de Kiev.
Originalmente escrita en forma de una Suite para piano, la obra no tuvo la mejor de las acogidas entre el público y crítica de su época, y tuvo que esperar hasta algunos años después de la muerte de Moussorgsky para su publicación. Sin embargo, las enormes posibilidades expansivas de su concepción cuasi sinfónica no pasaron desapercibidas, y ya en 1891 se presentaba el primer arreglo orquestal de la obra. Con el tiempo, Cuadros de una exposición se ha convertido en una de las obras que más transcripciones, paráfrasis y arreglos ha tenido, el más reconocido de ellos es la versión para orquesta sinfónica realizada por Maurice Ravel en 1922. También ha sido transcrita para distintos ensambles de cámara, bandas de alientos, instrumentos solistas, grupos de jazz, latinos, e incluso el grupo Emerson, Lake & Palmer, uno de los pioneros del rock progresivo, realizó su propia versión en la década de 1970. A pesar del tiempo transcurrido, la obra parece no agotar sus posibilidades, y hasta la actualidad siguen apareciendo nuevas versiones.
Sinfonía para metales y percusiones
La carrera de Gunther Schuller (1925-2015) estuvo marcada por la diversidad de los géneros y los músicos con los que trabajó. Su labor se alternaba entre las salas de concierto, las grabaciones y los conciertos de jazz, y es a este último género al que dedicó gran parte de su carrera. Colaboró con artistas como Miles Davis y John Lewis. Además, gran parte de sus esfuerzos académicos fueron destinados a la investigación histórica del jazz y publicó algunos volúmenes sobre este tema considerados de gran relevancia en la actualidad. En los años 1970 colaboró activamente en el rescate del género del ragtime y la música de Scott Joplin, hasta entonces olvidada, consiguiendo con ella el premio Grammy de 1974 a la mejor grabación por un ensamble de cámara.
En la década de 1940, cuando trabajaba como cornista en la Metropolitan Opera Orchestra, comenzó a componer a pesar de no contar con entrenamiento formal en este campo. En 1950 finalizó la realización de su Sinfonía para metales y percusiones que fue estrenada un año después durante un concierto de la Sociedad Internacional de Música Contemporánea de Nueva York.
Sobre la obra, el compositor escribió lo siguiente:
El concepto de la sinfonía es de cuatro movimientos contrastantes, cada uno representando un aspecto característico de los metales. La unidad se mantiene por medio de una línea de intensidad interna creciente (no ruidosa) que alcanza su punto más alto en el último movimiento.
Gran fanfarria
Giancarlo Castro (1980-) es un compositor, trompetista y director venezolano. Como instrumentista ha participado en diversos ensambles, como el Quinteto de Metales Simón Bolívar y el Ensamble de Metales de Venezuela. En el año 2004 inició sus estudios en composición. Sus obras se nutren de las influencias que recibe de géneros como el jazz, la música electrónica o la diversidad de la música latinoamericana. Entre sus obras destacadas se puede citar su Concierto para tuba, ensamble de metales y percusión, Concierto para clarinete y big band, Cinco preludios para piano y su Cuarteto de trombones. Pero, sin duda, su obra más importante a la fecha es la Gran Fanfarria, compuesta en 2007 para el Ensamble de Metales de Venezuela. La obra ha sido interpretada en muchos sitios, con una gran acogida en paises como Alemania y Estados Unidos.