Smetana: Mi Patria 23/06/17
Promover sentimientos, despertar sensaciones: Mi Patria
La identidad nacional de lo que hoy es la República Checa ha sido un asunto complejo a lo largo de la historia, pues no fue sino hasta el final de la Primera Guerra Mundial, a raíz de la desintegración del Imperio Austrohúngaro, cuando alcanzó su estatus de nación independiente. No obstante, la sociedad de la región se las arregló para desarrollar una cultura e identidad propias, que para mediados del Siglo XIX se había ya convertido en fervor nacionalista, alimentado en buena medida por las aportaciones de intelectuales y artistas como Bedr?ich Smetana (1824-1884). Smetana era nativo de la región de Bohemia (hoy parte de la República Checa), sin embargo, pasó buena parte de su juventud en Suiza, en búsqueda del éxito financiero y artístico. Quizá este hecho haya sido de especial significado para alimentar la nostalgia por la patria, que se fortaleció conforme se alargaba su estancia en el extranjero. A principios de la década de 1860, Smetana regresó a Praga (capital de Bohemia) de forma definitiva. Ahí dedicó la mayor parte de sus esfuerzos a la ópera nacionalista.
*Smetana es especialmente reconocido por inaugurar la tradición operística checa con obras como El beso, El secreto o Las dos viudas.*
En la década siguiente, el compositor centró su atención en la composición de poemas sinfónicos, género que llamó poderosamente su atención desde que conoció las aportaciones de Franz Liszt a este género, aunque, cabe mencionar que Smetana compuso algunas obras de este tipo en los inicios de su carrera.
El ciclo de poemas sinfónicos Má Vlast (Mi patria) , se considera hoy como la obra nacionalista más importante del repertorio de Smetana y cumbre del repertorio nacional checo. Se trata de seis poemas sinfónicos inspirados en una temática nacionalista, en los que se expresan la historia, las costumbres, la geografía y la mitología de Bohemia. Los poemas, más que tratar de representar de manera programática el material en el que están inspirados, procuran más bien una exploración profunda de él, una apropiación personal.; Con el título “Mi patria” se evidencia en cierta forma el propósito de expresar subjetivamente la experiencia nacional checa.
El ciclo no fue concebido originalmente como tal, cada uno de los poemas que lo conforman fue elaborado y presentado de forma independiente y fue pensada originalmente para contener cuatro poemas. La composición de Vyšehrad y El Moldava data de 1874, año que fuera trágico para el compositor, pues en octubre perdió totalmente el sentido del oído. Aquella pérdida, lejos de significar el fin de su carrera como compositor, intensificó en gran medida el impulso creativo de Smetana, como lo demuestra la rica cantidad de obras que compuso durante sus últimos años. Šárka y De los bosques y praderas de Bohemia fueron compuestos durante 1875. Las primeras cuatro partes de Mi Patria fueron bien recibidas, y Smetana decidió añadir dos movimientos más al conjunto; Tábor en 1878, y Blaník en 1879. El ciclo Mi Patria recibió su primera interpretación completa (los seis poemas juntos) el 5 de noviembre de 1882, y fue dedicado a la ciudad de Praga.
Los poemas
Vyšehrad es una fortaleza medieval situado en lo alto de una colina a orillas del rio Moldava, en Praga. La introducción, tocada por elarpa, representa el inicio de la historia contada por los bardos, encargados de pasar la tradición oral en la antigüedad. Están a punto de llegar a la memoria recuerdos y evocaciones de los tiempos en que el castillo era habitado por los primeros reyes bohemios, así como de batallas y torneos que tuvieron lugar en sus alrededores. La historia llega hasta los tiempos de decadencia final del castillo.
El segundo poema se titula Vltava, nombre checo del rio Moldava. De forma similar a la corriente del rio, una melodía fluye a lo largo de la obra. Desde sus dos orígenes, uno caliente y otro frío, el rio se une en los campos del sur de Bohemia y transcurre por escenas donde los habitantes celebran o por pasajes míticos donde las ninfas danzan a la luz de la luna. Recorre también las ruinas de glorias pasadas. La corriente se acelera mientras pasa por los rápidos de San Juan, camino a Praga. En este punto reaparece el tema del primer poema, cuando el río pasa por donde el castillo Vyšehrad. Finalmente, el Moldava se funde con el Elba y continúa su camino hacia el Mar del Norte.
Šárka vuelve a las historias míticas checas y cuenta la historia de la heroína Šárka, quien luego de descubrir la infidelidad de su amante organiza una rebelión para vengarse de los hombres. La introducción anuncia la furia de Šárka ante la llegada de Citrad y su ejército de hombres. Ella, ayudada por sus compañeras, es atada a un árbol como señuelo. Citrad, cuya tarea original era acabar con la rebelión liderada por Šárka, es atraído por su lamento y cuando la ve en problemas se enamora de ella y la libera. Ella intoxica a Citrad y a sus hombres, quienes celebran hasta quedarse dormidos por la droga. Sarka suena la señal con el cuerno para que su ejército acabe violentamente con los enemigos.
En contraste con la violenta historia de Sarka, el cuarto movimiento, De los bosques y praderaos de Bohemia, es una tranquila evocación de los paisajes y la belleza de la naturaleza bohemia y, de los sentimientos e impresiones que esos paisajes dejan en el ser humano. La sombra de los árboles, el canto de los pájaros, el correr de los ríos y otras escenas se juntan para evocar diversos estados de ánimo. El movimiento finaliza de manera festiva, recordando los temas presentados en el curso del poema.
Los últimos dos poemas se unen bajo una misma línea argumental., Tábor es el nombre del pueblo que sirvió como fortaleza a los husitas (una secta cristiana disidente del catolicismo) en la Edad Media. El tema principal del poema proviene del himno husita “Aquellos que son guerreros de Dios”, que describe la fuerza en combate, la gloria y el carácter duro que caracterizó a los miembros de esta secta. Tábor no llega a un cierre conclusivo, sino que deja un final abierto, dando pie al inicio del último de los poemas del ciclo: Blánik. Este es el nombre de la montaña sagrada en la que -según la mitologia- descansa un gran ejército de guerreros husitas comandados por San Wenceslao. Ahí, en un largo sueño, aguardan el llamado de su patria para pelear por ella cuando los requiera. En este último movimiento se escucha el mismo himno que sirvió de base para Tábor, y hacia el final, cuando el Moldava pasa de nuevo por el viejo castillo, reaparece triunfalmente el tema de Vyšehrad.
El ciclo Mi Patria, que se escucha hoy por vez primera en Xalapa, se presenta todos los años, a partir de 1952, en el concierto inaugural del Festival Internacional de Música “Primavera de Praga”, el día 12 de mayo, aniversario del fallecimiento de Smetana