Orígenes Sinfónicos 14/11/17

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Sinfonía n. ° 23, K. 181 - Wolfgang Amadeus Mozart / Sinfonía en Do - Igor Stravinsky / Sinfonía n.° 3, Lorca - Leroy Osmon

Orígenes Sinfónicos
Considerada por muchos como el pináculo de la música académica, la sinfonía es una composición extensa, seccionada en movimientos interrelacionados, para ser interpretada por una orquesta. El nombre se originó en Italia a mediados del siglo XVIII, para denominar a las oberturas instrumentales de las óperas, las cuales eran comúnmente llamadas "Sinfonías". La estructura clásica de la obertura italiana (rápido-lento-rápido), sentó las bases para la disposición formal de las primeras sinfonías. El desarrollo que durante el siglo XVIII tuvo la arquitectura musical condujo a la creción de la llamada "forma sonata”, consistente en una "exposición, desarrollo y reexposición" de los materiales temáticos germinales de la obra, y que al proliferar en los circuitos vieneses y parisienses, cimentó a la sinfonía como un género popular. La obra de Joseph Haydn tuvo un enorme impacto en la definición y estructuración de la forma sinfonía, así como en su circunspección académica y su expresividad artística. El siglo XIX y el Romanticismo dieron pie al florecimiento de esta forma, ampliando su impacto a través del crecimiento de las orquestas, fenómeno propio del siglo XIX, y su ineludible relación con la forma sonata y otras técnicas de construcción musical que se incorporaron para complementar el género.
Wolfgang A. Mozart (1756-1791)
Sinfonía No. 23 , K. 181
Fuertemente influenciado por el gusto italiano, el estilo desarrollado ya por Mozart desde su adolescencia produjo un número significativo de obras distinguidas por su originalidad y carácter singular. Compuesta en 1773, la obra se enmarca en el periodo de sus Sinfonías Salzburguesas, pequeñas obras en tres movimientos, al estilo italiano, que tenían más el propósito de usarse como oberturas instrumentales, compuestas en dicha ciudad austriaca entre 1771 y 1773. Contaba Mozart apenas con diecisiete años cuando compuso su Sinfonía No. 23, que puede considerarse ya como una obra admonitoria de su estilo más maduro. La obra posee peculiaridades semejantes a su predecesora cercana, la Sinfonía No. 22. En ella juegan un papel prominente la trompeta y el oboe, acompañados continuamente por el conjunto o tutti de cuerdas. Pese a pertenecer a su época juvenil en Salzburgo, la obra no fue publicada en vida de Mozart y tuvo que esperar varias décadas después de su muerte para que fuera publicada póstumamente en Alemania.
Igor Stravinsky (1882-1971)
Sinfonía en Do
“Compuesta a la gloria de Dios y dedicada a la Orquesta Sinfónica de Chicago en ocasión del quincuagésimo aniversario de su existencia”.
Con estas palabras el compositor Igor Stravinsky presentó su Sinfonía en Do Mayor compuesta entre 1938 y 1940, pieza encargada por el diplomático Robert Woods Bliss. La obra fue ideada en algunos de los años más turbulentos de su vida. En 1938, su hija primogénita Ludmila, murió de tuberculosis tras un largo tratamiento en un sanatorio suizo. Tres meses después, en 1939, falleció por esta misma enfermedad su esposa Katya. Finalmente en junio de ese mismo fatídico año tocó el turno a su madre, igualmente víctima de la tuberculosis. La “enfermedad familiar” -como el propio Stravinsky la había llamado- le tuvo internado en un hospital durante cinco meses. Sin embargo, a diferencia de sus parientes, el autor logró sobrevivir a tan grave enfermedad, teniendo así la oportunidad de concluir la pieza. Estrenada en 1940 bajo la batuta del compositor, la obra se compone por cuatro movimientos en los que se respira un cierto aire beethoveniano, es decir, se trata de una obra de corte neoclásico. De acuerdo al propio autor, los trágicos sucesos que vivió durante el proceso de creación no influenciaron en absoluto la composición de la obra, dejando en claro que su crisis emocional no se plasmó en ella. Sin embargo, hay en ella un evocativo contraste, pues la primera parte fue compuesta en suelo europeo, de donde tuvo que huir al estallar la Gran Guerra, en tanto que la segunda mitad fue concluida en suelo de los EUA y bajo cierta influencia del estilo de vida de este país, a donde Stravinsky fue a refugiarse huyendo de la barbarie en Europa.
Leroy Osmon (1948)
Sinfonía No. 3, Lorca
Un ataúd con ruedas es la cama/ a las cinco de la tarde…/ El toro ya mugía por su frente/ a las cinco de la tarde. / El cuarto se irisaba de agonía/ a las cinco de la tarde. /A lo lejos ya viene la gangrena/ a las cinco de la tarde. / Trompa de lirio por las verdes ingles/ a las cinco de la tarde…
El poeta y dramaturgo español Federico García Lorca, dedicó estos versos de su poema La cogida y la muerte a su difunto amigo Ignacio Sánchez Mejías, quien fuera un célebre matador español, cuya figura trascendió en la escena torera para instalarse en la cultura popular. En 1934 recibiría una embestida por parte de un toro, donde la herida derivó en gangrena, cortando los lazos de vida el 13 de agosto de ese mismo año. Su amigo Lorca le dedicó cuatro versos reunidos en su poemario Llanto (1935), manteniendo el recuerdo sublime de su trágico desenlace. Setenta y nueve años más tarde, el compositor estadounidense Leroy Osmon, tomaría como inspiración la melancólica despedida de estos amigos para su obra Sinfonía Lorca (2014), pieza en tres movimientos donde se exhiben las escenas más desconcertantes de los trágicos versos del poeta, sin perder por ello el elogio magnificente a la memoria del torero.