Noche Mexicana / Nuestros compositores 14/09/18
Enrique Salmerón | Tlaqná
Adagio para cuerdas - Armando Lavalle / Sinfonietta - José Pablo Moncayo / Zapateado, para dos pianos y orquesta - Riszard Siwy / Concierto para violín - Manuel M. Ponce
Armando Lavalle (1924-1994)
Originario de Ocotlán, Jalisco, tuvo una relevante trayectoria musical en Xalapa, al incorporarse, a partir de los años cincuenta, como violista y en algunas ocasiones como director de la OSX. Alumno de Silvestre Revueltas, tuvo la fuerte influencia estética del compositor duranguense. Fundó, junto con Raúl Ladrón de Guevara, el Taller de Composición de la UV. Como compositor tiene un amplio catálogo que abarca diferentes géneros y estilos, desde lo nacionalista hasta la extrema vanguardia. En algún momento Lavalle expresó: “He compuesto de todo, hasta los más extraños sonidos y combinaciones, pero estoy volviendo a los orígenes, al Do Mayor”. Su Adagio para cuerdas, compuesto y estrenado en 1956 por la OSX, es una de sus primeras obras. Para su composición se basó en la técnica dodecafónica, sin embargo logró en ella imágenes sonoras de gran sutileza.
José Pablo Moncayo (1912-1958), es reconocido mundialmente por su obra sinfónica Huapango (1941). Alumno del Taller de composición (1931) de Carlos Chávez, como parte del “Grupo de los Cuatro”. En 1942 realizó estudios con el compositor Aaron Copland en los EUA. La formación de Moncayo fue muy ecléctica, lo que le permitió forjar un estilo de composición apegado al nacionalismo de la época e incursionar en la música más moderna. Su Sinfonietta (1945) para orquesta, tiene una estructura ternaria en un solo movimiento. En la primera sección presenta dos temas contrastantes, el primero rítmico y el segundo más melódico. Su parte central tiene una melodía expresiva y sentimental. En la tercera sección se escucha un ritmo de danza mexicana. Rica en instrumentación, es una obra representativa de un nuevo lenguaje musical mexicano.
Ryszard Siwy (1945)
Nacido en Polonia y mexicano por amor, es un gran conocedor de la música de nuestro país. De su amplio catálogo se pueden citar su libro Solfeo Mexicano (2017), basado en música popular de los siglos XIX y XX, y la música del Himno al Estado de Veracruz, compuesta en el 2005. Su Zapateado (2010) es una brillante fantasía para dos pianos y orquesta, en la que se entrelazan los sones veracruzanos Zapateado y El Aguanieves, además de un son de Tamaulipas llamado El Relámpago. La pieza inicia con una breve introducción orquestal y los arpegios tradicionales del zapateado. A partir de este momento se construye un diálogo modulante con la orquesta. La parte central remite a una danza de salón sentimental que se enlaza con una sección rítmica y vigorosa de las percusiones, que conduce a una pequeña reexposición del zapateado y a una coda brillante para el final.
Manuel M. Ponce (1886-1948)
Fue uno de los principales forjadores del nacionalismo mexicano, revalorizó la canción vernácula y compuso importantes obras teniendo como fuente de inspiración la música popular. Legó un importante catálogo de obras sinfónicas, conciertos, música de cámara, piano, guitarra. Su Concierto para violín (1942-1943), una obra de corte moderno con estructuras tradicionales, fue criticado en su momento pues muestra a un compositor maduro pero lejano al tradicionalismo mexicano de la época. Su primer movimiento, aunque en una estructura clásica, se transforma notablemente por su inestabilidad tonal, pero contrasta en su segunda sección con ritmos fuertes y variados. El segundo movimiento cita de manera sutil la célebre canción Estrellita, en un contraste sombrío y enérgico, ofreciendo una atmósfera misteriosa, gracias a la inclusión de armonías sin resolución tonal. El tercer movimiento se asimila a una forma rondó; el “estribillo” se reconoce como una melodía mexicana originaria de la región del Bajío. Aparece una evocación de Las Mañanitas y la obra culmina con una sección fugada en contraste con una danza indígena. Esta maravillosa composición fue ejecutada por la OSX en septiembre de 1946, teniendo como solista al espléndido violinista Henryk Szeryng -a quien Ponce dedicó el Concierto- y como Director a José Yves Limantour Titular de la OSX.
Notas por Enrique Salmerón