Britten / Schubert 12/10/18

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Concierto para piano - Benjamin Britten / Sinfonía n.° 8 - Franz Schubert
Compuesto en 1938, el Concierto para piano del compositor, director y pianista inglés Benjamin Britten (1913-1976) fue la primera de sus dos obras para piano y orquesta. El Concierto se estrenó ese mismo año en un Promenade Concert de la BBC en Londres, en el que el propio Britten fungió como solista. El estilo de bravura y el virtuosismo tan llamativo tanto en la parte pianística como en la orquestal causó que la obra se llegara a considerar como algo fuera del estilo del compositor, quien para entonces empezaba a adquirir relevancia dentro del panorama musical británico y aún no gozaba de una buena crítica. Britten quedó insatisfecho con la obra, y en 1945 realizó una revisión de ella, remplazando el tercer movimiento por uno totalmente nuevo. Esta nueva versión, la que hoy se toca comúnmente, se estrenó un año más tarde en el Festival de Cheltenham, con dedicatoria al compositor inglés Lennox Berkeley. Poco después se estrenaría en Londres en un concierto Proms, en el Royal Albert Hall. Para entonces Britten tenía ya una carrera consolidada y declinó exhibir sus espléndidas facultades pianísticas, dejando el honor del estreno a su amigo Noel Mewton-Wood. *El compositor describió la obra como “simple y en forma directa” * Britten escribió una segunda obra para piano solo y orquesta: Diversions, para la mano izquierda, comisionada por el pianista Paul Wittgenstein, quien había perdido la mano derecha en la Primera Guerra Mundial. Ravel y Prokofiev, entre otros grandes compositores, compusieron también obras para Wittgenstein. Diversions es una de las joyas del repertorio para la mano izquierda, aunque muy raramente tocada en la actualidad. La Sinfonía No. 8 del compositor vienés Franz Schubert (1797-1828) fue escrita en 1822. En 1823, Schubert recibió un reconocimiento por parte de la Sociedad Musical de la ciudad de Graz, a quienes entregó la partitura a manera de agradecimiento. Ahí permaneció oculta, en manos de Anselm Hultenbrenner, uno de los miembros de esta sociedad, hasta que en 1865, poco antes de morir, decidió que era tiempo de darla a conocer... La obra destaca dentro de toda su producción musical por la peculiaridad de su estado: Schubert la dejó sin terminar. Se han hecho diversas especulaciones acerca del misterio de esta inacabada composición, puesto que Schubert no llegó a componer los dos movimientos que le restaban para completar los cuatro habituales en el género, aunque existen bocetos de un tercero. Algunos historiadores señalan que fue una complicación de salud la causa para que el compositor dejara a un lado la sinfonía y se enfocara en otras piezas; por otra parte, la calidad y profundidad con la que fueron estructurados sus dos únicos movimientos son la base de otra hipótesis que busca explicar el porqué no se concluyó, al suponer que la magnitud y grandeza de ambos fragmentos provocó en el compositor cierto desánimo al no encontrar un camino claro por donde continuar. Aunque es incierta la verdadera razón por la cual la Sinfonía no fue terminada, hoy se le considera como la obra póstuma de Schubert, la que evoca de manera más poética el espíritu romántico opuesto al clasicismo de la época, pues son la resignación y la melancolía los motivos principales que animan esta misteriosa sinfonía. *Schubert era reconocido por su prolífico trabajo melódico, cuyo entendimiento fue básico en la formación de otros compositores de la órbita alemana, como Schumann, Mendelssohn y Liszt *El crítico Johannes Franze señala, en su libro Obras maestras de la música alemana: “Unos han dicho que a Schubert le faltó la inspiración necesaria para los dos últimos movimientos finales; y otros creen poder afirmar que Schubert mismo consideró esta obra concluida, aunque le faltaran, en contra del esquema tradicional, el Scherzo y el Finale”. No había manera de agregar más a la Sinfonía, puesto que su forma es sencillamente perfecta…