Así habló Zaratustra 16/11/18

Reminiscencias filosóficas
Richard Wagner: Preludio y Muerte de amor, de Tristán e Isolda
De entre las diversos talentos que Richard Wagner (1813-1883) poseía (director, poeta, literato, dramaturgo, téorico musical) fueron sus óperas lo que le posicionó como el máximo exponente del drama musical de la segunda mitad del S. XIX. El desarrollo del empleo de los leitmotivs (células musicales asociadas a un personaje, idea, objeto, sentimiento, etc), aunado al estímulo de los poemas sinfónicos de Liszt y su refugio en la filosofía metafísica de Arthur Schopenhauer, dieron como resultado Tristán e Isolda, ópera dividida en tres actos. Compuesta entre 1857 y 1859, se estrenó en Munich en 1865, bajo la dirección de Hans von Bülow. Después de su estreno, la ópera se convirtió en un hito en la historia musical subsecuente, pues vino a representar el fin de los conceptos tradicionales de armonía y tonalidad y se convirtió en eje sustancial para el inicio de una de las revoluciones musicales más importantes del siglo XX.
*Aunque la obra se basa en una antigua leyenda germana sobre la pasión de dos jóvenes enamorados, la ópera esconde una verdad que cambiaría el destino de Wagner: su amor desenfrenado por Mathilde Wesendonk, acto que lo llevaría al divorcio de su esposa Minna
*Dentro de la ópera, Wagner había empleado el leitmotiv como una nueva forma de arte, manifestando a través de esta figura musical, ideas que expresaran el desarrollo dramático y psicológico en las frases vocales de los personajes
*La pieza reveló las enormes posibilidades en el manejo de los leitmotivs, entre los cuales destacan el amor, el destino, la traición y la muerte
*El Preludio y Muerte de amor aparece en el tercer acto de la ópera, donde no solo evoca la muerte de Tristán, sino el amor fallido entre Wagner y Mathilde
Richard Strauss: Cuatro Últimas Canciones
“Pronto será hora de dormir, /para que no podamos perdernos / en esta soledad. / Oh, inmensa y dulce paz, / tan profunda en la puesta de sol, / qué fatigados estamos por haber caminado. / ¿Será esta, entonces, la muerte?” Tras la lectura del poema “En el ocaso” de Joseph von Eichendorff, Richard Strauss (1864-1949) vio retratada -a sus 84 años de edad- la etapa final de su vida en este pasaje literario que le haría recordar su existencia finita. Con la inspiración de este texto, Strauss emprendió la composición de la última pieza de su vasto repertorio musical. Aparte de inspirarse en el escrito de Eichendorff, Strauss musicalizó tres poemas del escritor alemán Herman Hesse: “Primavera”, “Septiembre” y “En la hora del sueño”. Los cuatro textos comparten la temática de la muerte cercana y la serena aceptación final. Strauss no tuvo la oportunidad de escuchar su última creación, pues falleció un año después, en 1949. La obra se estrenó de manera póstuma en Londres, el 22 de mayo de 1950, con la Orquesta Philharmonia, bajo la dirección de Wilhelm Furtwängler.
*El título de Cuatro Últimas Canciones fue impuesto por el editor Ernst Roth, quien las unificó en un ciclo y determinó también el orden de las piezas
*Fue la gran soprano noruega Kirsten Flagstad quien tuvo el honor de estrenar la obra, que a su vez la llevaría a la cumbre del éxito
* “Si uno al morirse se va así, no debe importar mucho despedirse de este mundo” Richard Strauss, al concebir la conclusión de su vida artística
Richard Strauss: Así habló Zaratustra
Una de las particularidades que caracterizó a la obra de Strauss fue su predilección por diversas fuentes filosófico-literarias como fuente de inspiración para realizar la mayor parte de su producción. En 1894, cuando Strauss concluyó la lectura del libro Así habló Zaratustra (1885) del filósofo alemán Friedrick Nietzsche, se encontraba trabajando en la composición de la ópera Guntram. Sin embargo, su aproximación al pensamiento de Nietzsche le provocó un impacto tal que en 1896 decidió emprender la composición de un poema sinfónico que evocara las ideas principales del libro, en el que Nietzsche reivindica la teoría presocrática del “superhombre”: la muerte de Dios, la voluntad de poder y el eterno retorno a la vida. De esta forma nació Así habló Zaratustra, estrenado el 27 de noviembre de 1896 por la Orquesta de la ciudad de Frankfurt.
*Después del ensayo previo al estreno Strauss escribió a su esposa Pauline sus impresiones acerca de la obra: “Zaratustra es glorioso, de lejos la más importante de todas mis obras; la más perfecta en forma, la más rica en contenido y la más individual en carácter…”
*En la actualidad, Así habló Zaratustra goza de gran popularidad pues su fanfarria introductoria aparece en el soundtrack de muchos videojuegos, series y películas, aunque debe su éxito más que nada a su aparición estelar en la película de ciencia ficción 2001: Odisea del espacio (1968), de Stanley Kubrick
*Con Zaratustra, Strauss daba un nuevo golpe maestro que lo consolidaba como “heredero” musical de Wagner y cabeza visible de la vanguardia musical alemana al abrir el siglo XX