Sueños Márquez 28/06/19

Axel Juárez | Tlaqná
Cantata Sueños, y Tres sones veracruzanos - Arturo Márquez

Sueños

Vivir sin sueños es un absurdo, es dejarse llevar por la desesperanza, caminar sin luz y sin sentido. Es no amarse a si mismo ni a la humanidad que le rodea. Es el principio de los malos pensamientos, es ocio emocional, es pesadilla. Los sueños pueden empezar como fantasías pero también pueden terminar en bellas realidades. Porque algo es muy cierto, los sueños nacen para realizarse, son metas para el futuro. Son esqueleto y carne y son el alma de nuestra existencia.

Tenemos sueños propios, comunes y sueños de grandes pensadores que nos nutren constantemente. Son motor de vida, ejemplos a seguir, vitaminas diarias, caminos para recorrer, luz constante. Nutrirnos de sueños pasados es resetearlos, volverlos a la vida. Vivimos en un mundo lleno de sueños realizados y sueños por realizar. Don Pedro Calderón de la Barca nos señala que “La Vida es Sueño”, es el sueño permanente que permite que nos realicemos constantemente por nuestro propio esfuerzo.

La cantata Sueños la escribí en el año 2006 y se estrenó ese mismo año en el Festival Cervantino, bajo la dirección de Eduardo García Barrios, con quien trabajé cercanamente todo ese año. José Luis Cruz estuvo a cargo de la parte escénica y Eduardo Langagne fue quien realizó el guión, adaptando poéticamente los textos y creando otros originales.

Es un sueño todavía, para narrador, coro y orquesta, se basa fundamentalmente en una décima de mi amigo Guillermo Velázquez. El contenido de sus versos resume en gran medida la intención conceptual que buscaba para esta obra. “El sueño de mi país es un sueño todavía” enmarca esa esperanza por el bienestar común de cualquier país con sueños a realizar. Quise hacer esta obra a manera de un son que reflejara la música huapanguera del Maestro Velázquez.

Sin Lamento, para barítono, coro y orquesta, es una recreación poética-musical de las palabras que el Jefe Seathl, de la tribu Suwamish, envía al presidente de los Estados Unidos, Franklin Pierce, en 1855. Éste hace una oferta a Seathl para comprarle los territorios del noroeste de los Estados Unidos que hoy forman el Estado de Washington. A cambio, promete crear una "reservación" para el pueblo indígena. La respuesta del Jefe Seathl es quizá uno de los mejores ejemplos de la lucha del hombre por su entorno como beneficio de un bien común. Leí este texto por primera vez en un póster que me regaló el dueño de un pequeño restaurante en algún lugar de Chiapas, a finales de los años 1970, y me acompaño hasta la composición de esta obra, más de 25 años después. La música recrea sonidos indígenas de mi tierra, Sonora, la música clásica y la habanera.

Tengo un Sueño, para narrador coro y orquesta, se basa en el famoso discurso (1963) del Dr. Martin Luther King (1929 -1968), que es esencial en la lucha de los derechos humanos y en el reconocimiento de la igualdad racial. La obra la compuse realmente dos años antes, con muchos problemas en el texto y en la música. Regresé a ella con la ayuda fundamental del Mtro Langagne. Quizá se pueda pensar que siendo Luther King afroamericano debería haber usado géneros musicales de este estilo, pero realmente es un intento sano de recordar aquellas milongas camperas de Atahualpa Yupanqui, aunque con un concepto orquestal.

Aforismos, para mezzosoprano, coro de mujeres y orquesta, recrea frases célebres de Mahatma Ghandi que hablan de la no violencia. “Ojo por ojo y todo el mundo quedará ciego”. Busco acercar sonoridades lejanas con el uso de un gran solo para el corno inglés, arpa, crótalos. Una visión personal de la música oriental.

Internacionalicemos, para narrador, mezzosoprano, barítono y orquesta, tiene como base el ensayo “La internacionalización de las Amazonas” del Dr. Cristovam Buarque. En el año 2000, estando el Dr. Buarque, entonces Ministro de Educación de Brasil, en una universidad de los EUA, se le preguntó que pensaba él, como humanista, respecto la internacionalización del Amazonas. La respuesta fue épica: “Si la Amazonia, desde el punto de vista de una ética humanista, debe ser internacionalizada, internacionalicemos las reservas de petróleo... los museos de este mundo... el hambre de los niños…”. En esta obra utilizo ritmos cercanos a la samba en un tono un tanto sarcástico.


Arturo Márquez