Ewazen / Tomasi / Rodrigo / Cheetham / Davis / Lorenzo 06/12/19

Axel Juárez | Tlaqná
A Western Fanfare - Eric Ewazen / Fanfarrias Litúrgicas - Henri Tomasi / Adagio from Aranjuez Concert - Joaquín Rodrigo / Keystone Celebration - John Cheetham / Sinfonía para Metales - Eric Ewazen / Michael Davis - Bilbao / Of Kingdoms and Glory - Di Lorenzo
La historia de la música ha estado ligada desde siempre a los instrumentos con que se producen los sonidos, desde las primeras sonoridades emitidas por la voz humana y el propio cuerpo percutido, hasta los complejos sintetizadores y sonidos generados por algoritmos informáticos, pasando por piedras y maderas golpeadas, pieles y cuerdas tensadas… toda una amplia gama de instrumentos cuya construcción sólo ha tenido como límite la imaginación humana y las muchas culturas en donde esta ha florecido. Como nos recuerda el erudito español Ramón Andrés: «Los instrumentos son un bien, encarnan la transcripción sonora del mundo, tal como lo sueñan los hombres: son los hilos conductores de la música». Para todo aficionado a la música los instrumentos cobran una importancia particular, distinguir y reconocer el timbre de cada uno permite apreciar mejor la obra musical, con el tiempo, y a fuerza de escucha atenta, los melómanos aprenden a degustar los sonidos que producen los instrumentos, sus timbres y alturas, llegando a comprender la misión que el compositor les ha destinado en sus creaciones. Como un pintor que aprende a conocer los colores para mezclarlos y obtener expresivas tonalidades, el músico y el oyente aprenden los timbres instrumentales. Existen muchas taxonomías de los instrumentos, sin embargo podríamos decir, resumidamente, que hay familias de instrumentos de cuerda o arco, de viento-madera, de viento-metal, mixtos, de percusión melódica y de percusión no melódica. La diferencia principal de los vientos-metal frente a su familia hermana, la de viento-madera, es que los labios del ejecutante sustituyen a las cañas y lengüetas al momento de producir el sonido. El contacto directo, con sus diversas maneras de hacerlo, sobre la boquilla del instrumento se llama embocadura. Desarrollar y dominar una embocadura es fundamental para el ejecutante de estos instrumentos, su particular sonido dependerá de la manera en que vibren sus labios y cómo se proyecta en su instrumento una columna de aire. El origen de los instrumentos de viento-metal es incierto, no se conoce el momento histórico en que aparecen, no obstante, en las grandes culturas de la Antigüedad ya hay vestigios de ellos, y desde aquellas épocas hasta nuestros días han estado asociados a los ejércitos, sea aprovechando su potencia y brillantez tímbrica para transmitir mensajes u órdenes a la tropa o bien para realzar las celebraciones triunfales. El bronce, resultado de la aleación del cobre con el estaño (o bien, plata o zinc) fue el material preferido para la construcción de estos instrumentos en la antigüedad, sin embargo la selección del material no es algo fortuito, sus características físicas y sonoras tienen profundos significados y simbolismos. Ramón Andrés nos dice en su Diccionario de música, mitología, magia y religión que el bronce «simbolizaba entre los antiguos la fuerza y la potencia divinas, toda vez que sus propiedades sonoras, hondas y expansivas, lo asimilaron a la voz de los dioses. Imitativo del trueno, en el oráculo de Dodona unas láminas de bronce, golpeadas con energía por los sacerdotes, evocaban las voces del dios invocado, que predecía los aconteceres. […] El bronce, ciertamente respondía a la concepción del mundo como resonancia, a la interrelación entre el más allá y los hombres». Los diversos instrumentos aerófonos como las trompas, la diversidad de trompetas y cuernos, han tenido a lo largo de la historia una considerable importancia mágica y simbólica que probablemente ha determinado, en muchos casos, el carácter de sus repertorios. Ramón Andrés apunta que «La música es el pulso del mundo, expresa su flujo, es la muestra de su dimensión. En la evocación de esta fuerza, las trompas tuvieron desde los inicios un papel determinante, son la misma mitología de los dioses, su voz cavernosa y envolvente que llega a grandes distancias y resuena en los valles. Este tipo de instrumentos cuenta con una extraña fuerza telúrica. En los Andes existían enormes trompas de caña asociadas a la magia y los rituales de iniciación. Moisés mandó construir unas potentes trompas para convocar a su pueblo y anunciar los sacrificios del novilunio (hasosra). Entre los celtas, la conocida como karnyx se utilizaba, además de los actos bélicos, para emitir señales, y se consideraba unida al principio del mundo. Su interpretación estaba vinculada a un lejano simbolismo emparentado con los animales: su pabellón solía reproducir una cabeza de dragón o caballo, y no eran infrecuentes las de lobo y delfín. Un ejemplar similar fue el escandinavo lur o luur, propio de la Edad de Bronce, que además de un uso militar, participaba de las ceremonias de culto». Esta noche rendiremos homenaje sonoro a los metales, disfrutaremos sus timbres y particularidades en el contexto melódico y armónico de una gran diversidad de composiciones del siglo XX. Eric Ewazen (1954- ) es un compositor y maestro norteamericano, estudió en Eastman School of Music y en Juilliard School con importantes maestros como Samuel Adler, Milton Babbitt, Gunther Schuller, Joseph Schwantner, Warren Benson y Eugene Kurtz. Comenzó a escribir ampliamente para los metales a principios de los años noventa. Su A Western Fanfare (1997) fue encargada por la Music Academy of the West, de Santa Barbara, California, para conmemorar su cincuenta aniversario. El compositor francés Henri Tomasi (1901-1971) estudió en el Conservatorio de Mocal en su natal Marsella donde, además, tocaba el piano en bares, cabarets y teatros para mantener a su familia; posteriormente ingresó al Conservatorio Nacional Superior de Música de París. En los teatros comenzó a improvisar al piano para acompañar a las películas mudas, de esta relación improvisación-cine surgió su motivación para dedicarse a la composición. Las Fanfarrias Litúrgicas (1947) fueron compuestas para su ópera Don Juan de Mañara (1942-44) donde evoca una procesión de la Semana Santa en Sevilla. La obra despliega una rica combinación tímbrica entre los cornos, los timbales y los trombones. El célebre compositor español Joaquín Rodrigo (1901-1999) es mundialmente conocido por su Concierto de Aranjuez (1939), compuesto originalmente para guitarra y orquesta. La belleza del Adagio ha contribuído a su popularidad, y ha sido adaptado para diversos instrumentos manteniendo en todos su delicadeza lírica; también ha sido llevado a otros géneros musicales, destacando el jazz, donde ha servido de modelo para hermosas improvisaciones, entre las que sobresalen las del trompetista Miles Davis (Sketches of Spain, Columbia, 1960) y las de Chet Baker (Jim Hall, Concierto, CTI, 1975). El popular inicio del Adagio, notable por su melancólico legato está grabado en piedra en una plaza de la ciudad de Aranjuez. John Cheetham (1939- ) es profesor emérito en teoría musical y composición por la Universidad de Missouri, en Columbia. Su composición Keystone Celebration (1989) fue encargada por el grupo de metales Summit Brass. La pieza fue escrita en el estilo de las tradicionales oberturas francesas, se desarrolla lentamente con interesantes transiciones entre las secciones. La Symphony in Brass (1991) de Eric Ewazen fue encargada por la agrupación de música de cámara Detroit Chamber Winds y grabada por la agrupación Summit Brass. Utiliza una alineación de metales sinfónicos: trompetas, cornos, trombones, bombardino (eufonio), tuba y percusión. Ewazen echa mano de la clásica forma de tres movimientos, donde el primero evoca a Haydn con una introducción lenta seguida de un allegro, el segundo movimiento resalta las poderosas voces de los metales dentro de una melodía reflexiva, el tercero concluye la sinfonía con una fanfarria triunfante. El trombonista y compositor californiano Michael Davis (1961- ) ha tenido una diversa y afamada carrera en los últimos treinta y cinco años, ha sido el trombonista de los Rolling Stones en sus últimas cinco giras mundiales, grabó y acompañó en varias giras a Frank Sinatra y ha lanzado once discos en solitario, compuesto más de ciento cincuenta piezas y escrito una docena de libros para ejecutantes de metales. Nació en una familia dedicada a la música en San Francisco, California, y desde niño aprendió el piano, la batería, la tuba, el corno y el bajo eléctrico. Su versatilidad y alto nivel musical lo ha llevado a trabajar con músicos de diversos géneros, entre los que destacan: Michael Jackson, Bob Dylan, Aerosmith, Tony Bennett, Sarah Vaughan, Sting, Branford Marsalis, Peter Gabriel y Paul Simon. Bilbao (2000) forma parte de su álbum Brass Nation, donde cincuenta y cinco de los mejores ejecutantes de metales del mundo interpretan sus composiciones. Anthony DiLorenzo (1985-2017) fue un compositor norteamericano formado en Stoughton, Massachusetts. Su música ha sido interpretada por afamadas orquestas sinfónicas y de cámara de todo el mundo. Of Kingdoms and Glory (1999) evoca un mundo épico poblado de batallas, caballeros, espadas, magos y dragones. La obra está dividida en cinco partes: I. Fanfarria y procesión triunfal a Camelot; II. Danza en el patio de armas y la magia de Merlín; III. Guinevere y la guarida del Dragón; IV. La contienda y la victoria del Caballero Negro; V. El rescate y la batalla del Dragón Rojo. Axel Juárez