Novák / Bach / Schubert / Shostakovich 25/11/21
Jan Novák (1921-1984) fue un compositor checo que desde la infancia mostró habilidades musicales en el violín y el piano. Poco después, en la adolescencia comenzó a componer sus propias piezas. Su educación musical formal comenzó en 1940 en el Conservatorio de Brno, sin embargo, se vio en la obligación de interrumpir sus estudios durante dos años y medio debido a la ocupación nazi que, para aquellos años, ya había desmembrado buena parte de Checoslovaquia. Completó sus estudios en 1946, presentando un Cuarteto de cuerda y su Tane?ní suita (Suite de danzas) para orquesta. Después de una serie de estudios complementarios en Praga y Estados Unidos, pudo regresar a casa el 25 de febrero de 1948, –fecha en que los comunistas tomaron el poder en la antigua Checoslovaquia– para instalarse en en Brno, donde comenzó a ganarse la vida como compositor.
La música de Novák refleja un carácter optimista donde la alegría, el sentido del humor y el ingenio musical se mezclan con los elementos formales del neoclasicismo. Desde principios de la década de 1950, Novák defendió su derecho a un estilo propio, sin concesiones. Su música estaba trastocando las opiniones de críticos y colegas que se habían adjudicado el arbitrio de las normas estéticas dogmáticas. A menudo, su humor musical e ingenio se toman como burla, cinismo y provocación. El talento de Novák se consagró con su composición Baletti à 9 (1955) donde demuestra su gran sentido del ritmo y de las combinaciones tímbricas; en esta obra el timbre se convierte en un elemento esencial. La composición aportó una nueva dimensión de musicalidad folclórica a las formas dancísticas tradicionales que conservan, como en todas las obras de Novák de esta época, un marcado carácter tonal.
Johann Sebastian Bach (1685-1750) fue el miembro más destacado de una numerosa familia de músicos que vivieron y trabajaron en Alemania central desde principios del siglo XVI hasta el siglo XVIII. Más de setenta miembros de esta familia se desempeñaron como músicos profesionales, conformando el conjunto más sobresaliente de talento musical que se haya registrado nunca en una sola familia. Bach fue hijo de un instrumentista de cuerda de la ciudad alemana de Eisenach, quedó huérfano desde niño y su hermano mayor, Johann Christoph (1671-1721), se hizo cargo de él y fue quien probablemente le dio sus primeras lecciones de teclado. Con 18 años, Johann Sebastian ya era un notable intérprete de instrumentos de tecla lo que le permitió conseguir su primer empleo como organista de iglesia, en la ciudad vecina de Arnstadt. El genio temprano de Bach le granjeó varias enemistades e incomprensiones. Su carácter, más bien rebelde y subversivo en muchos sentidos, se contrapone a la constante idealización que se ha hecho de su figura. No sólo en su vida cotidiana, en su música podemos encontrar pistas de su inconformismo con las normas de su época y de sus constantes intentos por cambiarlas.
Antes de 1800, la chacona era una danza a menudo ejecutada bastante rápido, que usaba técnicas de variación aunque no necesariamente en las notas graves. Emparentada con la danza pasacalle, la chacona asumió eventualmente las características musicales de dos modelos: el francés y el germánico. El ejemplo más virtuoso y recordado de un modelo híbrido fue el de la Chacona de la Partita no. 2 en Re menor, para violín solo, BWV 1004 (1720). En una carta de Johannes Brahms a Clara Schumann, el compositor dice lo siguiente de este largo y complicado movimiento: «La chacona BWV 1004 es en mi opinión una de las más maravillosas y misteriosas obras de la historia de la música. Adaptando la técnica a un pequeño instrumento, un hombre describe un completo mundo con los pensamientos más profundos y los sentimientos más poderosos. Si yo pudiese imaginarme a mí mismo escribiendo, o incluso concibiendo tal obra, estoy seguro de que la excitación extrema y la tensión emocional me volverían loco» 1. Una de las teorías, casi mito, respecto a la Chacona de Bach, es que la habría compuesto a la memoria de su primera esposa, María Bárbara Bach quien había fallecido el 17 de julio de 1720. El carácter de la pieza ha hecho pensar en un lamento; gracias a las pesquisas de algunos musicólogos ahora sabemos que la pieza contiene melodías de corales luteranos como Den Tod niemand zwingen kunnt (La muerte no puede nadie conquistar), Christ lag in Todesbanden (Cristo estaba atado a la muerte, pero a través de su muerte rompió esa atadura) y Vom Himmel hoch da komm ich her (De las alturas del cielo, de allí vengo). De lo que no queda duda para algunos melómanos aficionados a Bach es que su obra consuela, su perfección y juegos sonoro-matemáticos parecieran calar hondo en nuestras emociones y duelos.
Dentro del cuarteto canónico de compositores que dieron forma al clasicismo y paso al romanticismo –Haydn, Mozart, Beethoven, Schubert– el único que nació en Viena y aprovechó desde su infancia las bondades de vivir en una ciudad musical fue Franz Schubert (1797-1828). Al igual que Felix Mendelssohn (1809-1847) y Wolfgang Amadeus Mozart (1756-1791), Schubert fue uno de los niños prodigio más sobresalientes del ámbito musical. Los tres vivieron sólo hasta la década de los treinta, siendo Schubert el que murió más joven, a los 31 años. Schubert creció en un contexto de melómanos. Recibió sus primeras lecciones de piano de la mano de su hermano mayor, Ignaz, superándolo rápidamente y continuando su entrenamiento por su cuenta; posteriormente su padre le dio clases de violín y todos formaban parte de un cuarteto de cuerda familiar, es muy probable que las primeras composiciones para cuerda de Schubert fueran hechas para este cuarteto. A los 13 años compuso su primera pieza y nunca dejó de componer. La influencia que Antonio Salieri –colega de Mozart y uno de los mejores músicos y profesores de Viena– tuvo en Schubert fue decisiva, Salieri reconoció el enorme talento de Schubert y lo aceptó como alumno privado en Viena. Schubert llegó a componer más de mil piezas, entras ellas nueve sinfonías, seiscientos lieder y mucha música de cámara. Entre sus vastos y magníficos lieder, uno de los más importantes es Erlkönig (El rey elfo), D. 328 (1815). Escrito a los 18 años, basándose en el poema homónimo de Goethe de 1782, Schubert llevó a la música el drama de la trágica historia y esta ayudó al compositor a establecer su bien merecida fama. Jan Swafford nos recuerda que Schubert componía sus lieder casi en un estado de trance, muchas veces garabateados en una servilleta y llegando a crear varios de ellos en un sólo día. El poema, fue compuesto como parte de una balada operística titulada Die Fischerin. La fuerza y terror de la historia, ha llevado muchos célebres compositores a adaptarlo.
«Un padre galopa con su hijito pequeño una noche tormentosa, cuando la voz encantadora del rey elfo empieza a cantarle al niño, convenciéndole para que vaya a jugar con él y disfrute de deleites sin fin. El padre no oye al espíritu. Schubert convierte la historia en una cantata de cuatro minutos con las voces en competencia: el niño febril y asustado, el padre desdeñoso y luego aterrorizado, la voz sedosa e insinuante del rey elfo, más un narrador, todo ello por encima del ruido de los cascos del caballo. Schubert caracteriza cada voz con su propio estilo, construyendo al mismo tiempo una línea de tensión creciente que alcanza un punto de ruptura antes del abrupto final: ‘En sus brazos, el niño estaba muerto’» 2.
El compositor ruso Dimitri Shostakovich (1906-1975) nació en una época crucial de la historia de su país. La insatisfacción por el régimen zarista había producido un fervor revolucionario que condujo a un sangriento levantamiento en enero de 1905. En noviembre de 1917, en el momento del estallido de la Gran Revolución Socialista en Rusia, Shostakovich tenía apenas once años. Prácticamente toda su carrera musical se desarrolló paralelamente a la formación del nuevo Estado soviético. Shostakovich nunca fue ingenuo políticamente, a menudo mostraba desacuerdo con las políticas culturales oficiales y, a pesar de que en ocasiones parecía doblegarse ante ellas, mantuvo hasta el final de su vida una integridad e individualidad que, indudablemente, lo convirtieron en el compositor más importante de la URSS. Antes de conocer el éxito a los 19 años, padeció terribles circunstancias económicas, para franquearlas tuvo que escribir música para películas, hacer transcripciones y tocar el piano en una sala de cine para películas mudas. Shostakovich fue un digno heredero de las innovaciones musicales de Occidente, especialmente las de Igor Stravinsky. Favorecido por el florecimiento intelectual que generó la Revolución de Octubre entró en contacto con las innovaciones del lenguaje musical provenientes de Europa. Con esto asumió un papel de divulgador de «los materiales de nuevo cuño ante un público que, en su escasa formación, solo atiende a las bellezas superficiales que destilan los espectáculos de ballet o la música de inspiración cinematográfica» 3.
Entre 1919 y 1925, Shostakovich estudió en el Conservatorio de San Petersburgo. Durante el primer año de estudios compuso un scherzo para orquesta, catalogado como su opus 1 y algunas pocas piezas más. Sin embargo, se sentía incapaz de componer mientras no terminara sus estudios formales, sólo «exprimiéndolas de sí mismo 4» fue capaz de componer su Primera sinfonía y las Dos piezas para octeto de cuerdas, ambas escritas entre 1924 y 1925. Las dos piezas para octeto (Preludio y Scherzo) las comenzó en diciembre de 1924, a la par de los primeros bocetos de su Sinfonía No. 1. Esperó a que la sinfonía estuviera completada, orquestada y copiada para retomar las piezas de cámara. Lo hizo en julio de 1925, cambiando la forma original, pensada como una suite para doble cuarteto de cuerdas en cinco movimientos, para el que había bocetado un preludio y una fuga. Descartó la fuga y en su lugar escribió, como contrapeso al preludio, un scherzo, un tipo de composición que cobraría gran relevancia en su obra.
El scherzo (broma, juego, en italiano) es una pieza o un movimiento rápido y ligero generalmente escrito en un tiempo ternario. Reemplazó al minuetto, a finales del siglo XVIII, como el tercer movimiento tradicional de una forma musical mayor (como la sinfonía o el cuarteto de cuerdas). Fue Beethoven quien estableció definitivamente el scherzo como una alternativa genuina para sustituir al minuetto, todas sus sinfonías, excepto la primera y la octava, tienen scherzos en lugar de minuetos 5. Para los compositores en formación, el scherzo representa un atractivo especial. Invita a una inmediatez, a una variedad imaginativa más que a la consistencia de la textura musical. También es visto como una especie de campo de prueba para desarrollar el carácter y el sentido de la forma, dos elementos que idealmente deberían ir de la mano. Según David Fanning, el scherzo «abre un camino que va de la música como entretenimiento a la música como arte. Por lo tanto, no debería sorprender encontrar que los scherzos ocupan un lugar preponderante en las primeras obras de Shostakovich, como lo hicieron en las obras de Stravinsky y Bartok» 6.
El carácter profundo y complejo de la Chacona de Bach, el drama narrativo de Erlkönig de Schubert y la demostración de destreza e innovaciones técnicas en las piezas de Shostakovich y Novák, hacen de este concierto un largo recorrido histórico por las capacidades de la música de cámara. Mostrándonos a la par la energía que puede alcanzar un conjunto reducido de instrumentos. Por muy disímbolas que sean, estéticamente estas cuatro obras, su programación en conjunto incita a disfrutarlas desde el intelecto; como el público de finales del siglo XVIII aprendió a escuchar y disfrutar los cuartetos de cuerda: como una conversación inteligente.
1 AVINS, Styra (1997): Johannes Brahms. Life and Letters, Nueva York, Oxford University Press, p. 515.
2 SWAFFORD, Jan (2018): Por amor a la música. Una introducción a los principales compositores clásicos, Ana Herrera (trad.), Barcelona, Antoni Bosch editor.
3 RAMOS, Francisco (2013): La música del siglo XX. Una guía completa, Madrid, Turner
4 TARUSKIN, Richard (2009): On Russian Music, Los Angeles, University of California Press, p. 316.
5 THOMPSON, Wendy (2009): «scherzo», Diccionario enciclopédico de la música, Alison Latham (coord.), México, FCE, p. 1350
6 FANNING, David (2008): «Paths to the First Symphony», The Cambridge Companion to Shostakovich, Pauline Fairclough y David Fanning (eds.), Reino Unido, Cambridge University Press, p. 75.
Axel Juárez