Bach / Vivaldi 17/12/21

Axel Juárez | Tlaqná
Cantata n.° 51, ¡Aclamad a Dios todas las naciones! - Johann Sebastian Bach / Las Cuatro Estaciones - Antonio Vivaldi

Una de las invenciones musicales más apasionantes del Barroco fue el Concierto. La idea de colocar uno o más instrumentos solistas frente a la orquesta, explorando diversas posibilidades técnico-interpretativas, pareciera algo que apelaba a la pasión del siglo XVIII por el máximo contraste estético. Un melómano visitante de la Italia barroca señaló cómo «el oído se sorprende por los contrastes entre el solo y el tutti, entre el forte y el piano de la orquesta y el pequeño grupo de solistas, así como el ojo se sorprende por los contrastes de luz y sombra». El concierto también fue algo muy útil para los compositores barrocos al proporcionarles una manera de crear una gran estructura musical con pocos recursos. Su unidad básica, el ritornello (pequeño retorno) orquestal, es básicamente un párrafo sonoro de tres elementos: una llamativa apertura, una secuencia que la continúa y una estrategia musical de salida. Los instrumentos solistas pueden reflejar este mismo material sonoro o bien explorar sus propias ideas desde el virtuosismo. La orquesta proporciona una especie de puntuación musical mediante la reiteración de partes del ritornello en pos de una conversación continua que bien podría ser un diálogo, una discusión o un monólogo con comentarios.

Quien sentó las bases del concierto barroco maduro fue el compositor y violinista italiano Antonio Vivaldi (1678-1741). Nacido en Venecia, hijo de un violinista profesional de Brescia. Llegó a ser tan prolífico en su trabajo que escribió unos quinientos conciertos; fue el compositor italiano más original e influyente de su generación. Sus contribuciones al estilo musical, a la técnica violinística y a la orquestación fueron notables. La trayectoria de Vivaldi fue cobrando fuerza a la par del auge de la construcción de violines en el norte de Italia (especialmente la tradición creada por los cremoneses Andrea Amati, Antonio Stradivari y Giuseppe Guarnieri). El violín, uno de los instrumentos más perfectos acústicamente y uno de los más versátiles, fue fundamental en la carrera de Vivaldi. Aunque en su tiempo fue muy reconocido, especialmente como violinista virtuoso, sus composiciones cayeron en un largo olvido después de su muerte. Fue hasta mediados del siglo XX cuando algunos aficionados y entusiastas del periodo Barroco redescubrieron su obra.

Para principios del siglo XVIII, la enorme cantidad de mendigos, niños huérfanos y abandonados en Italia poblaron los llamados ospedali grandi, cuatro grandes orfanatos que eran supervisados por la República de Venecia: «el Ospedale di San Lazzaro mendicanti acogía a mendigos; aquellos que padecían enfermedades crónicas iban a Gesù Salvatore degli Incurabili; Santa Maria dei Derelitti cuidaba de los niños pobres; Santa Maria della Pietà, famosa por su programa de música, admitía a expósitos –recién nacidos no deseados que eran abandonados de forma anónima en un nicho de la pared sur–» 1. En todos los ospedali se tomaba en serio la educación musical, pero fue la Pietà quien tuvo a Antonio Vivaldi como maestro de violín a partir de 1703. De la Pietà surgieron muchas niñas virtuosas del violín, del canto y otros instrumentos. Cada hospicio tenía una orquesta de entre treinta y cuarenta instrumentistas, todas mujeres, aunque la de la Pietà llegó a contar con sesenta. Competían entre sí por proclamar a la mejor instrumentista de la ciudad, promocionando conciertos de gran calidad. El filósofo y músico Jean-Jacques Rousseau, dejó testimonio sobre la dinámica y la calidad musical de estos lugares:

«A mi modo de ver hay una música muy superior a la de las óperas y que no tiene semejante en Italia ni en el resto del mundo, y es la de las scuole. Las scuole son casas de caridad establecidas para dar educación a niñas pobres, a quienes dota luego la república casándolas o haciéndolas monjas. Entre los conocimientos que cultivan esas niñas, la música ocupa el primer lugar. Cada domingo en la iglesia de cada una de esas cuatro scuole, durante las vísperas, se ejecutan motetes a gran coro y a gran orquesta, compuestos y dirigidos por los más grandes maestros de Italia, ejecutados en tribunas enrejadas, únicamente por niñas, de las cuales la mayor no cuenta veinte años. Nada conozco tan voluptuoso, tan conmovedor como esta música; las maravillas del arte, el gusto exquisito de los cantos, la belleza de las voces, la exactitud de la ejecución, todo, en fin, en esos deliciosos conciertos concurre a producir una impresión que no es seguramente muy saludable, pero de que no creo que haya corazón capaz de librarse» 2.

Después de algunos periodos largos fuera de Venecia, Vivaldi regresó a su puesto en la Pietà en 1723 con un nuevo contrato y encomienda de escribir dos conciertos al mes. Dos años más tarde, en Ámsterdam, se publicó un conjunto de doce conciertos bajo el título Il cimento dell'armonia e dell'inventione (Concurso entre Armonía e Invención). Los primeros cuatro conciertos de ese conjunto son conocidos como Las cuatro estaciones (1725), cada uno está dedicado a una estación del año: la primavera, el verano, el otoño y el invierno. La publicación está dedicada al Conde Wenzel von Morzin, un aristócrata bohemio y uno de los mecenas más importantes de Vivaldi. Para cada una de las estaciones, Vivaldi imprimió un sonetto dimostrativo, unos sonetos cuya manufactura es desconocida (algunos creen que son del propio Vivaldi) pero que no son sólo un complemento de la música, se citan extractos de ellos a lo largo de las partes de los conciertos, dejando en claro que Vivaldi seguía de cerca la narrativa de los sonetos mientras componía. Con esta práctica, las Cuatro estaciones de Vivaldi se inscriben tempranamente en una tradición que alcanzaría su apogeo muchos años después, en el romanticismo: la música programática 3.

 

La influencia de Vivaldi en sus contemporáneos alcanzó a Johann Sebastian Bach (1685-1750), ávido aprendiz en sus años formativos, quien –a decir de Pau Casals– «copiaba de su puño y letra obras de músicos italianos y franceses, no rechazaba las enseñanzas ni las influencias, se convertía, pudiéramos decir, en el alumno paciente y aplicado de todos los grandes maestros. Su genio, demasiado poderoso para contentarse con ciertas formas y con determinadas tradiciones, se sentía atraído por el gran arte, cualquiera que fuese su procedencia» 4. En esto coincide el crítico musical Jan Swafford, cuando nos recuerda que «Bach estudió cuidadosamente a Vivaldi, y sospecho que aprendió muchísimo de él: intención, franqueza y energía rítmica» 5. Bach llegó a tener una biblioteca importante, entre sus volúmenes sobresalía un conjunto al que llamaba apparatus, una especie de repositorio personal de partituras que consistía en manuscritos e impresos no solamente propios sino pertenecientes a otros compositores. Entre este repositorio musical bachiano seguramente había algunas obras de Vivaldi. Ramón Andrés aclara que «aunque se afirma que el encuentro de Bach con la obra de Vivaldi tuvo lugar en Weimar entre 1713 y 1714, para entonces ya estaba familiarizado con el método de composición del norte de Italia e incluso no hay que descartar que conociera algunas obras de Vivaldi, que iban de mano en mano sin haber pasado por la imprenta» 6. Johann Sebastian Bach fue el más destacado –y máximo genio musical del barroco tardío– de una numerosa familia de músicos que vivieron y trabajaron en Alemania central desde principios del siglo XVI hasta el siglo XVIII. Más de setenta miembros de esta familia se desempeñaron como músicos profesionales, conformando así el conjunto más sobresaliente de talento musical que se haya registrado nunca en una sola familia. Johann Sebastian tuvo veinte hijos, de los cuales sólo cinco se consagraron a la música. La primera educación musical de sus hijos estuvo completamente a su cargo, siguiendo así una antigua tradición familiar.

La enorme curiosidad musical de Bach aunada a su gran capacidad de asimilar el canon musical y los estilos que estaban de moda, lo llevaron a sintetizar buena parte del conocimiento musical acumulado hasta su época y plasmarlo en su obra, hasta sus últimas consecuencias. Bach llegó a representar una especie de transición entre el luteranismo y el pensamiento racional, alejado del academicismo y la formación musical cerrada de ese ámbito. Por ello sufrió algunas burlas de parte de intelectuales en Leipzig, concretamente entre 1730 y 1740. Esa mediación entre racionalidad y espiritualidad, entre una fantástica sensualidad y alegría de vida la podemos apreciar en sus cantatas, un equilibrio aparentemente irreconciliable que él supo franquear como nadie lo ha hecho hasta ahora. Su alta exigencia es posible que lo haya relegado a una especie de aislamiento respecto a sus colegas y a sus propios hijos, que también eran músicos. 

La cantata es una obra para una o más voces con acompañamiento musical. Significa, literalmente, pieza para ser cantada, a diferencia de la “sonata” que es una pieza instrumental para ser tocada 7. La cantata fue la forma más importante de música vocal durante el periodo barroco, fuera de la ópera y del oratorio, y por mucho la más omnipresente. En sus inicios, en la década de 1620 en Italia, era una forma musical más bien modesta. A finales del siglo XVII adquirió su forma más típica: una sucesión de secciones contrastantes –que a lo largo del siglo XVIII se convirtieron en movimientos independientes– normalmente dos arias, cada una precedida de un recitativo. Hasta finales del siglo XVII, la cantata era predominantemente una forma secular, pero la cantata de iglesia –que incluía movimientos corales que iban desde armonizaciones simples hasta estructuras complejas y extendidas–  se fue convirtiendo en un elemento importante de la música luterana en la Alemania de principios del siglo XVIII 8. La cantata secular en Alemania, a diferencia de la cantata de iglesia, siguió de cerca el modelo italiano. Se sabe que muchos compositores alemanes escribieron cantatas a textos italianos; el propio Bach llegó a componer dos cantatas italianas seculares (BWV 203 y 209). Bach absorbió la tradición de la cantata desde su infancia, formando parte de un coro infantil y en sus inicios como organista y violinista. Abrevó de la cantata en las composiciones de sus familiares –de un archivo que el mismo reunió, el Alt-Bachisches Archiv (archivo de los antiguos Bach)– y también de sus viajes a Hamburgo y Lübeck 9.  La maestría con la que el joven Bach absorbió y asimiló los logros de sus predecesores y contemporáneos queda de manifiesto en sus primeras cantatas.

El manuscrito de la cantata de iglesia Jauchzet Gott in allen Landen (¡Aclamad a Dios en todas las naciones!), BWV 51 (1730) indica que fue escrita para la liturgia del decimoquinto domingo después de la Trinidad "y para cualquier tiempo" (et in ogni tempo). Es una de las pocas cantatas sacras que Bach escribió para soprano sin más solistas vocales. Se trata de una música que rebosa optimismo y donde la trompeta cumple un papel destacado, desde el aria inicial al Aleluya final, estableciendo un estado de ánimo extático que gira en torno al júbilo y la gratitud. Tanto las partes de trompeta como la de soprano contienen complejas líneas melódicas que, en algunos momentos, intercambian virtuosamente. Es probable que la parte de trompeta haya sido escrita para Gottfried Reiche, el trompetista principal de Bach de aquella época; en cuanto a la parte soprano hay dudas sobre si hubo un niño soprano en Leipzig que pudiera manejar las notas altas y el exigente pasaje solista, al respecto, el musicólogo alemán Alfred Dürr cree que Bach tuvo a su disposición un cantante excepcionalmente talentoso, teniendo en cuenta que una voz femenina era poco probable en la conservadora Leipzig 10.

El concierto y la cantata alcanzaron su auge en el periodo barroco. El primero como la forma instrumental por excelencia y la segunda como forma vocal. A Vivaldi y Bach les debemos la popularización de estas formas y su uso extendido por músicos posteriores. La influencia de Vivaldi en Bach y la perfección que este alcanzó en su música vocal e instrumental, hacen de este concierto un magnífico tributo a dos maestros del barroco que marcaron las pautas para el desarrollo musical de los siglos venideros, dejando su impronta imborrable hasta el día de hoy.

 

1 HELLER, Wendy (2017): La música en el barroco, Madrid, Akal, p. 177.

2 ROUSSEAU, Jean-Jacques (1998 [1782]): Las confesiones, Barcelona, Oceano.

3 Dentro de las múltiples tendencias a las que ha sido sometida la música —que no pocas veces determinaron su éxito o difusión— una que garantizó cierta aceptación en el público fue la música programática: un intento sonoro por ilustrar y representar argumentos, personajes, lugares, climas… es decir, situaciones ajenas a la música, generalmente provenientes de los mundos de la literatura o de las artes plásticas. Por otro lado tenemos a la música absoluta, la que se aprecia por ella misma, sin referencias particulares a mundos exteriores a ella. Esta dualidad conceptual se aplica generalmente a la tradición de la música clásica europea, particularmente al periodo donde tuvo su apogeo: el Romanticismo. Sin embargo, la idea de la música instrumental inspirada en algún tipo de narrativa externa se remonta hasta el siglo XVI (un ejemplo de ello es The Battell, la suite para teclado del inglés William Byrd).

4 CORREDOR, Josep M. (1985): Casals, Barcelona, Salvat Editores, p. 99.

5 SWAFFORD, Jan (2018): Por amor a la música. Una introducción a los principales compositores clásicos, Ana Herrera (trad.), Barcelona, Antoni Bosch.

6 ANDRÉS, Ramón (2005): Johann Sebastian Bach. Los días, las ideas y los libros, Barcelona, Acantilado, p. 308.

7 ARNOLD, Denis y Basil SMALLMAN (2009): «cantata», Diccionario enciclopédico de la música, Alison Latham (ed.), México, FCE, p. 280.

8 TIMMS, Colin (2001): «Cantata», The New Grove Dictionary of Music & Musicians, Stanley Sadie (ed.), Nueva York, Grove’s Dictionaries.

9 DÜRR, Alfred (2005): The cantatas of J.S. Bach. With their librettos in German-English parallel text, Nueva York, Oxford University Press, p. 10.

10 Ibíd, p. 540.

 

Axel Juárez

 

Concerto n.1 in Mi maggiore “La primavera”

Allegro

Giunt' è la Primavera e festosetti 

La Salutan gl' Augei con lieto canto, 
E i fonti allo Spirar de' Zeffiretti 
Con dolce mormorio Scorrono intanto:


Vengon' coprendo l' aer di nero amanto 
E Lampi, e tuoni ad annuntiarla eletti 
Indi tacendo questi, gl' Augelletti; 
Tornan' di nuovo al lor canoro incanto: 


Largo 
E quindi sul fiorito ameno prato 
Al caro mormorio di fronde e piante 
Dorme 'l Caprar col fido can' à lato. 


Allegro 
Di pastoral Zampogna al suon festante 
Danzan Ninfe e Pastor nel tetto amato 
Di primavera all' apparir brillante.

Allegro

Llegó la primavera y festejándolo 

La saludan los pájaros con alegre canto, 
Y las fuentes con el soplo de los cefirillos 
Con dulce murmullo discurren entretanto:

 
Vienen cubriendo el aire con negro manto, 
rayos, y truenos, elegidos para anunciarla 
Callando así estos, los pajarillos; 
Vuelven otra vez a su canoro encanto. 


Largo 
Y así, sobre el florido y ameno prado,  
Al caro murmurar de bosques y plantas 
Duerme el cabrero con el fiel can al lado.

 

Allegro 
De la pastoral zanfoña al son festejante 
Danzan ninfas y pastores en el techo amado 
A la brillante llegada de la primavera. 

 

Concerto n.2 in sol minore “L’Estate”

Allegro non molto - Allegro

Sotto dura staggion dal sole accesa 

Langue l' huom, langue 'l gregge, ed arde il Pino; 
Scioglie il Cucco la Voce, e tosto intesa 
Canta la Tortorella e 'l gardelino. 


Zeffiro dolce Spira, mà contesa 
Muove Borea improviso al Suo vicino; 
E piange il Pastorel, perche sospesa 
Teme fiera borasca, e 'l suo destino;

 

Adagio e piano - Presto e forte 
Toglie alle membra lasse il Suo riposo 
Il timore de' Lampi, e tuoni fieri 
E de mosche, e mosconi il Stuol furioso! 


Presto 
Ah, che pur troppo i Suo timor Son veri 
Tuona e fulmina il Ciel e grandinoso 
Tronca il capo alle Spiche e a' grani alteri.

Allegro non molto - Allegro

Bajo dura estación por el sol encendida 

Languidece el hombre, languidece el rebaño, y arde el pino; 
Suelta el cuco la voz, y cuando la entienden 
Cantan la torcaz y el jilguero. 


El Céfiro dulce sopla, pero en disputa 
Se mueve Bóreas de improviso a su lado; 
Y llora el zagal, porque suspendida 
Teme a la fiera borrasca, y su destino.


Adagio e piano - Presto e forte 
Roba a sus miembros laxos el reposo 
El miedo al relámpago, y los fieros truenos 
¡y de las moscas, y moscones, el tropel furioso! 


Presto 
¡Ah, que son sus temores verdaderos! 
Truena y fulmina el cielo y granizoso 
Trunca las cabezas de las espigas y los granos altera.

 

Concerto n.3 in Fa maggiore “L’autunno”

Allegro

Celebra il Vilanel con balli e Canti 

Del felice raccolto il bel piacere 
E del liquor de Bacco accesi tanti 
Finiscono col Sonno il lor godere.


Adagio molto 
Fà ch' ogn' uno tralasci e balli e canti 
L' aria che temperata dà piacere, 
E la Staggion ch' invita tanti e tanti 
D' un dolcissimo Sonno al bel godere. 


Allegro 
I cacciator alla nov'alba a caccia 

Con corni, Schioppi, e cani escono fuore 
Fugge la belva, e Seguono la traccia;

 
Già Sbigottita, e lassa al gran rumore 
De' Schioppi e cani, ferita minaccia 
Languida di fuggir, mà oppressa muore.

Allegro

Celebra el rústico, con bailes y cantos 

La feliz vendimia y el alegre placer 
Y del licor de Baco encendidos tantos, 
Acaban con sueño su gozo.


Adagio molto 
Hace cada uno saltos y bailes y cantos 
El aire que templado da placer, 
Y la estación que invita a tantos 
De un dulcísimo sueño al bello gozo. 


Allegro 
Cazador que al alba sale a la caza 

Con cuernos, escopetas y jaurías salen fuera 
Huye la fiera, y la rastrean; 


Ya sorprendida, y agotada por el gran ruido 
de escopetas y perros, herida amenaza, 
Lánguida, con huir, pero abrumada muere. 

 

Concerto n.4 in fa minore “L’inverno”

Allegro non molto 

Aggiacciato tremar trà nevi algenti 

Al Severo Spirar d' orrido Vento, 
Correr battendo i piedi ogni momento; 
E pel Soverchio gel batter i denti; 


Largo 
Passar al foco i di quieti e contenti 
Mentre la pioggia fuor bagna ben cento


Allegro 
Caminar Sopra il giaccio, e à passo lento 
Per timor di cader girsene intenti; 


Gir forte Sdruzziolar, cader à terra 
Di nuove ir Sopra 'l giaccio e correr forte 
Sin ch' il giaccio si rompe, e si disserra; 


Sentir uscir dalle ferrate porte 
Sirocco, Borea, e tutti i Venti in guerra 
Quest' é 'l verno, mà tal, che gioja apporte.

Allegro non molto 

Helado tiritar entre la nieve plateada 

al severo soplo del hórrido viento 
correr batiendo los pies en todo momento; 
Y por el soberbio castañetear los dientes; 


Largo 
Estar junto al fuego, tranquilos y contentos, 
Mientras afuera la lluvia moja a ciento. 

Allegro 
Caminar sobre el hielo, y a paso lento 
Por miedo a caer avanzar con cuidado;


Ir firme, resbalar, caerse al suelo 
De nuevo ir sobre el hielo y correr rápido 
Sin que el hielo se rompa, y se desmenuza; 


Sentir que sale de las puertas herradas 
Siroco, Bóreas, y todos los vientos en guerra 
Esto es el invierno, pero tal, que alegría nos trae.

 

Cantata BWV 51
Jauchzet Gott in allen Landen!
Cantata BWV 51 - ¡Aclamad a Dios todas las naciones!

Decimo quinto domingo después de la Trinidad
Primera audición: 17 de septiembre de 1730
Texto: Poeta desconocido. 4: Johann Gramann 1549
Solista: Soprano. Trompeta, violines I/II, viola y continuo

 

Texto original en alemán

 

Traducción al Español

1

Aria S

1

Aria (soprano)

 

Trompeta, violines I/II, viola y continuo

 

 

 

Jauchzet Gott in allen Landen!
Was der Himmel und die Welt
An Geschöpfen in sich hält,
Müssen dessen Ruhm erhöhen,
Und wir wollen unserm Gott
Gleichfalls itzt ein Opfer bringen,
Dass er uns in Kreuz und Not
Allezeit hat beigestanden.

 

¡Aclamad a Dios todas las naciones!
Que las criatura todas
del mundo y del Cielo
alaben su gloria,
y nosotros ahora traemos
también ofrendas para nuestro Dios,
que en la angustia y en la pena
siempre ha estado a nuestro lado.

 

 

 

 

2

Recitativo S

2

Recitativo (soprano)

 

Violines I/II, viola y continuo

 

 

 

Wir beten zu dem Tempel an,
Da Gottes Ehre wohnet,
Da dessen Treu,
So täglich neu,
Mit lauter Segen lohnet.
Wir preisen, was er an uns hat getan.
Muß gleich der schwache Mund von seinen Wundern lallen,
So kann ein schlechtes Lob ihm dennoch wohlgefallen.

 

Oramos en el templo
en donde mora la gloria de Dios,
cuya fidelidad,
cada día renovada,
nos colma de bendiciones.
Alabamos lo que ha hecho por nosotros,
y si nuestra débil boca puede apenas balbucir sus maravillas,
no obstante, Él recibirá con agrado una inadecuada alabanza.

 

 

 

 

3

Aria S

3

Aria (soprano)

 

Continuo

 

 

 

Höchster, mache deine Güte
Ferner alle Morgen neu.
So soll vor die Vatertreu
Auch ein dankbares Gemüte
Durch ein frommes Leben weisen,
Dass wir deine Kinder heißen.

 

Altísimo, renueva
cada día tus bondades.
Para que ante tu paternal fidelidad,
los corazones agradecidos
muestren con una vida piadosa
que podemos llamarnos hijos tuyos.

 

 

 

 

4

Choral S

4

Coral (soprano)

 

Violines I/II y continuo

 

 

 

Sei Lob und Preis mit Ehren
Gott Vater, Sohn, Heiligem Geist!
Der woll in uns vermehren,
Was er uns aus Gnaden verheißt,
Dass wir ihm fest vertrauen,
Gänzlich uns lass'n auf ihn,
Von Herzen auf ihn bauen,
Dass uns'r Herz, Mut und Sinn
Ihm festiglich anhangen;
Drauf singen wir zur Stund:
Amen, wir werdn's erlangen,
Glaub'n wir aus Herzensgrund.

 

¡Alabanza, honor y gloria
a Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo!
Que multiplica en nosotros
lo que por su gracia nos ha prometido,
para que confiemos firmemente,
nos entreguemos del todo a Él,
en Él de corazón nos apoyemos
y que nuestro corazón, mente y voluntad
de Él solo dependan.
Por eso cantamos ahora:
Amén, y desde el fondo del alma
creemos que nos dará la victoria.

 

 

 

 

5

Aria S

5

Aria (soprano)

 

Trompeta, violines I/II, viola y continuo

 

 

 

Alleluja!

 

¡Aleluya!

 

 

 

 

--

Traducción: Saúl Botero Restrepo