Schubert / Von Weber / Haydn 04/02/22

Francisco Sanchez Alvarez | Tlaqná
Obertura Rosamunda op. 26, Sinfonía No. 8 Inconclusa D.759 - Franz Schubert / Obertura Oberon J.306 - Carl Maria Von Weber / Sinfonía No. 93 Hob. I:93 - Joseph Haydn

Rosamunda (D. 797) es una obra teatral, en cuatro actos,escrita por la periodista, poetisa y libretista alemana Helmina von Chézy (1783-1856), quien también escribió el libreto de Euryanthe, ópera de otro compositor presente en el programa de esta noche, Carl Maria von Weber; pero no nos adelantemos y empecemos con Schubert. La música incidental para Rosamunda, del compositor austriaco, es para la tesitura alto, coro mixto y orquesta. Se estrenó el 20 dediciembre de 1823, en Viena.
La Obertura es uno de los misterios que se presentan esta noche, pues existen dos oberturas asociadas a Rosamunda, la primera es tomada por Schubert de su ópera Alfonso y Estrella (D. 732). Sin embargo, esta combinación no gustó al compositor; calificando a la Obertura de muy estruendosa para la obra teatral. La segunda Obertura proviene del melodrama en tres actos, para la tesitura tenor, coro mixto y orquesta, intitulado El Arpa Mágica (Die Zauberharfe D. 644) con texto del poeta ocasional austriaco Georgvon Hofmann (1769-1845). Esta Obertura fue anexada a la publicación de Rosamunda de 1855, motivo por el cual se le conoce con este nombre; sin embargo, existen dudas de si Schubert lo quiso así.
Esta noche escucharemos la segunda Obertura. Desafortunadamente, el guion de este melodrama está perdido, pero se sabe que evoca una temática mágica-caballeresca.
Comencemos el concierto prestando especial atención a la
sensación rítmica, articulación y dinámica de esta pieza.

Sinfonía no. 8 Inconclusa D. 759
El siguiente misterio del programa es una sinfonía en dos movimientos y en la tonalidad de si menor.
Si buscamos, en el periodo Romántico, otras sinfonías en dos movimientos, encontraríamos Franz Liszt: Sinfonía
Dante (1855-6) y Gustav Mahler: 8ª Sinfonía (1906-7); y en la tonalidad de si menor Louis Spohr: 9ª Sinfonía(1850), Niels Gade: 8ª Sinfonía (1869-71), Alexander Borodin: 2ª Sinfonía (1869-75) y Piotr Ilich Chaikovsky: Manfredo (1885) y 6ª Sinfonía (1893). Estos hallazgos contextualizan y contrastan a la Sinfonía D. 759, intitulada por la historia como Inconclusa.
La Sinfonía “Inconclusa” fue compuesta en 1822. Sus características formales y contexto histórico han intrigado a
distintos musicólogos. Arnold Schering (1877-1941) sostiene que, ese formato en dos movimientos, es una disposición relacionada al manuscrito de Schubert, Mi sueño (Mein Traum), fechado en julio de 1822, donde relata sus tribulaciones en su núcleo familiar y su intento por escapar hacia
su libertad artística:

“Con un corazón lleno de amor infinito por quienes lo rechazaban, vagué errabundo…hacia tierras lejanas. Canté
canciones durante muchos, muchos años. Si quería cantar al amor a mí se me convertía en dolor. Y si quería volver a cantar únicamente al dolor, a mí se me convertía en amor. De esta manera el amor y el dolor se repartían mi alma.”


Por otra parte, el musicólogo alemán Werner Aderhold (1937-2021) sostiene que ese periodo fue de agitación estilística. El compositor, de 25 años, se encontraba buscando nuevos rumbos y una sinfonía convencional en 4 movimientos frenaría el ímpetu conseguido de lo ya escrito en la tonalidad de si menor. Como dato curioso, esta tonalidad expresaba extrañeza, melancolía y resignación, según la Teoría de los Afectos de los siglos XVIII, principios del XIX.
En 1823, Schubert intentó completar esta Sinfonía, para entregarla como parte de su agradecimiento al nombramiento como miembro honorario de la Sociedad Estiria de Música, en la ciudad de Graz, pero sus prolongadas estadías en el hospital no le permitieron cumplir con su intención.
Para este momento, el compositor austriaco ya había entregado su obra de dos movimientos a Josef Hüttenbrenner
(1796-1882), funcionario austriaco, amigo y encargado de sus manuscritos, en ese tiempo. Josef era hermano de Anselm (1794-1868) director de dicha Sociedad en Graz durante los años 1825-29.
Al recibir la Sinfonía, Anselm la mantuvo sin estrenar durante mucho tiempo. Finalmente, esta Sinfonía se escuchó
el 17 de diciembre de 1865, en Viena.

El 15 de diciembre de 1844, Richard Wagner (1813-83) leyó un discurso fúnebre, en el traslado de los restos mortales de Carl Maria von Weber de Londres a Dresde, pronunciando: “Nunca había existido un compositor más alemán que Von Weber”. Para Wagner, los ingleses lo habían tratado con justicia, los franceses con admiración, pero únicamente los alemanes habían amado a Carl Maria.
Ahora sí es momento de Carl Maria von Weber. Compuso la música de su última ópera entre 1825-6, intitulada
Oberón, o El juramento del rey de los elfos (Oberon or the
Elf King´s Oath). La Ópera consta de tres actos, es en lengua inglesa y en el género Singspiele, del cual, el compositor alemán fue un catalizador.
El libreto es del dramaturgo inglés James Planché (1796-1880), el cual está basado en el poema épico “Oberón” del escritor alemán Christoph Martin Wieland (1733-1813) y este, a su vez, está inspirado por algunas obras literarias, con elementos fantásticos, de los s. XIII-XVI. La constante presencia del personaje Oberón se debe a que, en la literatura medieval, es el rey de los duendes. Su etimología es derivada de Alberich, que en Alto Alemán Antiguo (Althochdeutsch) procede de alb – elfo y rîh – rey.
El argumento de la Ópera narra la reconciliación de Oberón con su reina Titania a través del amor entre dos mortales. Dicho amor debe estar fundamentado en la lealtad a pesar de cualquier peligro y tentación. El caballero de la corte del emperador Carlomagno, Huon de Bordeaux y la princesa Rezia, hija de gran califa Harun al Raschid, mostrarán ese amor intenso pese a toda adversidad, en un mundo donde la magia está presente vivamente.
Un corno mágico será el medio de Huon para invocar el auxilio de Oberon y así encontrarse con Rezia, su futura amada. La Ópera fue estrenada el 12 de abril de 1826, en Londres. La Obertura que escucharemos a continuación
simboliza esa aventura mágica-romántica por medio de una orquestación que permite imaginar parte de ese mundo mágico, como sucede con las llamadas a Oberón con el corno, el canto de las hadas, en las flautas, la aventura, en los violines y la esperanza amorosa, en los clarinetes.
Como segundo dato curioso, a los doce años Von Weber recibió clases de Michael Haydn (1737-1806), hermano del compositor de la siguiente obra a escuchar.

Wolfgang Amadeus Mozart (1756-91) decía: “No hay
nadie que pueda hacerlo todo; divertir y aterrorizar, provocar la risa y un sentimiento profundo, y todo igual de bien:
excepto Joseph Haydn”.
El violinista y empresario alemán Johann Peter Salomon(1745-1815) invitó a Haydn a Londres para presentar, en
principio, seis sinfonías nuevas y otras obras. Ambos partieron de Viena a Londres el 15 de diciembre de 1791. Esta
estancia permitió a Haydn conocer el gusto inglés.
La temporada de conciertos de sus obras se inició el 11 de marzo de 1791 en el Hanover Square Rooms. La Sinfonía no. 93 fue estrenada el 17 de febrero de 1792, siendo un éxito más sensacional que las obras de la temporada pasada. La prensa opinó lo siguiente:


“Una sinfonía nueva, de la pluma del incomparable Haydn, formó una rama importante de este árbol musical [temporada de conciertos]. En cada movimiento hubo tal combinación de excelencia, inspiración en los intérpretes y ardor entusiasta en el público. La novedad de ideas, el capricho agradable y el antojo combinado con toda la grandeza sublime y habitual de Haydn, dieron una trascendencia adicional al sentimiento y a las sensaciones de cada individuo presente”.


El formato de cuatro movimientos se convirtió en algo esperado de una sinfonía, donde internamente los movimientos pueden o no estar conectados a pesar de sus características particulares. En el caso de Haydn dicha estructura propició una libertad creativa, la cual buscaba sorprender la expectativa de la audiencia. En esta ocasión el primer movimiento inicia con una introducción lenta. Este recurso se volvió constante en las Sinfonías Londres. La estructura es en forma sonata. El segundo movimiento es una combinación interesante de la estructura tema y variaciones con forma rondó. Resulta divertido asociar el nombre dado a la Sinfonía no. 94 (Sorpresa) con la presente Sinfonía, justamente porque dicho nombre surgió por un momento disruptivo en el segundo movimiento. El tercer movimiento no omite a las trompetas y a los timbales, como en sinfonías anteriores.
Estos instrumentos son utilizados, en el Trio, como fanfarria en lugar del tradicional Ländler. El cuarto movimiento
es en forma sonata-rondó.
¿Cuál será el efecto que tendrá, la originalidad de la Sinfonía no. 93 en re mayor, en nosotros?


Mtro. Francisco Sánchez Álvarez