Rossini / Lebrun / Franck 30/09/22

José Arias Olmos | Tlaqná
Obertura La Italiana en Argel - Gioachino Rossini / Concierto para oboe n.° 1 - Ludwig A. Lebrun / Sinfonía - César Franck
En el concierto de esta noche el oboe será protagonista, no solo por el concierto de Lebrun, donde al ser el solista se desarrolla en toda su amplitud, sino también por las partes importantes que en las otras dos obras presenta este instrumento: desde el inicio con el solo lírico en la introducción de la Obertura; y en la Sinfonía con el emblemático tema para corno inglés en el segundo movimiento. La italiana en Argel La musicóloga Julian Budden llamó código Rossini a la fórmula con elementos comunes que el compositor imprimió sobre todo en su producción operística, elementos que si bien se habían utilizado anteriormente —pues continuó con la tradición de Giovanni Paisello (1740-1819), su predecesor en la ópera de Nápoles, y sobre todo de Domenico Cimarosa (1749-1801)— Gioachino Rossini (1792-1868) supo conjuntar para crear un estilo característico. La italiana en Argel es una ópera bufa en dos actos que se estrenó el 22 de mayo de 1813, solo tres meses después del estreno de Tancredo. La trama narra las aventuras de Isabella, quien es apresada por el Beg Mustafá; estando prisionera, se encuentra con su amado Lindoro y a través de una astuta estrategia logra escapar con su enamorado. En lo que se refiere a la obertura y siguiendo la fórmula que Rossini emplea para estas piezas introductorias, ésta inicia con una introducción lenta que presenta un solo de un instrumento de alientos, que en este caso es el oboe; continúa entonces el allegro en dos partes en donde los prolongados crescendos son reconocibles como un sello característico. Aunque en todas sus oberturas podemos encontrar elementos comunes, la importancia radica a su vez en los detalles, “los divinos detalles” como diría el novelista Vladimir Nabokov, que hacen a cada una de ellas única. Concierto para oboe Cuando en 1745, Karl Theodor fue nombrado elector del palatinado de Mannheim, la ciudad vivió un gran impulso en las artes y las ciencias. En el ámbito musical, reunió a músicos notables para establecer una orquesta que alcanzaría una gran reputación, los compositores como Johann Stamitz (1717-1757), Franz Xaver Richter (1709-1789) o Ignaz Holzbauer (1711-1783) desarrollaron un estilo que se conocería como la escuela de Mannheim con recursos que posteriormente contribuirían al desarrollo del estilo clásico. Ludwig August Lebrun (1752-1790), quien fue uno de los oboístas más notables de su tiempo, trabajó precisamente en la orquesta de Mannheim junto con el también oboísta Friedrich Ramm (c. 1744-1813) a quien Wolgang Amadeus Mozart (1756-1791) le dedicó su cuarteto K.370. Como concertista realizó numerosas giras junto con su esposa, la cantante Francisca Danzi, siendo incluso elogiado por el crítico Christian Schubart. Al igual que otros ejecutantes notables de su época, como los oboístas Joseph Fiala (1748-1816), Johann Christian Fisher (1733-1800) o Giuseppe Ferlendis (c. 1755-1833), a quien Mozart le dedicó su concierto para oboe K.314. El virtuosismo en su instrumento queda demostrado por el nivel técnico de sus conciertos para oboe, como en el caso del que escucharemos el día de hoy. Además de los pasajes brillantes en el primer y tercer movimiento, llega en su registro agudo hasta la nota fa alcanzada por muy pocos ejecutantes en su época, tomando en cuenta que el oboe clásico contaba con solo dos llaves. Aunado a su calidad como intérprete, Lebrun fue también un compositor notable con una técnica refinada, pues en su catálogo de obras se encuentran al menos seis conciertos para oboe, a lo que se suma un concierto para clarinete, algunas obras de cámara y los ballets Armida y Adel de Ponthiew. El Concierto en Re menor fue compuesto alrededor de 1777, curiosamente un año en que Mozart también se encontraba en Mannheim y aunque seguramente se habrían conocido, no hay registro de que hayan tenido una relación cercana. Escrito en el estilo de la escuela de Mannheim, el concierto está en modo menor, aspecto poco usual en el periodo clásico. Como ejemplo podemos mencionar que Mozart solo escribió en modo menor dos conciertos para piano, que son el K.466 y K.491, uno de ellos curiosamente también en la tonalidad de re menor. Con un primer movimiento que tiene en el desarrollo la aparición del tema principal en Mi bemol mayor, un elegante segundo movimiento en ritmo ternario y un tercer movimiento en forma de rondó, más una instrumentación que incluye timbales —aspecto también innovador— la obra se revela como uno de los conciertos clásicos más hermosos dentro del repertorio del oboe. Sinfonía en Re menor Cesar Franck (1822-1890) compartió con su contemporáneo Anton Bruckner (1824-1896), algunas facetas a lo largo de su vida: se desempeñó como organista durante gran parte de su carrera; logró una posición de maestro en una institución de prestigio (aunque no como maestro de composición) que en su caso fue el conservatorio de París; y finalmente atrajo a un grupo de jóvenes compositores que vieron en él a la figura disidente, siendo a su vez una referencia para la Sociedad Nacional de Música con el lema Ars Galica, sociedad que surgió como reacción por una parte a la guerra franco-prusiana y por otra a la influencia de la música alemana. La Sinfonía en Re menor tuvo su estreno el 17 de febrero de 1889, esta primera ejecución con la Orquesta del Conservatorio de París con la dirección de Jules Garcin no fue bien recibida por parte del público e incluso tampoco por los músicos de la orquesta. Pero cuando se ejecutó en Estados Unidos con la Orquesta de Boston y bajo la dirección de Wilhem Gericke, tan solo dos meses después, fue un éxito rotundo. La obra de forma cíclica inicia con un Lento seguido de un Allegro non troppo, al final regresa el Lento para cerrar el movimiento. El segundo movimiento, Allegretto, presenta el solo de corno inglés, instrumento ya utilizado con pasajes importantes en obras como la Sinfonía Fantástica de Hector Berlioz (1803-1869) o la Sinfonía del nuevo mundo de Antonin Dvorak (1841-1904). Finalmente, en el Allegro non troppo introduce nuevamente el tema del solo de corno inglés y también un tema del primer movimiento. Al respecto podemos comentar que este elemento de utilizar los mismos temas o motivos en diferentes movimientos, ya había sido introducido por Franck en su juventud, en el Trío con piano op.1 no.1. De esta forma solo queda disfrutar el concierto que la Orquesta Sinfónica de Xalapa, bajo la dirección del maestro Martin Lebel y participación de la solista Natalia Auli, nos ofrece esta noche. Mtro. José Arias Olmos, Facultad de Música; Universidad Veracruzana Referencias Batta, András. Ópera (Barcelona: Könemann Verlagsgesellschaft, 1999) Burgess, Geoffrey y Bruce Haynes. The Oboe (New Haven: Yale University Press, 2004) Downs, Philip G. La Música Clásica (Madrid: Ediciones Akal, 2015) Taruskin, Richard. Oxford History of Western Music (Oxford: Oxford University Press, 2005)