Araujo / Villa-Lobos / Krieger / Mignone 24/02/23

Ana Isabel Fontecillas | Tlaqná
A Chegada de Villa-Lobos no Céu / Bachianas Brasileiras no 4 / Passacalha para el nuevo milenio / Fiesta de las Iglesias (Festa das Igrejas)
Al igual que México, Brasil es un país de gran riqueza cultural y su tradición musical sinfónica es una de las más amplias y diversas. Los dos países reúnen a la mayoría de los principales exponentes de la composición sinfónica de América Latina del siglo XX, período en el que un nacionalismo musical, influenciado por la estética modernista, buscó incorporar la cultura popular en su lenguaje musical, produciendo así obras maestras como Sensemayá, La noche de los mayas, Maracatu do Chico Rei, Uirapuru y las Bachianas Brasileiras. Heitor Villa-Lobos (1887 – 1959) y Francisco Mignone (1897 – 1986) son los principales compositores de este nacionalismo musical brasileño que fue reconocido en todo el mundo. Su trabajo orquestal es extenso y rico, pero el estilo individual sólo puede ser claramente identificado por quienes conocen profundamente su trabajo. Mientras que Villa-Lobos tuvo una etapa temprana influenciada por el modernismo francés, la música de Mignone, en sus inicios, muestra la presencia de elementos de la estética italiana de principios del siglo XX. Mignone incluso compuso música popular bajo el seudónimo de Chico Bororó, mientras que Villa-Lobos tocaba la guitarra en los cafés y cines de Río de Janeiro junto con los chorões (afamados virtuosos de este particular género musical). Estos compositores desarrollaron rápidamente un estilo de composición muy propio y “brasileño” en términos armónicos, rítmicos, melódicos y formales. Lo que comparten en la cúspide de su producción sinfónica es una orquestación exuberante de estilo muy individual y la referencia a la cultura popular a través de ritmos, melodías, armonías y temas típicos de la música brasileña. Edino Krieger (1928 – 2022) fue uno de los principales exponentes de las generaciones posteriores a estos dos gigantes de la música brasileña. Durante su juventud tuvo contacto con las vanguardias de composición y experimentación que ocurrían en Europa y transitó por diferentes estéticas a lo largo de su vida: el serialismo, la politonalidad y las técnicas de aleatoriedad, para volver más tarde a un estilo mixto influenciado por los nacionalismos de Villa-Lobos y Mignone, pero revisitado y re-significado. Fue una de las personalidades más importantes de la vida cultural brasileña por su grandeza como compositor, su desempeño socioeducativo y su importancia en la fundación y gestión de varias instituciones centrales en la vida musical brasileña. Fue uno de los fundadores de la Orquesta Sinfónica Nacional, como director asistente junto a Francisco Mignone, el primer director titular de la orquesta. También concibió la Bienal de Música Brasileña Contemporánea, el principal espacio para la difusión de la nueva música compuesta en Brasil desde 1975. Mateus Araujo (nacido en 1971) es uno de los compositores más populares de la generación brasileña actual. Pianista, violinista y director de orquesta que constantemente estrena obras y arreglos en Brasil y en todo el mundo. Su música se caracteriza por un dominio y mezcla de técnicas sin la obligación de asumir el papel de vanguardia, pero siempre a favor de la sonoridad sinfónica. A partir de 88 Preludios para las 88 Notas para piano solo, ha ido desarrollando su propio sistema de composición, el sistema pangramista, que es también una de las técnicas que aparecen al final de la obra que se estrena mundialmente en este concierto. SOBRE LAS OBRAS La llegada de Villa-Lobos en el cielo es un poema sinfónico carnavalesco, un hermoso sueño, un homenaje lúdico y alegórico al gran compositor nacional brasileño. Mateus Araujo parte de fragmentos de temas eternizados en las grandes obras de Villa-Lobos (el movimiento final del Cuarteto No. 1, O Trenzinho do Caipira, Festa no Sertão, Bachianas no. 5, Choros no. 10, Floresta do Amazonas, entre otras) y construye un camino imaginario a través del cual el alma del compositor se eleva al cielo. Un alma brasileña, llena de pasión y saudade (anhelo- nostalgia), es recibida por ángeles que entonan una fuga al estilo del maestro Johann Sebastian Bach. Villa-Lobos observa en el cielo la alegría plena de un contingente de carnaval callejero del noreste de Brasil. Esta alegría continúa y se expande, contagiando a todo el mundo para formar un gran entramado de samba, típico de las escuelas de samba de Río de Janeiro. Bachianas Brasileiras no. 4 (1930/1941) forma parte de una serie de nueve suites compuestas por Villa-Lobos, entre los años 1930 y 1945 con diversas instrumentaciones. Según el propio compositor, las suites son un género de composición musical creado para honrar al gran genio Johann Sebastian Bach, en las que Villa-Lobos buscó hacer una combinación del repertorio popular brasileño de tradición oral con el estilo de escritura musical del maestro alemán. Los procesos de composición y formales eternizados por Bach, como su inconfundible contrapunto, son adaptados al lenguaje de la música brasileña, especialmente la de tradición rural. Cada movimiento de Bachianas tiene dos títulos, uno "bachiano" y otro brasileño: Preludio/Modinha; Aria/El Rincón de Nuestra Tierra; Fuga/Conversa. La primera versión de Bachianas Brasileiras no. 4 fue escrita para piano solo en 1930 y la versión orquestada por Villa-Lobos es de 1941. La obra comienza con el hermoso Preludio / Introducción, una de las páginas más famosas de la obra de Villa-Lobos, donde las cuerdas exploran al máximo su potencial expresivo con amplias melodías líricas y largas secuencias imitativas. El segundo movimiento (Coral / Canto do Sertão) tiene como referencia el ambiente cálido y árido del Sertão, en el interior del nordeste brasileño. El canto insistente de un pájaro (la "araponga") en sí mismo puntúa una extensa y melancólica melodía lírica. En Aria / Cantiga, Villa-Lobos toma una melodía nostálgica brasileña, también del noreste brasileno, y la transforma en cantus firmus de la composición, pasando a una sección central rítmica y enérgica para volver nuevamente a la nostalgia inicial. Dança / Miudinho es uno de los pasajes de mayor virtuosismo rítmico y técnico de la obra de Villa-Lobos, especialmente exigente para los violines. Un ritmo brillante y enérgico, como hecho para una danza en pasos cortos y rápidos, impregna todo el movimiento. Al mismo tiempo, una melodía solemne se cierne sobre el ritmo frenético, lo que muestra un contraste sólo resuelto a través del típico unísono final de Villa-Lobos. Pasacalle para el Nuevo Milenio (1999) está dedicada a la Orquesta Sinfónica del Estado de São Paulo y fue estrenada en el mismo año de su composición. El tema que se repetirá en ostinato es presentado por los bajos, como era de esperar en una pasacalle tradicional. Esta melodía se sigue repitiendo, no solamente en la línea de bajo, sino en diferentes momentos, y asume una progresión para que su nota inicial pase por las doce notas de la escala cromática hasta retornar al momento inicial, presentado por los bajos, en su final luminoso y apoteótico. Lo inesperado en esta obra, en relación con la tradición del género, es un espíritu más ligero y suave, que transitará hacia un carácter brillante y alegre en el ritmo frevo frenético, un género típico del Carnaval de la ciudad de Recife. Representa así una bienvenida al nuevo milenio, en un clima de euforia y esperanza. Festa das Igrejas (1940) es considerada por Francisco Mignone como un poema sinfónico, pero también podría describirse con el subtítulo de "pinturas sinfónicas de la religiosidad brasileña". La obra tiene muchos elementos que se remontan al estilo de Ottorino Respighi (1879-1936) en sus grandes poemas sinfónicos, especialmente I pini di Roma. Respighi, que fue una referencia natural para Mignone durante sus estudios en Italia, llegó a dirigir obras del compositor brasileño, al igual que Richard Strauss y otros grandes directores de orquesta de la época. Cuatro iglesias icónicas en Brasil fueron cuidadosamente elegidas por el compositor, ya sea por aspectos históricos, arquitectónicos, sociológicos o simbólicos, para proporcionar diferentes imágenes expresivas que están vinculadas entre sí por un elemento musical de transición: el órgano. Es para muchos la principal obra orquestal del compositor y tuvo mucho éxito, habiendo sido incluso interpretada y grabada por Arturo Toscanini. La primera representación, São Francisco da Bahia, comienza con una atmósfera religiosa, evocada por el sonido de campanas, voces y órganos a lo lejos. Es un día festivo y los ecos de la ceremonia de la iglesia se pierden en el aire mezclados con una ronda de niños jugando en la entrada de la iglesia. Una superposición de universos, de los diferentes cantos religiosos hasta la alegría infantil, se produce naturalmente. En la segunda imagen expresiva, Rosário de Ouro Preto, el compositor describe en el programa de la obra que el observador: … está dentro del Rosario de los Negros, y tiene una visión dramática del pasado colonial. Son los esclavos negros construyendo su templo. Un canto fuerte y voluntarioso predomina, situado entre un canto llano y un cantar negro. Es una frase amplia sofocada con ritmos místicos de tambores, lamentos de multitudes sacrificadas... El Outeirinho da Glória brinda un contraste completo con la atmósfera anterior. La pequeña iglesia de Río de Janeiro, de delicado y único diseño arquitectónico en el período colonial, es el marco de una escena imaginaria en una noche de luna, cuando un grupo de trovadores toca de frente a la muralla. El hermoso tema de la serenata es acompañado por los violonchelos en delicados pizzicati, como el sonar de las guitarras de siete cuerdas de los chorões cariocas. Aparecida – Nuestra Señora de Brasil irrumpe con enorme grandeza, en un “gran sonido de campanas y un rugido de múltiples órganos, en una gran fusión de corales, un resplandor festivo y dominante. Es la religión nacional transfigurada por su máxima expresión: ¡Nuestra Señora de Aparecida, Nuestra Señora de Brasil!". Tobias Volkmann