Boulanger / Bartók / Méndez / Sibelius 10/03/23

Rosa Arisbe Martinez Cabrera | Tlaqná
D'un matin de printemps / Concierto para viola y orquesta, Sz. 120/BB 128 / Concertino para arpa y orquesta / Sinfonía no. 5 en mi bemol mayor, op. 82 /
El concierto que escucharemos el día de hoy nos llevará a través de un recorrido de sonoridades vanguardistas, mediante un grupo de obras compuestas durante la primera mitad del siglo XX, por compositores europeos que transitaron el cambio de siglo, con excepción del compositor contemporáneo uruguayo Álvaro Méndez (1956). La transición de finales del siglo XIX al siglo XX, lleva consigo acontecimientos económicos, sociales, artísticos y culturales. Los lenguajes artísticos y literarios, en este periodo, experimentaron distintas formas de expresión disruptivas, revolucionarias y en algunos casos nacionalistas. El periodo de vida de tres de los cuatro compositores que escucharemos esta noche, transitó a través de una época revuelt y cambiante, con importantes avances tecnológicos, pero con grandes conflictos bélicos internacionales. Casi en su mayoría, las obras que escucharemos esta noche se compusieron en un periodo que atravesó a la Primera y Segunda Guerra Mundial, entre acomodos territoriales y poblaciones migrantes. D'un matin de printemps (1917-1918) Lili Boulanger (1893-1918) La efímera vida de la compositora francesa Lili Boulanger discurrió en un entorno y un contexto familiar propicio para una persona con una salud frágil, pero con un ímpetu grandioso por la vida y por la música. Su muerte a los 24 años no impidió que dejara un importante legado compositivo enfocado en la música coral y vocal. El entorno familiar permitió a Lili convivir con destacados compositores como Gabriel Fauré (1845-1924), quien fungió como uno de sus principales mentores, junto con su amada hermana Nadia Boulanger (1887-1977). La influencia impresionista de los compositores de la época es relevante en la obra de Lili. En 1913 fue la primera mujer en ganar el concurso de composición del prestigioso Grand Prix de Rome, otorgado por la academia de Bellas Artes del gobierno francés, su padre Ernest Boulanger (1815-1900) había ganado este premio en 1835, así, se hizo acreedora a una beca a través de una estancia de composición. La salud de Lili y el conflicto por la Primera Guerra Mundial dificultaron la permanencia para concluir esta estancia. Fue posterior a esta época que compuso sus última obras, entre ellas D'un matin de printemps (Una mañana de primavera), composición a manera de un pequeño poema sinfónico, la comenzó a escribir en 1917, las primeras versiones fueron realizadas para un formato de música de cámara, dúo para violín (o flauta) y piano, trío de piano (violoncello, violín y piano), la versión orquestal fue la última que realizó. Esta bella obra muestra un brillante juego de orquestación a través de una forma lírica y cantabile a través del lenguaje instrumental y de melodías que recorren distintos timbres. Es una obra de vasta expresividad y energía resaltada por el juego de las texturas que se van entretejiendo a través de la composición. Finaliza la última versión de esta obra en los inicios de 1918 y se estrena el 13 de marzo de 1918 en la sala de conciertos del Conservatorio de París. Concierto para viola y orquesta, Sz. 120/BB 128 (obra póstuma, 1945-1949) Béla Bartók (1881-1945) La figura de Béla Bartok es emblemática en el siglo XX por todo el aporte que realizó desde el punto de vista creativo, pero también por su labor como etnomusicólogo y el constante interés por recuperar las raíces de la música popular húngara y de otras regiones cercanas, y que hizo parte de su propio lenguaje compositivo. Su obra es vasta y responde a distintas etapas de su carrera musical que combinó con la enseñanza, su labor como pianista y sus intereses etnomusicológicos. El concierto para viola fue un encargo del violista más importante de la época William Primrose (1904-1982), lo comienza a escribir en el año de 1945, a la par del Concierto para piano y orquesta no. 3 (1945), cuando se encontraba en exilio en Estados Unidos y enfermo de leucemia. Del Concierto para piano solamente faltaron por concluir los 17 compases finales, sin embargo del Concierto para viola, solamente dejó un boceto general. En correspondencia, Bartók escribía a Primrose que el borrador del Concierto estaba listo, quedando pendiente solamente el score orquestal, “un trabajo puramente mecánico”; sin embargo, Bartók no pudo finalizar la obra, uno de sus estudiantes Tibor Serly (1901-1978) se encargó de finalizar el encargo, labor que le llevó varios años. Posteriormente se publicaron distintas reconstrucciones, esta noche escucharemos la realizada por Tibor Serly. Una de las características de este Concierto, es la exploración de los registros del instrumento solista. El inicio de la composición con el tema tocado por la viola solista, nos da una referencia de lo que Bartók busca plasmar en la obra, explotando los elementos técnicos y virtuosos del instrumento, utilizando elementos de este motivo melódico para el desarrollo del primer movimiento. El segundo movimiento de naturaleza expresiva juega con los registro instrumentales entre la orquesta y la viola, finalizando el tercer movimiento, con un juego técnico, ágilmente rítmico y con un sentido dancístico. La fecha de estreno del Concierto para viola fue en diciembre de 1949, interpretado por William Primrose con la Orquesta Sinfónica de Minneapolis. Concertino para arpa y orquesta (2014) Álvaro Méndez Bonomi (1956) Compositor nacido en Uruguay, Montevideo. Su catálogo abarca a la fecha 15 obras sinfónicas para orquesta de cámara y gran orquesta, así como obras para guitarra y música de cámara. Tiene formación en dirección orquestal y coral, musicología, composición, flauta y viola, también en otras áreas disciplinares como historia y filosofía. Su principal maestro fue el compositor Héctor Tosar. Ha desarrollado una intensa actividad como gestor cultural, desde 1993 hasta el presente es Coordinador General de la Orquesta Filarmónica de Montevideo. Pertenece al Nucleo de Música Nueva de Uruguay y a la Sociedad Uruguaya de Música Contemporánea. En palabras del propio Álvaro Mendez (2023, vía correo electrónico), comenta acerca del Concertino para arpa y orquesta: Ma?s que apuntar a estructurar so?lidamente la obra desde lo formal, el compositor ensaya aqui? un discurso desprejuiciado que busca el lucimiento del instrumento solista en todo su registro, incluyendo varias cadencias y abundante uso del rubato. La escritura orquestal, por su parte, es sencilla y despojada. El lenguaje armo?nico busca ser amigablemente lineal y la impresio?n que se lleva el oyente es la de un momento musical ameno y distendido. El mismo Álvarez menciona que se inspiró en la música de Claude Debussy (1862-1918) y Maurice Ravel (1875-1937) a la hora de escribir el Concertino para arpa y cuerdas. La obra fue compuesta en 2014 y estrenada en 2018, en el Teatro Solís de Montevideo. Sinfonía no. 5 en mi bemol mayor, op. 82 (1915-1919) Jean Sibelius (1865-1957) Jean Sibelius, nacido en Finlandia, es uno de los principales compositores de los países nórdicos, es reconocido por su música que evoca la mitología nórdica, los grandes paisajes de los bosques de esta región, pero también su sentido patriótico a favor de la Independencia del Gran Ducado de Finlandia del territorio ruso, quizá el ejemplo más importante es el poema sinfónico Finlandia (1899). La Quinta sinfonía se estrena el 8 de diciembre de 1915, pero la comienza a componer desde 1914, año del inicio de la Primera Guerra Mundial, nace como un encargo y forma de agradecimiento al gobierno autónomo finlandés por las celebraciones y conmemoraciones que se hicieron en su honor por su cumpleaños 50. La sinfonía llegó a tener tres versiones distintas por las revisiones constantes que hizo entre 1914 y 1919. En esta ocasión escucharemos la versión de 1919 que se estrenó el 24 de noviembre del mismo año, dirigida por el propio compositor. El primer movimiento nace de la combinación del primer y segundo movimiento de la primera versión. La apertura de la sinfonía con el primer tema tocado por los cornos, da pie a un discurso fluído con distintos materiales melódicos, que transitarán y se transformarán durante toda la sinfonía. El primer movimiento recorre un comienzo reflexivo que poco a poco va ajustándose a motivos melódicos cromáticos más acelerados, hasta llegar a la parte final hacia un allegro moderato. El segundo movimiento a manera de tema y variaciones desarrolla un pequeño tema que presentan las cuerdas con la técnica de pizzicato. El tercer movimiento comienza de una forma agitada y enérgica. Aquí, presenta uno de los temas más simbólicos de esta sinfonía, el “Himno de los cisnes”, Sibelius hace referencia a esto en un escrito que deja en uno de sus diarios en 1915 y menciona una visión de una de las mayores experiencias de su vida: cuando se encontró rodeado por 16 cisnes que permanecieron con él durante un largo rato. Así, podemos escuchar el majestuoso “Himno de los cisnes” tocado por los cornos a lo largo de este movimiento final que concluye de una forma solemne, pausada y majestuosa. Para cerrar este concierto con un hermoso repertorio dedicado a la lucha de la igualdad de género por la conmemoración del 8M, es importante resaltar el aporte de las mujeres en la música en todos los ámbitos, de gran calidad, como lo pudimos corroborar el día de hoy. Se debe incluír no solamente durante el mes de marzo, sino visibilizar y recuperar constantemente.