Brahms 18/07/23

Leonardo del Castillo | Tlaqná
Las Ruinas de Atenas / Concierto Para Piano / La Consagración de la primavera
La historia del Concierto para piano n.° 1 en re menor de Johannes Brahms se enmarca entre una tragedia y una historia de amor. En 1853, un joven Brahms de veinte años salió de Hamburgo a probar fortuna, llevando bajo el brazo sus primeras composiciones. En Hannover, entró en contacto con Joseph Joachim, violinista, con quien surgió una amistad que duraría el resto de sus vidas. Por consejo de Joachim, Johannes viajó a Düsseldorf para conocer a la familia Schumann. Fue recibido cordialmente por Robert, quien le pidió que tocara algo. Se sentó al piano y comenzó su Sonata en do mayor. Apenas habían pasado unos compases cuando fue interrumpido: “Por favor espere, voy a llamar a mi esposa”. Al llegar Clara, Robert le comentó: “Ahora escucharás música como nunca antes habías imaginado escuchar”. Brahms tocó para ellos toda la tarde. Esa noche Schumann escribió en su diario: “Visita de Brahms, un genio”. Tan solo unos meses después de la llegada de Johannes, ocurrió la tragedia: desesperado por las alucinaciones auditivas, Schumann intentó suicidarse, tirándose desde un puente del río Rhin. Fue salvado por un barquero. Por decisión propia, Robert fue internado en un manicomio Clara quedó sola con seis hijos y esperando el séptimo. Brahms apoyó a Clara en todo lo que pudo. La lealtad y admiración que Johannes sentía por Clara fueron tomando tintes de enamoramiento. Brahms escribió a Joachim: “Pienso que ya no podré amar a una joven; al menos me he olvidado de ello: ellas prometen el cielo mientras que Clara me lo revela…” Clara, aunque más reservada, tampoco fue indiferente. En su diario escribió: “No es su juventud la que me atrae… es su fresca y desenvuelta mente, su gloriosa y talentosa naturaleza, su noble corazón; eso es lo que yo amo de él”. Schumann, murió el 29 de julio de 1856. Después del riguroso luto y necesitada de descanso, Clara hizo un viaje por Suiza acompañada por Johannes. Ahora, sin remordimientos, él podía manifestar su amor abiertamente. Pero Clara, más madura que él tuvo que poner objeciones, en parte por la diferencia de edades y ella, con el peso de una familia numerosa y las obligaciones que esto conlleva. y Ambos siguieron siendo amigos entrañables hasta la muerte de ella en 1897. Fue en casa de los Schumann donde el Concierto para piano n.° 1 fue concebido. Brahms había proyectado una sinfonía, pero el timbre del piano se hizo indispensable, por lo que tomó la resolución de convertirlo en un concierto para piano. El extenso primer movimiento rezuma tragedia desde su amenazante inicio, con la más larga introducción orquestal hasta entonces escrita. La entrada melancólica del piano calma un poco el ambiente, pero no por mucho tiempo: figuraciones desesperadas de trémolos? se presentan, acompañados de una orquesta que nunca se quedará en segundo plano. El segundo tema, un coral esperanzador que se vuelve apasionado, desemboca en un motivo de dos notas que será el generador de la parte central del movimiento y, más adelante, la base melódica de los temas principales del segundo y tercer movimientos. El segundo movimiento, en palabras del mismo Brahms, es un retrato musical de Clara. En una carta le escribe: "Estoy pintando también un hermoso retrato de usted y éste será el Adagio de mi concierto”. Pero también es un homenaje póstumo a Schumann: sobre los primeros cinco compases Brahms escribió el texto “Benedictus qui venit in nomine Domini" (“Bendito el que viene en el nombre del Señor”). El enérgico tercer movimiento toma como modelo el último tiempo del Concierto para piano n.° 3 de Beethoven: compárese, por ejemplo, el tema principal, el fugato de uno de los interludios orquestales o la primera cadencia del piano. El Concierto para piano no. 1 cierra la obra de juventud de Brahms, marcando una nueva concepción del concierto para solista. Brahms explota las posibilidades sonoras de un instrumento que se ha robustecido, su sonido es capaz de hacerle frente a una gran orquesta y al mismo tiempo invita a una búsqueda de nuevas posibilidades sonoras.