Ortiz / Mollá / Nielsen 31/05/24
Cristina Marín Ramírez | Tlaqná
Antrópolis / Finisterrai / Sinfonía No. 4
• Gabriela ORTIZ TORRES, Antrópolis (10’)
Gabriela Ortiz Torres (n. 1964) es una compositora mexicana establecida en su país natal. Egresada de la Escuela Nacional de Música de la UNAM y del Conservatorio Nacional de Música, es una compositora hoy institucionalmente reconocida: fue nominada a los premios de la Academia Latina de Artes y Ciencias de la Grabación: Grammy Latino (2013 y 214), así como honrada con el Premio nacional de artes y literatura en México; es ahora miembro de El Colegio Nacional y de la Academia Mexicana de las Artes, e interpretada por las orquestas filarmónicas de muchos lugares en el mundo. En su sitio web, se reivindica de una obra que efectúa una síntesis entre la tradición y la vanguardia. Además de sus obras para música de cámara y para orquesta, ha escrito música para la danza, el teatro y el cine, así como tres óperas.
La pieza que vamos a escuchar hoy, Antrópolis, está compuesta para una orquesta sinfónica de gran dimensión y que enfatiza sobre las percusiones latinas. Éstas dibujan así un continuum rítmico latino como fondo sobre el cual se destacan intervenciones de los metales, maderas y/o cuerdas. Su escritura orquestal actúa por acumulación: entra un instrumento o un grupo de instrumentos con un motivo corto y repetido, luego otro que se superpone hasta mover toda la orquesta en un gran tutti, es decir, el uso completo de todos los instrumentos de la orquesta. Al final emerge un tema brillante por su orquestación en particular en la sección de las trompetas. Este tema actúa como una revelación que se esperaba después de haber expuestos tantos elementos musicales. A lo largo de la pieza, un instrumento destaca en particular: los cinco timbales cuyas intervenciones permiten articular las diferentes secciones de la obra que cuenta con pocos silencios y pocos contrastes, sino justamente pasar del uso de un tutti a los timbales en solo del cual apuntamos siempre la presencia de acentos que recuerdan los tumbaos caribeños. Quizás a través de su título, la compositora quiere hacer pensar en la agitación, sin parar, de una ciudad humana llena de sus ritmos. Ritmos que dibujan el ambiente de una América latina soñada y enmarcada desde el Caribe.
• Ricardo MOLLÁ, FinisterrAI (23’)
Ricardo Mollá (n. 1992) es trombonista y compositor nacido en Caudete, España. Estudió composición en el Conservatorio Superior de Música de Alicante (España) y en la Alta Escuela de Música y Teatro de Hannover (Alemania). Más tarde, prosiguió sus estudios en The Juilliard School de Nueva York. En su obra cuenta, encontramos varias piezas destinadas a los instrumentos de viento metal.
FinisterrAI ilustra esta tendencia: es un concierto con orquesta sinfónica para dos instrumentos de la familia de los metales: la trompeta y el trombón. La composición fue comisionada y dedicada al trompetista Esteban Batallán y al trombonista Alberto Urretxo para celebrar sus veinte años de amistad. El nombre del concierto está compuesto de dos palabras: “Finisterre” que hace referencia al lugar donde estos dos amigos crecieron: Santiago de Compostela en Galicia, España, y, por otra parte, “AI” (Inteligencia Artificial), temática que fascina al compositor. El concierto se estrenó en 2022 en la sala Euskalduna por la orquesta sinfónica de Bilbao. Está compuesto de tres movimientos con títulos evocadores. El primer movimiento “On the top of cape Finisterre” (“En lo alto del cabo Finisterre”), habla de una amistad entre dos hombres ancianos y los paisajes donde crecieron. En el segundo, “Memories” (Recuerdos), uno de los dos fallece. En el tercero “the last adventure” se revive el amigo muerto gracias a la Inteligencia Artificial y los dos, de nuevo reunidos, fantasean con una “última aventura” en el “universo” (estos datos vienen de una entrevista al compositor publicada en su sitio web). A lo largo del concierto, se yuxtaponen y siguen diferentes melodías expuestas entre los dos instrumentos solistas, mientras que la orquesta desempeña el papel de acompañamiento y transición entre estas melodías. La amistad se evoca a través la ausencia de conflicto: cuando la trompeta tiene la melodía, el trombón lo acompaña con un contracanto, y viceversa. Las melodías pasan así de un instrumento al otro, recibe unas transformaciones a la imagen del viaje que comparten los dos amigos.
• Carl August NIELSEN, Sinfonía n.° 4 (The Inextinguishable) (36’)
Carl August Nielsen (1865-1931) fue un compositor danés. Estudió violín y teoría musical en el conservatorio de Copenhague, en el cual impartió clases a partir de 1915. Entre su producción musical encontramos seis sinfonías, tres conciertos (para violín, para flauta y para clarinete), así como dos óperas, música de cámara y canciones en lengua danesa. La sinfonía n°4, también conocida como “lo inextinguible”, fue compuesta entre 1914 y 1916, y estrenada durante el conflicto de la Primera guerra en Europa. En una nota de 1938, muy posterior en consecuencia a la escritura de la sinfonía, Nielsen regresa sobre la relación entre este título y su música: “esta música no está basada sobre un programa describiendo su evolución en un espacio y un tiempo limitados, sino en una idea de las capas emocionales vitales que quedan semi caóticas y primitivas…” Y concluye de esta manera: “La música es vida, como ella, inextinguible”.
La sinfonía no deja al espectador retomar su soplo: se desenvuelve durante treinta y cinco minutos sin interrupción: no encontramos aquí movimientos aislados por un silencio. Más bien, el compositor los hace seguir sin parar. Por las diferencias de caracteres, de las melodías o de la orquestación que podemos percibir a lo largo de la sinfonía, se dibujan cinco grandes o momentos o, para usar el término asociado con la sinfonía, cinco movimientos. Abre sobre un “Allegro” que alterna momentos en tutti y de imitación entre grupos instrumentales —el grupo de las cuerdas retoma la melodía enunciada entre las maderas de manera desfazada, por ejemplo, al inicio de la obra— y pasajes más íntimos con solos. El “Poco allegretto” que sigue se caracteriza por el papel preponderante de las maderas que enmarcan una intervención, en el centro del movimiento, de las cuerdas en pizzicato —el instrumentista pulsa la cuerda con su dedo, en lugar de usar el arco—. Luego, se presenta un “Poco Adagio cuasi andante” que empieza con una larga línea desgarradora entrecortada de intervenciones de los timbales y de las demás cuerdas en pizzicato. Después de este episodio, se exponen sucesivamente tres elementos que pasan entre los diferentes grupos de instrumentos de la orquesta y que se encuentran luego superpuestos, llevándonos a un tutti seguido por un gran decrescendo —es decir, que se baja la intensidad del sonido—. Una transición “con animo”, fugato, entre las cuerdas nos lleva a una sección “Allegro”. La sinfonía concluye en un “tempo giusto” que retoma en un tutti impresionante el tema intimista que habíamos escuchado en el primer “Allegro” que abría la sinfonía.
(Programa de mano elaborado por Cristina Marín Ramírez y Valentin Nierenberger, estudiantes del doctorado de musicología de la UNAM)