SEP. 06 - TEMPO. 2 2024
Louise Farrenc
Louise Farrenc (1804-1875) fue una destacada compositora, pianista y pedagoga francesa, cuya carrera se desarrolló principalmente en París. A pesar de las limitaciones sociales de su época, Farrenc logró establecerse como una figura respetada en el mundo musical. Fue la primera mujer en ser nombrada profesora de piano en el Conservatorio de París, donde enseñó durante más de 30 años.
Farrenc compuso sinfonías, música de cámara y obras para piano, entre otros. Su música se caracteriza por una estructura clara y un equilibrio entre la forma clásica y un lirismo expresivo. Aunque su obra fue en gran medida olvidada tras su muerte, en las últimas décadas ha resurgido el interés por ella. Farrenc, destacó no sólo por su talento sino también por su lucha constante por la igualdad de género en un entorno predominantemente masculino –las mujeres a menudo eran relegadas a roles de menor rango y rara vez se les permitía componer o enseñar en instituciones de prestigio–.
En 1842, Farrenc fue nombrada profesora de piano en el Conservatorio de París. A pesar de su prestigio, su salario era considerablemente inferior al de sus colegas hombres. Luchó durante casi una década para obtener la igualdad salarial. Finalmente, logró que se le pagara lo mismo que a sus compañeros, una victoria significativa en la lucha por los derechos de las mujeres en su época.
Farrenc también fue una destacada intérprete, y su carrera como pianista le permitió difundir su obra en un tiempo en que las composiciones de mujeres rara vez se programaban en los conciertos.
Obertura No. 1 en Mi menor, Op. 23
Compuesta en 1834, la Obertura No. 1 en Mi menor de Louise Farrenc es una obra vibrante que destaca por su energía y estructura clásica. Farrenc, una de las compositoras más notables del siglo XIX, presenta en esta obra un manejo magistral de la orquesta, mostrando una influencia clara de compositores como Beethoven y Mendelssohn.
La obertura comienza con una introducción lenta y solemne que prepara el terreno para el Allegro principal, lleno de contrastes dinámicos y una clara construcción temática. El uso de la orquesta es brillante, con una tensión rítmica que impulsa la música hacia adelante, culminando en un final enérgico y triunfal. La obra muestra no sólo la destreza técnica de Farrenc, sino también su capacidad para comunicar emociones profundas y complejas a través de la música.
Guillaume Connesson
Guillaume Connesson (nacido en 1970) es un compositor francés contemporáneo, conocido por su estilo ecléctico que combina elementos de la música clásica con influencias del jazz, el cine y la música electrónica. Estudió composición y orquestación en el Conservatorio de París, donde fue influenciado por figuras como Marcel Landowski y Alain Louvier.
Connesson ha compuesto una amplia variedad de géneros, incluyendo sinfonías, música de cámara y obras corales. Su música ha sido interpretada por numerosas orquestas de renombre internacional. La obra del compositor se caracteriza por una rica paleta orquestal, un uso imaginativo del color y una habilidad para crear narrativas musicales envolventes. Connesson es uno de los compositores más destacados de su generación y su trabajo continúa siendo celebrado por su vitalidad y originalidad.
Concierto para oboe "Les belles heures" de Guillaume Connesson:
Tiempo aproximado: 20 min
I. L'heure bleue
II. L'heure exquise
III. L'heure fugitive
El Concierto para oboe ‘Les belles heures’, fue estrenada en 2022 por el oboísta Dwight Parry bajo la dirección de Louis Langrée con la Cincinnati Symphony Orchestra. Es una obra que celebra la belleza de la vida a través de una escritura vibrante y colorida para el oboe, que recuerda la influencia impresionista del compositor. Este concierto es un tributo a las "bellas horas", aquellos momentos de plenitud y serenidad que todos experimentamos. Connesson, conocido por su lenguaje musical accesible y a la vez sofisticado, crea un diálogo constante entre el solista y la orquesta, lleno de contrastes y texturas.
La obra se estructura en tres movimientos, cada uno evocando diferentes estados y paisajes sonoros. Como lo menciona el propio autor, está inspirado en tres "momentos poéticos" del día. L'heure bleue representa el tiempo entre el día y la noche, cuando el cielo se tiñe de un azul más profundo. Es en estos primeros instantes de L'heure bleue cuando los pájaros comienzan a cantar y, en verano, el aroma de las flores se intensifica. L'heure exquise evoca un estado de "apaciguamiento vasto y tierno", como describe Verlaine en el poema citado al inicio de este movimiento lento. Finalmente, L'heure fugitive simboliza el tiempo de los placeres y del amor, el "carpe diem" de Horacio, con una referencia a los versos de Lamartine: “¡Así, amemos, así, amemos! ¡Desde la hora fugaz apresurémonos y gocémosla!”.
El concierto es un ejemplo perfecto del estilo de Connesson, que combina influencias de la música clásica francesa, el minimalismo y el jazz, con un enfoque contemporáneo, profundamente melódico y comunicativo.
Paul Dukas:
Paul Dukas (1865-1935) fue un compositor, crítico y profesor francés, conocido por su meticuloso enfoque hacia la composición, lo que lo llevó a destruir muchas de sus obras que no consideraba suficientemente buenas para ser publicadas. Nacido en París, Dukas estudió en el Conservatorio de esa ciudad, donde se destacó como estudiante. Algo que es imposible de no señalar es que su obra más famosa es el poema sinfónico "El aprendiz de brujo" (L'apprenti sorcier), llevada a cine e internacionalizada por Walt Disney. Dukas también fue un influyente crítico musical y educador, enseñando en instituciones como el Conservatorio de París y la École Normale de Musique.
A lo largo de su carrera, Dukas compuso una variedad significativa de obras, incluyendo música orquestal, ópera y piano, aunque su catálogo es relativamente pequeño debido a su rigurosa autocrítica. Su estilo combina elementos del romanticismo tardío con referencias al impresionismo, creando una música rica en detalles y emocionalmente expresiva. Su legado perdura no sólo en su música, sino también, en su influencia sobre futuras generaciones de compositores. Ponce, Messiaen, Falla y Albéniz son algunos de sus alumnos más notables, con quienes mantuvo una relación muy cercana. Inclusive, Manuel María Ponce le dedicaría un cuarteto de cuerda, lo cual, da cuenta del aprecio que le tenía a su maestro.
Dukas vivió y trabajó en un período de transición musical donde el romanticismo cedía el paso a nuevas corrientes como el impresionismo. Mientras que, compositores como Wagner, Brahms y Franck, mantenían una fuerte influencia en el panorama musical. Figuras como Debussy y Ravel, con quienes estuvo en contacto, comenzaban a explorar nuevas sonoridades y estructuras. Dukas, aunque marcado por el romanticismo, igualmente incorporó elementos innovadores en su obra.
Sinfonía en Do
I.- Allegro non troppo vivace, ma con fuoco
II.- Andante espressivo e sostenuto
III.- Allegro spiritoso
La Sinfonía en Do de Paul Dukas, fue compuesta en 1896. Se estrenó el 3 de enero de 1897 en el ciclo de conciertos de la Opera de París, bajo la dirección de Paul Vidal. Es una obra que destaca por su refinamiento y solidez estructural, que refleja la influencia de compositores como Beethoven y Franck, pero con una voz propia. La obra, escrita en tres movimientos, se caracteriza por su claridad formal y riqueza orquestal.
Fue estrenada apenas dos años después del Prélude à l'après-midi d'un faune de Debussy, una obra revolucionaria que marcó con fuerza el inicio del impresionismo musical y según Pierre Boulez, el inicio de la música moderna. En contraste, esta única sinfonía de Dukas fue injustamente encasillada durante mucho tiempo bajo la etiqueta de 'obra clásica' en una época de transformaciones y experimentación sonora. Este encasillamiento contribuyó al desinterés de la crítica, la prensa y las orquestas hacia esta brillante composición.
El primer movimiento, Allegro non troppo vivace, ma con fuoco, comienza con un tema enérgico y rítmico, desarrollado a través de un contrapunto intrincado. El segundo movimiento, Andante espressivo e sostenuto, ofrece un contraste lírico con una melodía melancólica que evoluciona en un diálogo íntimo entre las secciones de la orquesta. El movimiento final, Allegro spiritoso, retoma el vigor del primer movimiento, culminando en un final brillante que demuestra el dominio de Dukas en la manipulación temática y la orquestación.
Aunque fue su única sinfonía, esta obra ha sido reconocida como una aportación significativa al repertorio sinfónico francés, demostrando la habilidad de Dukas para fusionar la tradición clásica con un estilo personal y distintivo.